Domingo, 02 de Febrero de 2014 03:24
El fascismo como recurso de las políticas neoliberales en Occidente
es fomentado en cualquier rincón del planeta, su ideología chovinista,
reaccionaria y terrorista es aceptada por organizaciones criminales,
fanáticos religiosos y partidos nazis.
El pasado 27 de enero se cumplieron 70 años de la liberación del
sitio de Leningrado, fue el episodio más dramático de la Segunda Guerra
Mundial, Hitler dio la orden al ejército nazi de sitiar la ciudad rusa
durante casi tres años, a pesar de los esfuerzos soviéticos por romper
el cerco el número de víctimas civiles por hambre y frío superó el
millón.
Los diccionarios de filosofía definen la ideología fascista como
odio a la humanidad, irracionalismo, oscurantismo religioso y racismo
extremo, su práctica política como la fuerza de choque de la reacción internacionalista,
donde los círculos imperialistas belicistas alimentan las tendencias
fascistas de los más reaccionarios en los países dependientes.
Estados Unidos como líder del bloque de países occidentales que
forman el círculo neoliberal e imperialista está impulsando las
tendencias fascistas en cualquier rincón del planeta, tanto de
organizaciones afines a Al Qaeda en los países árabes como de grupos
paramilitares y criminales en Centroamérica.
Recientemente Noam Chomsky describía el neoliberalismo como "un
gran ataque contra la población mundial, el mayor ataque ocurrido en los
últimos 40 años", lo confirma el hecho de que en Norteamérica el Tea Party,
partido de la derecha radical, esté en auge gracias a su defensa del
ultraliberalismo y de la total libertad de mercado que ,denuncian, es
reprimida por el excesivo celo intervencionista del estado.
La monarquía absoluta de Arabia Saudí es uno de los principales
aliados de Occidente en Oriente Medio, este país ha reconocido su apoyo y
financiación a los insurgentes de Al Qaeda en la guerra contra Siria.
La ideología política y religiosa saudí está dominada por el wahabismo,
tradición musulmana sunita reaccionaria que representa una amenaza para
otros muchos pueblos en la región.
Los estados mexicanos de Michoacán, Guerrero y Oaxaca han sido
escenario de enfrentamientos armados entre grupos de autodefensa
formados por las comunidades indígenas y organizaciones criminales
empeñadas en el control territorial a través del narcotráfico y la
corrupción.
No es un secreto que en sus inicios el narcotráfico fue un recurso
de EEUU para financiar la contrainsurgencia con base en Honduras debido a
los conflictos revolucionarios en Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Hoy, Honduras tiene la cifra de homicidios -83 por 100.000 habitantes en
2013- más alta del mundo, la principal causa es el comercio de la
droga.
En Ucrania el movimiento Euromaidan -como se denominan los
que defienden la asociación con Europa- han mantenido sus protestas con
métodos más propios de la fuga de Alcatraz que de una revuelta popular,
la perfecta organización de los desórdenes demuestra ser obra de los
servicios de inteligencia extranjeros, pero también el silencio cómplice
desde el gobierno del conservador Yanukóvich ha alentado los
disturbios.
El partido neonazi Svoboda está adquiriendo cada vez mayor
protagonismo, en los óblasts occidentales de Ivano-Frankivsk y Ternópil
donde forman parte de los Consejos regionales se ha decidido ilegalizar
el Partido de las Regiones y el Partido Comunista.
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