Tras
la decisión del Ministerio del Interior de colocar nuevamente en lo
alto de la doble verja que rodea Melilla las llamadas concertinas –es
decir, cuchillas que se entremezclan entre los alambres para evitar que
las personas escalen la valla-, Andalucía Acoge vuelve a mostrar su
rechazo ante políticas que vulneran gravemente los Derechos Humanos.
Andalucía
Acoge quiere recordar que estas “medidas disuasorias” fueron eliminadas
por la presión nacional e internacional de multitud de organizaciones
sociales e instituciones de defensa de los Derechos Humanos, que
alegaron que estos elementos causan daños físicos impropios de un Estado
de Derecho. También hubo posicionamientos en este sentido desde las
propias administraciones públicas, ya que el Defensor del Pueblo de la
época, Enrique Múgica, expuso en su informe de 2005 que las concertinas
ponían “en serio riesgo la vida y la integridad de las personas” y el
que era por entonces Delegado del Gobierno en Melilla, D. José Fernández
Chacón, resaltó en 2007 el carácter humanitario de la retirada de las
mismas.
Siete
años después, Andalucía Acoge rechaza nuevamente la decisión de colocar
las concertinas en la valla y exige que se dé marcha atrás, puesto que,
como puntualiza el Secretario General de la organización, Mikel
Araguás, “la colocación de elementos disuasorios en el vallado no debe
suponer en ningún caso el uso de objetos que atenten contra la
integridad física e incluso la vida de las personas, derecho fundamental
reconocido en el artículo 15 de la Constitución Española”.
La
Presidenta de Andalucía Acoge, Sylvia Koniecki, además de sumarse a las
críticas por la vulneración a los Derechos Humanos y por anteponer la
idea de la “Europa Fortaleza” a la “Europa de los Derechos y las
Libertades”, quiere recordar que, tal y como se está demostrando en las
últimas semanas en las fronteras del continente, ninguna de estas
medidas “va a conseguir que las personas que huyen de la inestabilidad
política y social de sus países de origen cesen en su intento de entrar
en Europa”.
Las
declaraciones de responsables políticos europeos ante tragedias como la
sucedida semanas atrás frente a las costas de Lampedusa, en las cuales
muestran su consternación por la pérdida de numerosas vidas humanas,
contrastan fuertemente con las decisiones políticas que las propias
instituciones europeas toman en materia de inmigración. Las políticas de
extranjería insisten en blindar las fronteras de Europa y en perseguir
y criminalizar a aquellos que emprenden un proyecto migratorio, sin
dedicar medios y esfuerzos a la mejora de la situación de los países en
origen, única medida eficaz para evitar que las migraciones no sean
forzadas sino voluntarias. Por otra parte, la falta de vías para migrar
de forma regular a la UE condena a miles de personas a la
clandestinamente, lo que supone poner en riesgo su integridad física y
sus vidas. Es por eso que desde Andalucía Acoge insistimos en que las
muertes en la Frontera Sur de Europa no son meros accidentes, sino la
consecuencia de estas políticas que, lejos de abordar las causas de las
migraciones, pretenden detener a toda costa a las personas migrantes.
Por
ello, Andalucía Acoge reivindica una vez más que se antepongan los
Derechos Humanos a las políticas de control de fronteras e informa que,
tal como hiciera hace siete años, ha apelado a la Defensora del Pueblo,
Doña Soledad Becerril, para que esta institución vuelva a posicionarse
contra una medida que pone en compromiso la vida de las personas
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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