Con un fuerte rechazo social, el PP aprobó ayer el
anteproyecto para reformar la actual ley del aborto. Alberto
Ruiz-Gallardón, ministro de Justicia, anunció que la mujer sólo podrá
abortar en caso de que su vida esté en «grave riesgo» o que el embarazo
sea fruto de una violación. Las malformaciones fetales no serán motivo
para interrumpir la gestación, a no ser que dos especialistas constaten
que ello afecta a la mujer. Los plazos también se estrechan.
Más sufrimiento, menos libertad para las mujeres
Atendiendo a las demandas de la jerarquía eclesiástica, el Partido Popular ha presentado un proyecto que no respeta la decisión de las mujeres embarazadas y sus necesidades. Les traerá más sufrimiento y menos libertad. Esa es su responsabilidad criminal.
Fuente: Gara
Más sufrimiento, menos libertad para las mujeres
Abortar es para toda mujer embarazada una decisión
dura, muy meditada, seria y responsable. Un difícil trance en el que
solo ellas saben lo que necesitan en ese momento concreto de sus vidas y
que preservando su propia autonomía siempre debe respetarse como un
derecho básico. Nadie puede ponérselo más complicado a esas mujeres. Y
menos, mucho menos, nadie puede negarles ese derecho, criminalizando su
libre decisión o condenándolas a abortar en el extranjero o de manera
clandestina. Nadie, bajo ningún pretexto, en ninguna circunstancia. Eso
es precisamente lo que pretende el gobierno del PP con su anteproyecto
de ley que elimina de facto el derecho al aborto, recupera la regulación
por supuestos -violación y riesgo para la madre- del siglo pasado para
hacer retroceder décadas en salud sexual y reproductiva. Basado en
planteamientos ideológicos, buscando contentar a los sectores más
ultracatólicos de su parroquia y en la misma agenda de reconquista y
restitución que guía sus políticas, el proyecto del PP es un ataque sin
precedentes a los derechos básicos de la mujer y a toda idea de progreso
social.
No faltan razones para cambiar la actual ley de interrupción
voluntaria del embarazo, es mejorable y puede modificarse para ampliar
el aborto libre. Con todo, la ley ha funcionado relativamente bien,
respeta a las mujeres y a su integridad física, es mayoritaria en el
contexto europeo, ha hecho del aborto una practica más segura y
equitativa, sin distinciones entre mujeres ricas y pobres. En un sentido
contrario, el PP ha apostado por la restricción y la prohibición, por
obligar a una mujer a ser madre en contra de su voluntad, por dejar la
decisión de si puede abortar o no en manos de médicos o psicólogos.Atendiendo a las demandas de la jerarquía eclesiástica, el Partido Popular ha presentado un proyecto que no respeta la decisión de las mujeres embarazadas y sus necesidades. Les traerá más sufrimiento y menos libertad. Esa es su responsabilidad criminal.
Fuente: Gara
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