15 de diciembre de 2013
Esto se lo digo yo desde
este blog a los dos "periódicos":¡A confundir a casa del carajo! Y esto
otro el señor Embajador: "Sus diarios podrán confundir (aquí) a
algunos, pero no a África"
Cubainformación.- Los
rotativos ABC y El Mundo intentan señalar de forma irrespetuosa que la
Revolución cubana no cuanta con suficientes méritos para ocupar el lugar
prestigioso que le fue otorgado durante el servicio religioso oficial
en memoria del expresidente sudafricano Nelson Mandela.
El Embajador cubano en
Madrid Eugenio Martínez Enríquez envió esta carta a los diarios El Mundo
y ABC, en respuesta al editorial “Grandeza y algo de miseria en el
adiós a Mandela” y el artículo “Los negros en Cuba, fuera del Gobierno, del turismo y la TV”, respectivamente.
Eugenio Martínez Enríquez, Embajador de Cuba ante el Reino de España
En ambos casos los
rotativos intentan señalar de forma irrespetuosa que la Revolución
cubana no cuanta con suficientes méritos para ocupar el lugar
prestigioso que le fue otorgado durante el servicio religioso oficial en
memoria del expresidente sudafricano Nelson Mandela.
La costumbre de desviar
las noticias sobre Cuba hacia procesos que no guardan relación con las
verdaderas noticias sobre Cuba, no debería sorprendernos, pero su diario
lo logra.
Bapela Mbete,
Coordinadora Nacional del Congreso Nacional Africano, invitó al quinto
presidente que hablaría a Sudáfrica y al mundo durante el ceremonial a
Nelson Mandela. Era el Presidente cubano. Al hacerlo, la señora no
vaciló en recordar que correspondía hablar al Presidente de “una pequeña
Isla, el país que liberó a Sudáfrica; el país vencedor en la batalla de
Cuito Cuanavale”, incluyó la misiva.
Esa frase y la ovación
de los sudafricanos, serían suficiente para que todos los cubanos nos
sintiéramos orgullosos de nuestra historia y de nuestro Presidente,
quien recordó en su discurso que “Cuba, que lleva en sus venas sangre
africana, surgió en la lucha por la independencia y por la abolición de
la esclavitud y, posteriormente, ha tenido el privilegio de combatir y
construir junto a las naciones africanas.”
Su diario puede intentar
confundir a muchos, pero ya no puede confundir a África, ni al mundo
que observó como brilló el dignatario cubano y toda Cuba en
Johannesburgo.
Su editorial olvida y
omite que la contribución de Cuba, que costó más de 2 mil vidas de mis
connacionales (blancos, negros, mestizos por igual), liberó para siempre
a Sudáfrica y al mundo del más cruel sistema de discriminación racial
denominado apartheid. Sólo similar a la esclavitud practicada durante
siglos por las potencias occidentales en varios países como en Cuba que
apenas se abolió hace 127 años.
No alcanzaría el tiempo
para resarcir el mayor crimen racial de la historia. Cuba ha hecho un
enorme esfuerzo y Sudáfrica, su pueblo y Mandela, lo reconocieron,
concluyó.
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