Alrededor de trescientos manifestantes rebasaron el cordón policial y marcharon más de cinco kilómetros, desde la sede del Partido Popular hasta los Juzgados de Plaza de Castilla
Más de un centenar de
agentes de la UIP (Unidad de Intervención Policial, los antidisturbios)
custodiaban la sede del Partido Popular en la calle Génova y sus
alrededores desde antes de las siete de la tarde, hora a la que la
Coordinadora 25-S y Democracia Real Ya! Madrid, entre otros colectivos,
habían convocado una concentración en repudia de la Ley de Seguridad Ciudadana,
cuyo anteproyecto fué aprobado por la mañana en el Consejo de
Ministros. Los antidisturbios no dejaron a los manifestantes acercarse a
más de 150 metros de la sede del PP, alegando “motivos de seguridad”, e
identificando y amenazando con multar a los primeros en llegar. Al
menos dos periodistas que se encontraban cubriendo la manifestación
fueron también identificados.
Media hora después del inicio de la convocatoria, en
torno a 150 personas se agrupaban en la rotonda de Alonso Martínez, lo
más cerca de las oficinas del PP que la policía permitía. Un portavoz de
la Coordinadora 25S se dirigió a los manifestantes a través de un
megáfono, comparando la represión que la policía estaba aplicando a la
manifestación con la represión franquista. Acto seguido, la
concentración atravesaba, no sin sufrir golpes y empujones, el cerco de
antidisturbios. Unas 150 personas más que, debido a la alta presencia
policial, se encontraban disimulando en los alrededores, se unían a la
manifestación para terminar de desbordar el cordón policial y tomar la
calzada.
Las 300 personas tomaron la calle Santa Engracia por
el carril de subida en unos primeros momentos de mucha tensión. Los
antidisturbios dieron alcance a la cabecera y empujaron, indistintamente
y hacia dentro, a los manifestantes y periodistas que atravesaban la
línea divisoria entre los dos carriles. Superados los primeros 300
metros, la marcha avanzó sin incidentes por la calle Santa Engracia
hasta la rotonda de Iglesia, donde desaparece el carril de bajada,
pudiendo volver a tomar toda la calle. Dos kilómetros después llegaba a
la glorieta de Cuatro Caminos para volver a cortar, escoltados en todo
momentos por la policía, el carril de subida de Bravo Murillo, avanzando
tres kilómetros más hasta los Juzgados de Plaza Castilla.
A su llegada, se unieron a las personas que esperaban
la puesta en libertad de los 19 detenidos, en la mañana del día
anterior, por participar supuestamente en los incidentes de la Universidad Complutense el 20-N.
El portavoz de la Coordinadora 25-S volvió a tildar la ley mordaza de
“fascista”, calificó la acción como “una jornada importante de
resistencia” y llamó a los presentes a volver a encontrarse el próximo
14 de diciembre en el Congreso de los Diputados, en una nueva
manifestación “rodea el Congreso”.
A partir de las nueve y cuarto de la noche salieron
del juzgado de guardia los detenidos, en un goteo de media hora, siendo
recibidos con abrazos por sus familiares y amigos en un escenario
todavía vigilado por una quincena de furgonetas de antidisturbios.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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