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lunes, 25 de noviembre de 2013

EL NACIONALISMO E INDEPENDENCIA, ¿ PROYECTO DE IZQUIERDAS O DE DERECHAS?

por Andrés Herrero

Todos los nacionalismos practican la discriminación, apelan al victimismo, proclaman su superioridad y prosperan con el conflicto, se hacen fuertes donde los estados se muestran débiles, y es la política de cesiones la que les permite imponer sus condiciones

¿Alguien duda de que Cataluña es una colonia de España, pese a que sus ciudadanos designan a sus representantes en las cortes generales, parlamento, gobierno y presidente autonómico...?
Los nacionalismos vasco y catalán surgieron en el XIX alentados por la burguesía local más rancia, reaccionaria y conservadora
Las dos dictaduras militares que España (Primo de Rivera 1923-1929 y Franco 1939 -1975), fueron instigadas por la derecha catalana y vasca para frenar a un movimiento obrero que cada vez cobraba mayor fuerza
El 11 de septiembre de 2013 la sociedad catalana nacionalista se manifestó por la independencia antes que por los despidos, recortes en sanidad, educación, salarios, ayudas sociales, derechos laborales, pensiones, etc.

2 - De Sabino Arana al Pujolismo
Cualquiera se da cuenta enseguida de que un andaluz es distinto de un gallego, y que todas las regiones españolas poseen una personalidad bien definida y rasgos característicos, pero el “hecho diferencial” catalán, bailar la sardana en vez de flamenco, comer coca en lugar de empanada, y hablar catalán en vez de gallego, parece que da derecho a disfrutar de un estatus superior. Poco importa que el 20% de la población catalana provenga de otra zona de España, que la mitad de los nacidos en Cataluña posean al menos un progenitor hispano, o que la mayoría de sus antepasados sean del mismo origen: igual que nacen pollos con dos cabezas, independizarnos de nosotros mismos constituye un fenómeno inédito, sin precedentes en los anales.

Emancipación que, sin embargo, curiosamente, solo resulta válida de Pirineos para abajo. Porque, en el Rosellón, la Cataluña francesa, ni se les ocurre plantearla, a pesar de ser el francés un estado infinitamente más centralista que el español, que no reconoce al catalán estatuto de lengua oficial (Luis XIV lo prohibió en el año 1700), ni le consiente autogobierno alguno... ¿Cabe acaso mayor ensañamiento?... ¿por qué no se lanzan los independentistas catalanes en masa a “liberar” a sus desgraciados hermanos galos?... Pues porque saben que sus dos millones y medio de habitantes se les reirían en las narices, ya que no les interesa lo más mínimo unirse a sus parientes pobres del sur. Y lo mismo sucede a los vascos, que donde de verdad han conseguido mantener sus raíces ha sido en España, no en Francia, y son conscientes de que en Iparralde, las cuatro provincias vascofrancesas no tienen nada que rascar.
Comportamiento que los retrata y que hace que, por más que barran para casa, se les vea demasiado el plumero. Todos los nacionalismos practican la discriminación, apelan al victimismo, proclaman su superioridad y prosperan con el conflicto. Solo sacan pecho y se hacen fuertes donde los estados se muestran débiles, y es la política de cesiones, la peor de todas, la que les permite imponer sus condiciones. Lo único que se consigue tratando de forma diferente a los territorios, es territorios diferentes.
Aquí, en la confianza de que todos íbamos a una, Cataluña ha conseguido que España llevase allí las inversiones, las industrias, los trabajadores, el agua, el eje Mediterráneo, el Ave y las más modernas infraestructuras, para una vez obtenido, declarar que se va, que ya no le interesa seguir con nosotros, que solo somos una carga, un lastre para ella y se ha cansado de mantenernos. Conducta diametralmente opuesta a la seguida por los alemanes para lograr la reunificación del país: más diferencias había entre las dos Alemanias, la comunista y la capitalista, que entre Cataluña y España, y más fondos tuvo que desembolsar la rica, y lo hizo sin rechistar, dando a todos una lección de civismo, madurez y sentido colectivo.
«El progreso económico no se distribuye uniformemente, sino que siempre se concentra en regiones determinadas, como Cataluña o el País Vasco en el caso del estado español, e incluso a nivel internacional en países como Alemania. Existen actividades económicas que funcionan como motores del desarrollo porque por su propia naturaleza activan otras esferas económicas. Pero cuantas más actividades generan, más exclusivas se vuelven. Por eso hay muy pocas fábricas de automóviles y muchas panaderías, e igual que no tiene sentido que muchas localidades sean capitales administrativas, tampoco lo tiene que haya muchas fábricas de automóviles en ellas. Por eso, la región que va por delante en términos de desarrollo económico, está al mismo tiempo coartando a las otras. Pero este desigual reparto de los beneficios económicos no tiene por qué estar reñido con la justicia social siempre y cuando se pongan en marcha mecanismos de equilibrio, trasladando rentas de la región más favorecida a las que se quedan rezagadas».¹
Lo que en otro sitio funcionaría, aquí constituye un sacrilegio, un atraco… ¿acaso alguien duda que Cataluña es una colonia de España (“territorio dominado y administrado por una potencia extranjera”), pese a que sus ciudadanos designan directamente a sus representantes en las cortes generales y cuentan con un parlamento propio, gobierno y presidente autonómico elegidos solo por ellos, lo que los convierte en los esclavos más afortunados del mundo?... “Derecho a decidir” significa derecho a no compartir, y su deseo de “ser libres”, imponer a los demás la obligación de cotizar su libertad. Por supuesto que consultar a la gente es lo más democrático y lo que se debe hacer en todo tiempo, lugar y ocasión, pero hay que preguntar a todos los afectados por las decisiones y no solamente a la propia parroquia o los incondicionales. Pero el nacionalismo se considera tan legitimado para fijar el marco de referencia de la consulta, como para falsear la historia, inventarse una patria o fabricar un pueblo.
Nada tiene que ver Cataluña con el reino de Escocia que mantuvo su soberanía hasta 1707, ni con Canadá, a la que invadieron y colonizaron franceses e ingleses, que además de exterminar a la población nativa, libraron cruentas guerras por su posesión, hasta que en 1763, Quebec, la zona francófona, quedó definitivamente anexionada a Canadá.
Los nacionalismos vasco y catalán surgieron en la segunda mitad del siglo XIX, alentados por la burguesía local más rancia, reaccionaria y conservadora. Explica Ramón y Cajal que «el movimiento desintegrador en Cataluña nació en 1900, y tuvo por causa principal, aunque no exclusiva, la pérdida irreparable del espléndido mercado colonial». ² Abrir el comercio con las colonias de América, reservado en principio a la Corona de Castilla, a todos los territorios peninsulares, dio alas a la industria catalana. A España le salió muy caro, económica y militarmente, embarcarse en aventuras bélicas y medidas proteccionistas ruinosas para defender el textil catalán, pero la pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, sus últimas colonias, hizo que España perdiera interés para los empresarios catalanes, se les quedara pequeña, y aspiraran a volar por su cuenta.
En cambio en el País Vasco el capital repatriado de ultramar permitió fundar una poderosa industria metalúrgica. “Maquetos” denominaron despectivamente sus habitantes a los obreros que acudían a trabajar a sus acerías, altos hornos y fundiciones. La sociedad vasca rural sintió a esos advenedizos (y a las fábricas que los empleaban) como una amenaza a la forma de vida tradicional de los caseríos. Sabino Arana, fundador del PNV, inventor de la ikurriña, clerical y xenófobo a ultranza, arremetió contra ellos, afirmando que «el bizcaino es inteligente y hábil para toda clase de trabajos, mientras que el español es corto de inteligencia y carece de maña hasta para los trabajos más sencillos. Un bizcaino hace en igual tiempo tanto como tres maquetos juntos. El bizcaino es laborioso, el español, perezoso, vago, flojo y torpe. El bizcaino es emprendedor y degenera si se roza con el extraño; el español en cambio a nada se atreve, ni vale para nada. El bizcaino que vive en las montañas, que es el verdadero bizcaino, es religioso; el español, impío (aquí en Sestao, todos los españoles, que no son pocos, son librepensadores)».
Discurso al que se abonan todos los nacionalismos y que, con ligeras variaciones, se repite hasta nuestros días. Religión y raza caracterizan al nacionalismo vasco, tanto como cálculo e interés al catalán. Los famosos RH y ADN de los vascos de que se vanagloriaba el ex-lehendakari Arzallus, hunden sus raíces en lo más profundo de la prehistoria, y encuentran su réplica exacta en «el catalán más antiguo conocido que es un niño neandertal de 215.000 años de antigüedad”. ³ Que los catalanes no iban a ser menos que los vascos, ni iba a ir por la edad de piedra un neandertal catalán sin señera, aunque todavía no se hubiera inventado la tela.
Relata Cambó en sus memorias, que el 15 de noviembre de 1918, en un contexto de fuertes movilizaciones obreras, Alfonso XIII le convocó como líder de la conservadora y catalanista Lliga Regionalista y le comentó: «Temo que haya un estallido revolucionario en Catalunya y que los obreros se unan a los soldados. Hay que dar la autonomía a Cataluña inmediatamente. Es preciso que usted vaya a Barcelona para hacer un movimiento que distraiga a las masas de cualquier propósito revolucionario». Y dicho y hecho. Apenas unos días después eran designados dirigentes de todos los partidos políticos para formar la comisión redactora del primer estatuto de autonomía catalán. Pablo Iglesias advirtió a los políticos catalanes que si entraban en esa comisión desligaban a Cataluña de la causa de la República, entendida ésta como proyecto social de izquierdas, y Lluis Companys y otros líderes catalanes se negaron a formar parte de la misma, entendiendo que, efectivamente, se trataba de cambiar autonomía por monarquía y de postergar las luchas populares por una sociedad más justa y democrática. ⁴
Las dos dictaduras militares que España padeció a lo largo del siglo XX (primero la de Primo de Rivera 1923-1929, prolongación del pistolerismo de la patronal catalana, y la de Franco 1939 -1975), instigadas y apoyadas ambas por sectores de las derechas catalana y vasca para frenar a un movimiento obrero que cada vez cobraba mayor fuerza, beneficiaron enormemente a su industria al instaurar un régimen autárquico que no permitía huelgas ni competencia con el exterior, pero contribuyeron con su represión a reforzar el sentimiento nacionalista. Su revancha llegaría con la democracia, haciendo creer a los más jóvenes, entre otras cosas, que la Guerra Civil española fue de nuevo una guerra de España contra Cataluña. ⁵
La instauración del régimen autonómico obró el milagro de transformar a las regiones españolas en naciones, y que, por puro mimetismo y espíritu de imitación (efecto manada), los nacionalismos proliferasen por doquier, aunque los ya consolidados, mantuvieran su hegemonía. La diversidad pasó de ser la mayor riqueza del país, a convertirse en su talón de Aquiles.
El 11 de septiembre de 2013, presa de un entusiasmo desbordante y en un estado de exaltación que rozaba el fervor místico, la sociedad catalana nacionalista salió a las carreteras como si fuera al paraíso, manifestándose masivamente por la independencia antes que por los despidos, recortes en sanidad, educación, salarios, ayudas sociales, derechos laborales, pensiones, etc., confiada en que el futuro le devolverá con creces lo que le está arrebatando el presente. Que la fe mueve montañas… de gente. En ese clima de alto voltaje emocional sus ciudadanos se expresaron con la misma libertad que las mujeres que deciden llevar burka, e infinidad de españoles, ignorantes de que el proyecto independentista catalán llevaba 35 años incubándose en la sombra, con un perfil discreto y lo suficientemente bajo como para no llamar la atención ni asustar a nadie, despertaron bruscamente a la realidad. La estrategia nacionalista catalana de ir conquistando terreno de forma lenta y gradual, pero inexorable, demostraba su acierto frente a los métodos violentos del independentismo vasco, que solo habían conseguido provocar la repulsa general y atraer sobre sí los focos de la atención pública.
El que siembra, cosecha, y la ingente y callada labor de D. Jordi Pujol, fundador de Convergencia Democrática de Cataluña y presidente de la Generalitat de 1980 a 2003, comenzaba a dar sus frutos. Como autor y padre de la criatura, el mérito mayor le pertenece a él y justo es reconocérselo.
Aunque el gran timonel debería haber ido a la cárcel por el caso Banca Catalana del que había sido vicepresidente y consejero ejecutivo cuando la fiscalía presentó una querella criminal solicitando 12 años para él por causar un agujero patrimonial de 20.000 millones de pesetas a la entidad, llevar una doble contabilidad B en negro, apropiación indebida, maquinación para alterar el precio de las cosas, desvío de fondos, falsedad de documento mercantil, etc.; fue finalmente absuelto por la Audiencia de Barcelona (como es norma hacer en España con los políticos imputados), con el voto en contra de 8 magistrados, pese a reconocer la veracidad de los hechos imputados. Y si los depositantes lograron recuperar su dinero, no fue gracias a la actuación «imprudente y desastrosa de sus directivos», como se calificó en el auto de sobreseimiento, sino al estado español que se hizo cargo de la factura del desaguisado. Y es que de casta le venía al galgo. Su padre Florenci Pujol, había hecho fortuna con el franquismo, que le condenó por evasión de capitales a Suiza en 1959, el mismo año en que adquirió la Banca Dorca, junto con su hijo Jordi y otros socios, reconvirtiéndola en Banca Catalana, con la idea de hacer de ella el banco catalán por excelencia, cosa que su gestión malogró.
Un lunar que no empaña la inmaculada hoja de servicios de nuestro prohombre, aunque los escándalos se sucedieran y fueran la tónica dominante durante el apogeo del régimen pujolista y del partido construido a su imagen y semejanza: Caso Casinos (1992, desvío de fondos por valor de 18 millones de euros), Planasdemunt (1994, el que fuera consejero de Economía y Finanzas de la Generalitat y también director del Instituto Catalán de Finanzas, condenado a 7 años de prisión por un fraude de 35 millones de euros con pagarés falsos), Prenafeta (Secretario de Presidencia y mano derecha de Pujol, imputado en 1990 y 1996 por usar su cargo para desviar dinero a empresas suyas), Caso Cullell (1994, dimisión por corrupción), Caso Roma (1995, dimisión por corrupción), Macíá Alavedra (1997, segundo de a bordo del gobierno de Pujol durante 7 años, evasión y blanqueo de 7 millones de euros a paraísos fiscales), Pallerols (1997, 9 millones), Ferrocarriles (2008, malversación de 2,7 millones de euros, 4 años de cárcel para dos directivos), Millet/ Palau (2009, desfalco de 35 millones de euros), Pretoria (2009, fraude por corrupción urbanística de 44 millones de euros, de nuevo con Prenafeta y Maciá Alavedra como protagonistas), Parc Central (2012, pero que se remonta a los años 90, pelotazo inmobiliario de 5 millones de euros, con 15 años de instrucción y 26 jueces diferentes, record mundial), Instituto Catalán de Salud (pagos irregulares, favores políticos, sobrecostes y adjudicaciones sin concurso), Hospital Santa Pau, etc. ⁶; lista no exhaustiva que apenas constituye la punta del iceberg del famoso 3% (5% más bien), de peaje a pagar por obtener adjudicaciones públicas en Cataluña; práctica mafiosa denunciada por el Presidente Maragall en el Parlament, sobre la que después se corrió un tupido velo de silencio. ⁷
Y la estirpe no decae, la saga continúa y los hijos han salido tan avispados como el padre para los negocios, el primogénito, Jordi junior, llegó a tener hasta 20 coches de época antiguos, como Lamborghinis, Ferraris y otros, escondidos en una nave polígono del polígono industrial Vilapou, además de cuentas en Suiza, resorts y hoteles de lujo en Sudámerica, su ex Mercé Gironés, efectuó inversiones de más de 23 millones de euros en diversas sociedades, Pere Pujol hizo fortuna con las licencias para parques eólicos, Oriol Pujol lo intentó con las de ITV, y Oleguer, el benjamín, compró en 2008 los inmuebles del Grupo Prisa en Madrid y Barcelona por 300 millones de euros a través de Drago Capital, y por 2.084 millones de euros más 1.152 oficinas del banco de Santander con dinero procedente de paraísos fiscales. ⁸ A ver qué familia mejora eso. Su amor a Cataluña no tiene precio… ¿o sí? ⁹

¹ Las transferencias de renta entre regiones no son injustas, sino que deshacen injusticias, Eduardo Garzón, Saque de Esquina, 16.09.2013, http://eduardogarzon.net/las-transferencias-de-rentas-entre-regiones-no-son-injustas-sino-que-deshacen-injusticias/
² El mundo a los 80 años, Santiago Ramón y Cajal, parte II.
³ El catalán más antiguo es un niño, elperiodico.com, 18 de diciembre de 2012,

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/catalan-mas-antiguo-nino-2275635