domingo, 24 de noviembre de 2013
Vaya racha que lleva la
"Unión" Europea (UE). Primero Moldavia, ahora Ucrania ¿Pero quién con
dos dedos de frente querría incorporarse a una cosa en quiebra donde los
países más afectados son los del antiguo bloque socialista como por
ejemplo Rumanía o Bulgaria? Pobrecilla UE... su política neocolonial
europea, hecha unos zorros.
El portazo dado el
jueves por Ucrania a la UE con su "no" a la firma de un Acuerdo de
Asociación negociado durante años amenaza con ser el golpe definitivo a
la estrategia de los 28 para el este de Europa, donde compite con Rusia
por ganar influencia.
Puesta en marcha en
2009, la llamada Asociación Oriental nació para atraer hacia Europa a
varias repúblicas ex soviéticas a las que, de momento, no se les ofrecía
la adhesión. El plan de Bruselas pasaba por estrechar lazos políticos y
económicos con Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Georgia, Moldavia y
Ucrania, ofreciéndoles importantes ayudas financieras y facilidades para
sus ciudadanos y empresas. A cambio, la UE reclamaba progresos hacia el
modelo europeo de democracia, Estado de derecho y respeto de los
derechos humanos.
Cuatro años después, sin
embargo, el balance no resulta muy esperanzador, pues sólo Georgia y
Moldavia parecen interesadas en la vía europea. Bielorrusia -con el
comunista Alexandr Lukashenko, nostálgico confeso de la URSS, aún al
frente- tiene relaciones casi inexistentes con la UE, que ha sancionado
al Gobierno de Minsk por su persecución de la oposición y la situación
de los derechos humanos en el país.
Azerbaiyán, por su
parte, no está interesado en estrechar su relación con la UE mucho más
allá de la venta de energía, mientras que Armenia dio en octubre otro
portazo a Europa, al rechazar por sorpresa la firma de un Acuerdo de
Asociación y anunciar que se sumará a la Unión Aduanera rusa.
Así, Ucrania -el país
más grande de la región, con posición estratégica e importantes recursos
naturales- se había convertido en la gran esperanza de la UE y en una
prueba de fuego para sus aspiraciones. El objetivo, sobre todo de
Lituania, que ejerce la presidencia semestral, era poder firmar un
ambicioso acuerdo político y de libre comercio la próxima semana.
Tras el "no" ucraniano,
Bruselas no ha escondido su "decepción", aunque ha preferido mantener
una mano tendida con vistas al futuro. De momento, sin embargo, ha
pesado más en Ucrania su rechazo a la exigencia comunitaria de llegar a
un arreglo para la liberación de la encarcelada ex primera ministra y
líder opositora Yulia Timoshenko. Y, por supuesto, la presión rusa.
Ine.es
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