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Traducido del ruso por Josafat S. Comín
10.05.2014
10.05.2014
Queridos
amigos, camaradas. Hoy la bandera de la Victoria flamea orgullosa, no solo
sobre la plaza Roja. En el desfile conmemorativo, por primera vez en veinte años,
han sonado las palabras “valiente pueblo soviético”. Las unidades militares han
desfilado bajo estandartes rojos con el retrato de Vladímir Ilich Lenin, fundador
del Estado soviético e inspirador de las grandes victorias. Por primera vez en
el discurso del presidente hemos oído hablar de Stalingrado y del valor de
todos los pueblos de nuestra gran patria.
Hoy,
para nosotros Crimea y Sebastopol se han convertido en nuestra Batalla de
Moscú. Y no es un modo de hablar. En diciembre del 41, paramos los pies a los fascistas en Moscú. En marzo
de este año detuvimos a los nazi-banderistas a las puertas de Crimea. Los detuvimos
gracias a nuestra capacidad de organización, a nuestra fuerza de voluntad, a la
memoria de las grandes gestas del ejército ruso y soviético. Supimos llevar a
cabo un referéndum impecable, ejemplar, en el que prácticamente todos los
habitantes de Crimea y Sebastopol votaron por la reunificación con la Madre Patria,
Rusia. Les quiero transmitir el saludo de los habitantes de Sebastopol y Crimea,
su sincero agradecimiento por el apoyo recibido. Crimea y Sebastopol, son
nuestros, rusos. Y sin falta serán soviéticos.
Para
nosotros la lucha del sur y este de Ucrania contra los nazis y banderistas,
representa hoya la batalla de Oriol y Kursk. No debemos restar importancia a su
significado, pues si la OTAN y el banderismo se hacen con Malorrosia (Ucrania),
será inevitable una nueva batalla de Stalingrado, pero ya en territorio de la
Federación de Rusia. Es absolutamente imprescindible ayudar y colaborar para
que en el este y sur de Ucrania se pueda desarrollar el referéndum en el que la
gente pueda por sí misma decidir cómo quiere vivir en adelante.
El
liberal-fascismo llama a las puertas del planeta. Su hocico ya asoma en la
hermana Ucrania. Los fascistas han conseguido capturar Kiev, madre de las
ciudades rusas y estira sus sucios tentáculos hacia el Donbass y el sureste.
Malorrosia siempre ha hablado en ruso y seguirá haciéndolo. Siempre ha sido
amiga de Rusia y seguirá siéndolo. Y no habrá banderistas, ni OTAN, ni agentes
de la CIA, que nos digan lo que tenemos que hacer. Serán inevitablemente
aplastados, como lo fueron los fascistas en mayo del 45.
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