22 de abril de 2014
Una importante compañía
holandesa que manejó los viajes de 44,430 personas desde y hacia Cuba,
le pagará $5.9 millones al gobierno de EEUU para resolver una querella
que violó el embargo a la isla, anunció el Departamento del Tesoro de
EEUU.
El anuncio del Tesoro
dice que CWT B.V. continuó haciendo negocios con Cuba después de
convertirse en una empresa de capital mayoritariamente estadounidense,
en 2006, y por tanto sujeta al embargo.
La multa parece ser una
de las mayores impuestas a una agencia de viajes por violaciones al
embargo, aunque varios bancos extranjeros han tenido que pagar cientos
de millones de dólares para resolver presuntas violaciones.
CWT B.V. fue parte de
Carlson Wagonlit Travel, un líder mundial en viajes con centro de
operaciones en Holanda. CWT se especializa en viajes de negocios, opera
en más de 150 países y reportó $21,400 millones en volumen total de
ventas, en 2009, según sus páginas web.
El Tesoro no identificó a
los compradores estadounidenses de CWT, en 2006. One Equity Partners
II, L.P., subsidiaria de JPMorgan Chase, y Chase Travel Investment, de
JPMorgan, fueron mencionadas en reportes de negocios como propietarios
de CWT, en 2010.
Las compañías
pertenecientes a estadounidenses que hagan negocios con Cuba o con
entidades cubanas requieren una licencia especial expedida por la
Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Tesoro, que vela por
el cumplimiento de las sanciones de EEUU en todos los países
extranjeros.
Las posibles violaciones
de CWT tuvieron lugar desde el 8 de agosto de 2006 hasta el 28 de
noviembre de 2012, aproximadamente, “con negociaciones en las que Cuba o
sus nacionales tenían un interés” e involucraron viajes de 44,430
personas, dijo el Tesoro en un comunicado el viernes.
OFAC dijo que la multa
base para el caso fue de $11,093,500, pero fue reducida a $5.9 millones
porque CWT reportó voluntariamente las supuestas violaciones, las
detuvo, cooperó con los investigadores de EEUU y tomó “acción correctiva
significativa”.
CWT es una “corporación
internacional comercial sofisticada y de servicios de viajes”, dice el
comunicado del Tesoro, “pero fracasó en ejercer un grado mínimo de
precaución o cuidado relacionados con sus obligaciones de cumplimiento
de las sanciones OFAC hacia Cuba”.
El gran número de
viajeros hacia Cuba que manejó, “causó un daño significativo a los
objetivos” de las sanciones de EEUU contra la isla de gobierno
comunista, bajo las Regulaciones de Control de Bienes Cubanos (CACR).
JP Morgan Chase Bank
acordó pagar $88.3 millones en 2011 para resolver acusaciones de
violaciones “escandalosas” a las CACR, por el procesamiento de 1,771
transacciones bancarias por un total de $178.5 millones, desde el 12 de
diciembre de 2005, hasta el 31 de marzo de 2006, involucrando a Cuba o a
nacionales cubanos.
JPMC investigó una pista
de otra institución que podría estar violando las regulaciones, la
confirmó y a pesar de ello “fracasó al no seguir los pasos adecuados
para prevenir transferencias futuras”, y no reportó voluntariamente las
supuestas violaciones, dijo el Tesoro en ese momento.
El banco ING en Holanda
pagó $619 millones en 2011 para resolver acusaciones de comercio ilegal
con Cuba, Irán y otros países sancionados. Credit Suisse Bank pagó $536
millones en 2009 y la suiza UBS pagó $100 millones en 2004, por casos
similares.
Elnuevoherald
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