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miércoles, 25 de diciembre de 2013

LA HUELGA DE INTERECONOMÍA, LA SOLIDARIDAD Y LA INTERMITENCIA




La plantilla de trabajadores y trabajadoras de Intereconomia se ha puesto en huelga porque hace siete meses que no reciben su salario. ¿Tienen derecho estas personas a la justa remuneración por desarrollar su empleo? Todo el del mundo. ¿Tienen derecho a huelga? Exactamente igual.
Sin embargo, se ha planteado un debate interesante (que ya se dio con las huelga y ocupación de Canal 9 por la plantilla del canal) sobre si estos trabajadores/as merecen o no solidaridad en sus reivindicaciones..

¿Intereconomía es pública o privada?

Cuando se habla del conflicto en Canal 9 o Intereconomía se tiende a distinguir entre que una es una empresa pública y la otra es una empresa privada. Sin embargo, hay elementos de cruce que son importantes a la hora de discutir. Me quedo con dos.

Las licencias para emitir están restringidas y se entregan desde los poderes públicos y en segundo lugar, en nuestros televisores no hay diferencia entre un canal y otro y lo que todos producen es, básicamente lo mismo: subjetividad. Imaginarios, relatos, formas de ver el mundo.

Son dispositivos de producción subjetiva que se relacionan con unos públicos, que los producen y son producidas por ellos. Entonces no está tan claro que comunicar se pueda distinguir tan fácilmente como algo público y algo privado.

Más aún, Intereconomía existe para apuntalar una determinada subjetividad y ha vivido del dinero público durante años. Son canales sin rentabilidad económica, sostenidos por ayudas públicas, cesiones de fundaciones y unas mínimas (muy mínimas) apuesta en publicidad. En su misma estructura son lo contrario del tipo de subjetividad que dicen promover. Son herramientas de una guerra política que no se diferencia mucho de la apuesta subjetiva de las televisiones autonómicas a derecha e izquierda.

¿Cómo se construye la solidaridad?

La solidaridad no se da de por si. Uno no es lo que es, sino lo que hace con lo que es. La solidaridad se construye y depende de lo que se proponga al resto. Hay conflictos sociales que han tenido capacidad de abrirse y han interpelado a toda la sociedad y conflictos que no han sido capaces y han dependido de sus propias fuerzas. Las comunidades no preexisten, sino que se construyen.

Ya, bueno, un momento, ¿pero no era que somos el 99%? ¿no éramos una mayoría contra una minoría? ¿No eramos los de abajo que íbamos a por los de arriba? ¿Es que eso no cuenta ya? Precisamente la pregunta es ¿dónde o cómo podríamos estar en común con la plantilla de Intereconomía? ¿Dónde podríamos encontrarnos si hablamos de un medio de comunicación creado por el 1% contra esas mayorías sociales?

La solidaridad con los trabajadores y las trabajadoras de Canal 9 se modificó en el propio desarrollo de su lucha. Cuando pidieron disculpas por la manipulación que habían realizado en el accidente del metro de Valencia entendieron y compartieron esa dimensión común de la información y quizás es desde esas mutaciones de los propios medios desde las que se podría construir esa alianza.

Sin embargo, he encontrado un vídeo de una concentración de la plantilla de Intereconomia en la que un chico entrevistado dice: “Bueno, a nosotros nos gustaría estar ahora mismo haciendo televisión, que es lo que nos gusta y por lo que sentimos pasión” Quizás se trate entonces de tener las condiciones de vida mínimas para poder desarrollar aquello que nos apasiona.

Pelear por nuestra propia independencia

En el año 2004 estalló en Francia uno de los movimientos político/sindicales más interesante y menos estudiados del los últimos quince años: Los Intermitentes del espectáculo. Se trataba de un movimiento que articulaba principalmente a los y las trabajadores de la cultura francesa así como a los técnicos de teatros, cines, etc. Profesionales con un trabajo no muy distinto al del periodismo y la comunicación, con contratos mayoritariamente temporales en un ámbito poco regulado (En Francia más) con una enorme importancia en términos de la riqueza que produce y, sin embargo, con poca afiliación sindical.

Lo más interesante es que los intermitentes no reivindicaban su salario, ni querían que les hicieran fijos en ninguna empresa.. Asumían la condición temporal de su empleo, e incluso consideraban que esa temporalidad era positiva porque necesitaba periodos de formación continua, preparación de nuevos proyectos, etc. Lo que reivindicaban era todos sus derechos FUERA del ámbito laboral.

Pedían un cambio en la cotización de los meses trabajados en relación al subsidio de desempleo y pedían también una renta incondicional para cualquiera que desarrollara una actividad que genere riqueza social o productiva. Su lema es “No hay cultura sin derechos sociales”

Cuando he planteado mis dudas a la hora de solidarizarme con la huelga de Intereconomía, me han recordado que mucha gente tiene opiniones distintas a los de las figuras que marcan la linea editorial del canal y que trabajan ahí porque necesitan el salario. Es cierto, pero también reivindican su propia dependencia.

Mejores condiciones fuera del empleo permite mayores niveles de independencia. Permite no soportar trabajos socialmente inútiles con los que estamos en profundo desacuerdo. Fuera del empleo el espacio de las alianzas es mayor porque no peleamos por un bien escaso (el salario) Fuera del empleo nuestra identidad no la fija una determinada cadena, una determinada profesión, etc. Sino la forma en la que conquistamos esos derechos estando en común.

Fuera del empleo construimos los derechos de cualquiera. Fuera del empleo es más sencillo construir desde y para el 99%

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