Ha fallecido en su domicilio de Madrid a la edad de 95 años. Ocupó diversos cargos durante la dictadura, y tras la muerte de Franco fue el líder de Fuerza Nueva, formación cuyo lema era «Dios, Patria y Justicia».
El histórico líder ultraderechista Blas Piñar ha fallecido a los 95 años en su casa de Madrid. Nacido en 1918 en Toledo, era hijo de militar. Tras el golpe de Estado de 1936 contra el Gobierno de la República –poco antes de cumplir los 18 años–, estuvo entre los sublevados que permanecieron asediados durante dos meses en el Alcázar de Toledo.
Posteriormente estudió Leyes y obtuvo plaza como notario. Al mismo tiempo, formó parte activa en organizaciones como la Asociación Católica de Propagandistas o Acción Católica. En 1958 fundó en Toledo el Capítulo Hispanoamericano de Caballeros del Corpus Christi.
En el ámbito político, entre 1957 y 1962 ocupó la Dirección General del Instituto de Cultura Hispánica, cargo del que fue cesado tras publicar un artículo en el que arremetía contra la política de EEUU, entonces aval internacional del régimen franquista. No obstante, Piñar fue procurador en las Cortes Españolas y consejero nacional del Movimiento por designación directa de Franco.
En 1966 fundó la editorial Fuerza Nueva, opuesta a cualquier signo de apertura o de reforma del régimen dictatorial. Contrario a los partidos políticos, en 1976 formalizó como tal a Fuerza Nueva (FN) para mantener vivos los principios del Alzamiento de 1936. FN estuvo vinculada a numerosos ataques ultraderechistas. De hecho, destacados integrantes de los Guerrilleros de Cristo Rey eran dirigentes de Fuerza Nueva.
Fuerza Nueva se opuso tanto a la Constitución española como a todos los estatutos de autonomía. En 1979, en coalición con otras fuerzas, Blas Piñar sale elegido como diputado en el Congreso español.
Tres años más tarde, la alianza se rompe, FN se presenta en solitario, obtiene unos pobres resultados y el 20 de noviembre –anversario de la muerte de Franco–, Blas Piñar disuelve el partido, acuciado por las deudas.
Entonces Blas Piñar contaba ya con 64 años. Su estrella política se fue apagando, aunque siempre se ha mantenido como uno de los iconos de la ultraderecha española y de los nostalgicos del Franquismo.
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