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viernes, 13 de diciembre de 2013

LOS ADMINISTRADORES DEL RÉGIMEN SALEN EN MANADA CONTRA EL REFERÉNDUM EN CATALUÑA

13.12.2013.


El PP, el PSOE y UPyD han salido en tropel a afirmar solemnemente que los catalanes no pueden votar por la autodeterminación. La sola sospecha de que el régimen borbónico pueda perder la consulta, les lleva a negar el derecho a ir a las urnas a responder qué futuro quieren. El coro mediático del sistema secunda la postura con editoriales, comentarios, artículos, programas especiales para explicar a los suyos que la burguesía catalana (representada por Más y Durán) nos ha traicionado. España es una e indivisible por mandato constitucional o, lo que es lo mismo, por mandato divino; y lo que opine la gente es secundario. Un eslogan que recuerda mucho al que utilizaba Fuerza Nueva en la mal llamada transición.

 Se apela incluso al sospechoso argumento de que, en cualquier caso, deberá ser la población de toda España la que decida, pero esto puede modificarse, porque si detectaran en las encuestas un sí en las urnas, sacarían la propuesta de circulación. El referéndum que vivirá Escocia dentro de unos meses deja algunas preguntas envenenadas: ¿por qué Escocia puede y Cataluña no? y el repaso de la historia del siglo XIX deja más dudas, ¿votaron los españoles sobre la independencia de Argentina, Ecuador u Honduras? La autodeterminación es un derecho, en este sentido, una lectura de Lenin sobre el tema puede aclarar algo a los patriotas progres que han hecho de la hipocresía su bandera principal.

“El derecho de autodeterminación de las naciones significa exclusivamente el derecho a la independencia en el sentido político, a la libre separación política de la nación opresora. 

Concretamente, esta reivindicación de la democracia política significa la plena libertad de agitación en pro de la separación, y de que ésta sea decidida por medio de un referéndum de la nación que desea separarse”. (Obras Completas, t. XXII, p. 158).

“El proletariado no puede guardar silencio acerca de la cuestión particularmente desagradable para la burguesía imperialista, de las fronteras del Estado basado en la opresión nacional.

 El proletariado no puede dejar de luchar contra la retención violenta de las naciones oprimidas dentro de las fronteras de un Estado dado, y eso significa luchar por el derecho a la autodeterminación.

 El proletariado debe reivindicar la libertad de separación política para las colonias y naciones oprimidas por “su” nación. En caso contrario, el internacionalismo del proletariado quedará en un concepto huero y verbal; resultarán imposibles la confianza y la solidaridad de clase entre los obreros de la nación oprimida y los de la nación opresora; quedará sin desenmascarar la hipocresía de los defensores reformistas y kautskistas de la autodeterminación, que no hablan de las naciones oprimidas por “su propia” nación y retenidas la violencia en “su propio” Estado” (Lenin, Obras Completas, t XXI, p. 16

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