17 de junio de 2014
"Me escapé de casa
porque quería estar en Maidán», cuenta esta estudiante nacida en Odesa
pero que vive desde hace 9 años en Madrid con su madre. Cuando estalló
la protesta, Yana estaba de vacaciones en su ciudad natal y se largó a
Kiev, la capital. «Me marché con mi primo. Mis padres no sabían nada».
Confiesa que antes de la revolución de Maidán se avergonzaba de su país.
«A todo el mundo le decía que era rusa. Hoy daría hasta la última gota
de mi sangre por Ucrania. Los patriotas ucranianos no somos fascistas
somos nacionalistas. ¡Que se informen antes de hablar y dejen de
insultar!" (XLSemanal, foto: idem)
Este blog nunca ha metido en el mismo saco a todo el pueblo ucraniano porque más de la mitad está en contra de la Junta golpista y a los hechos (resultados) de las elecciones que eligieron a Yanukovich como presidente, nos remitimos.
Si Yana estuvo en Maidán vería cruces gamadas a gogó,
codo con codo junto a ella. Nosotros no estuvimos en la plaza de los
orines y la porquería pero vimos las esvásticas y las pistolas a través
de los propios medios imperialistas de información. Ella se jacta de
haber apoyado un golpe de estado que hace orgullo y alarde del fascismo y
que, fiel a la ideología que lo parió, está a punto, si no lo hizo ya,
de ilegalizar al Partido Comunista de Ucrania "por separatista"
Los nazis también son
nacionalistas, mejor dicho, nacionalsocialistas como todos los que están
en la cúpula de la Dictadura de Kiev, a saber: Turchinov, Arseni
Yatseniuk, la, por ahora, defenestrada Timochenko... en cuanto a
Poroshenko es el hombre de paja de Washington un imperio plutocrático
objetivamente nazi en su comportamiento ¿Eso es lo que defiende Yana
Palatkina?
Que desee dar hasta su
última gota de sangre por una dictadura de corte fascista la
autocalifica, aunque hoy, que estamos de buen talante, le vamos a
conceder la licencia de la ignorancia; sin embargo no sabemos qué es
peor.
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