ALBERTO BUITRE -
Ya habían matado a tres en agosto, y por la mañana de este domingo 10,
paramilitares asesinaron a dos comunistas más en México, quienes se
suman a un total de 13 luchadores sociales -cuatro por mes-, ultimados
desde el ascenso de Enrique Peńa Nieto a la presidencia del país.
Se trata de Luis Olivares Enríquez y a su esposa, Ana Lilia Gatica Rómulo, militantes del Partido Comunista de Mexico
y dirigentes de la Organización Popular de la Costa Grande (OPPCG),
asesinados a balazos dentro de su casa ubicada en Coyuca de Benítez,
Estado de Guerrero, la misma entidad donde el ocho de agosto pasado
mataron al secretario general del PCM en esa entidad, Raymundo Velázquez
y a los camaradas, Miguel Ángel Solano y Samuel Vargas.
De hecho, luego del asesinato de
Raymundo Velázquez, Olivares Enríquez denunció en una conferencia de
prensa en la Ciudad de México en septiembre pasado que él y su familia
eran víctimas de amenazas de muerte por parte de paramilitares. La razón
era la férrea lucha contra la explotación minera de los territorios y
en general por los derechos de los pueblos ante los proyectos de
privatización, el caciquismo y la autodeterminación popular.
Hace unas semanas, asesinaron también a Rocío Mesino Mesino, líder de la Organización Campesina de la Sierra Sur.
En un comunicado emitido por la mañana
de hoy, el Buró Político del PCM rechazó que el asesinato de sus
militantes sean “casos aislaos” y acuso el avance de la política
represiva contra los revolucionarios mexicanos por parte de la alianza
Pacto por México, iniciativa político-empresarial titulada por Peńa
Nieto que conjuga en una sola agenda a los tres más grandes partidos
políticos del país -PRI, PAN y PRD-, juntó a los 30 principales
monopolistas nacionales, para la creación y ejecución de reformas
constitucionales de privatización de los sectores públicos y recursos
naturales.
“Coincidimos con las organizaciones que señalan que no se trata de casos aislados, sino que confirman la tendencia represiva del Pacto por México para liquidar físicamente a un conjunto de cuadros del movimiento popular con el claro propósito de descabezar procesos organizativos, sembrar el terror e inmovilizar y desmovilizar a los contingentes de las distintas organizaciones del pueblo”, .
Para los comunistas mexicanos queda
claro que la operación represiva del Pacto por Mexico esta orientada por
el general colombiano Óscar Naranjo Trujillo, ex jefe de la Policía
Nacional de Colombia en el mandato de Alvaro Uribe Vélez, y creador,
entre otras cosas, de los grupos de paramilitares que siguen
aterrorizando al campesinado colombiano.
El PCM alerta el “abierto terrorismo de Estado para asesinar cuadros del movimiento revolucionario de nuestro país”.
Antes que las amenazas de muerte se
cumplieran contra Luis Olivares y Ana Lilia Gatica, el ejército, la
marina y la policía habían entrado con lujo de violencia a su comunidad
de origen en Coyuca de Benítez para detener arbitrariamente a cuatro
jóvenes de la OPPCG, a quienes posteriormente sometieron a tortura y
señalaron como supuestos culpables del asesinato de Raymundo Velázquez.
“Esto claramente es un intento de lavar la responsabilidad criminal de
los paramilitares y sus jefes en el gobierno, además de un intento por
confrontar a las diversas organizaciones que luchan en Guerrero”,
declaró el Partido Comunista.
Además, señalo abiertamente que país
bandas paramilitares actúan bajo la tolerancia del gobernador de
Guerrero, Angel Aguirre Rivero, ex priísta ahora militante del PRD.
“No esperamos la más mínima justicia por parte de este gobierno que realiza montajes y basa sus expedientes en declaraciones forzadas bajo tortura. A los familiares, amigos y compañeros de lucha de todos los caídos, el Partido Comunista les extiende el más cálido de sus abrazos, y los llama a grabar con la tinta indeleble de la memoria colectiva el nombre y la razón de los responsables de estos crímenes, en primer lugar llamamos a no perder de vista al actual gobernador, que tarde que temprano deberá pagar por su sangrenta actuación como chacal del Pacto por México. Redoblaremos nuestros esfuerzos, igual que las demás organizaciones revolucionarias que sufren este embate, para derrocar el poder de los monopolios, y para hacer que los responsables materiales e intelectuales respondan ante los órganos de justicia de un nuevo poder”.
Cuando en agosto los comunistas fueron
asesinados en Coyuca de Benítez por una banda paramilitar al servicio
del Estado, el Partido Comunista recibió muestra de solidaridad de
organizaciones populares y revolucionarias del país y del mundo, y
también elmsilencio de otras, que con esa actitud colaboraron con el
terrorismo de Estado.
Peor aún -denuncian los comunistas-, ha
habido expresiones del oportunismo que en medio del asalto paramilitar
contra nuestras organizaciones se lanzan a una campaña nacional e
internacional de ataques y calumnias, festinando la muerte de nuestros
mártires y rebajándose a la ruindad ideologizada.
OFICIO ROJO“Por cuestión de principios, por encima de las mezquindades, el Partido Comunista de México no solo reivindica a sus presos o muertos, sino que considera su deber también demandar la libertad de los todos los presos políticos y condenar el asesinato de cualquier luchador, independientemente de la organización a la que pertenezca, en tanto estén inscritos en el torrente de fuerzas que aspiran a un México sin explotación del hombre por el hombre.”, aclara
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