La plantilla de trabajadores y
trabajadoras de Intereconomia se ha puesto en huelga porque hace siete
meses que no reciben su salario. ¿Tienen derecho estas personas a la
justa remuneración por desarrollar su empleo? Todo el del mundo. ¿Tienen
derecho a huelga? Exactamente igual.
Sin embargo, se ha planteado un debate
interesante (que ya se dio con las huelga y ocupación de Canal 9 por la
plantilla del canal) sobre si estos trabajadores/as merecen o no
solidaridad en sus reivindicaciones..
¿Intereconomía es pública o privada?
Cuando se habla del conflicto en Canal 9
o Intereconomía se tiende a distinguir entre que una es una empresa
pública y la otra es una empresa privada. Sin embargo, hay elementos de
cruce que son importantes a la hora de discutir. Me quedo con dos.
Las licencias para emitir están
restringidas y se entregan desde los poderes públicos y en segundo
lugar, en nuestros televisores no hay diferencia entre un canal y otro y
lo que todos producen es, básicamente lo mismo: subjetividad.
Imaginarios, relatos, formas de ver el mundo.
Son dispositivos de producción subjetiva
que se relacionan con unos públicos, que los producen y son producidas
por ellos. Entonces no está tan claro que comunicar se pueda distinguir
tan fácilmente como algo público y algo privado.
Más aún, Intereconomía existe para
apuntalar una determinada subjetividad y ha vivido del dinero público
durante años. Son canales sin rentabilidad económica, sostenidos por
ayudas públicas, cesiones de fundaciones y unas mínimas (muy mínimas)
apuesta en publicidad. En su misma estructura son lo contrario del tipo
de subjetividad que dicen promover. Son herramientas de una guerra
política que no se diferencia mucho de la apuesta subjetiva de las
televisiones autonómicas a derecha e izquierda.
¿Cómo se construye la solidaridad?
La solidaridad no se da de por si. Uno
no es lo que es, sino lo que hace con lo que es. La solidaridad se
construye y depende de lo que se proponga al resto. Hay conflictos
sociales que han tenido capacidad de abrirse y han interpelado a toda la
sociedad y conflictos que no han sido capaces y han dependido de sus
propias fuerzas. Las comunidades no preexisten, sino que se construyen.
Ya, bueno, un momento, ¿pero no era que
somos el 99%? ¿no éramos una mayoría contra una minoría? ¿No eramos los
de abajo que íbamos a por los de arriba? ¿Es que eso no cuenta ya?
Precisamente la pregunta es ¿dónde o cómo podríamos estar en común con
la plantilla de Intereconomía? ¿Dónde podríamos encontrarnos si hablamos
de un medio de comunicación creado por el 1% contra esas mayorías
sociales?
La solidaridad con los trabajadores y
las trabajadoras de Canal 9 se modificó en el propio desarrollo de su
lucha. Cuando pidieron disculpas por la manipulación que habían
realizado en el accidente del metro de Valencia entendieron y
compartieron esa dimensión común de la información y quizás es desde
esas mutaciones de los propios medios desde las que se podría construir
esa alianza.
Sin embargo, he encontrado un vídeo de una concentración de la plantilla de Intereconomia en
la que un chico entrevistado dice: “Bueno, a nosotros nos gustaría
estar ahora mismo haciendo televisión, que es lo que nos gusta y por lo
que sentimos pasión” Quizás se trate entonces de tener las condiciones
de vida mínimas para poder desarrollar aquello que nos apasiona.
Pelear por nuestra propia independencia
En el año 2004 estalló en Francia uno de
los movimientos político/sindicales más interesante y menos estudiados
del los últimos quince años: Los Intermitentes del espectáculo.
Se trataba de un movimiento que articulaba principalmente a los y las
trabajadores de la cultura francesa así como a los técnicos de teatros,
cines, etc. Profesionales con un trabajo no muy distinto al del
periodismo y la comunicación, con contratos mayoritariamente temporales
en un ámbito poco regulado (En Francia más) con una enorme importancia
en términos de la riqueza que produce y, sin embargo, con poca
afiliación sindical.
Lo más interesante es que los
intermitentes no reivindicaban su salario, ni querían que les hicieran
fijos en ninguna empresa.. Asumían la condición temporal de su empleo, e
incluso consideraban que esa temporalidad era positiva porque
necesitaba periodos de formación continua, preparación de nuevos
proyectos, etc. Lo que reivindicaban era todos sus derechos FUERA del
ámbito laboral.
Pedían un cambio en la cotización de los
meses trabajados en relación al subsidio de desempleo y pedían también
una renta incondicional para cualquiera que desarrollara una actividad
que genere riqueza social o productiva. Su lema es “No hay cultura sin
derechos sociales”
Cuando he planteado mis dudas a la hora
de solidarizarme con la huelga de Intereconomía, me han recordado que
mucha gente tiene opiniones distintas a los de las figuras que marcan la
linea editorial del canal y que trabajan ahí porque necesitan el
salario. Es cierto, pero también reivindican su propia dependencia.
Mejores condiciones fuera del empleo
permite mayores niveles de independencia. Permite no soportar trabajos
socialmente inútiles con los que estamos en profundo desacuerdo. Fuera
del empleo el espacio de las alianzas es mayor porque no peleamos por un
bien escaso (el salario) Fuera del empleo nuestra identidad no la fija
una determinada cadena, una determinada profesión, etc. Sino la forma en
la que conquistamos esos derechos estando en común.
Fuera del empleo construimos los derechos de cualquiera. Fuera del empleo es más sencillo construir desde y para el 99%
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