11.10.2013
Purificación de la Blanca
La nueva tragedia ocurrida en aguas próximas a la
isla italiana de Lampedusa, con el naufragio de una barcaza procedente
de Libia, en la que los muertos se cuentan por centenares, abre todos
los foros y desata comentarios que a nosotros, en muchos casos, se nos
antojan desinformados, desvergonzados e incluso abominables. “Hay que
dar soluciones a África”, “no estamos haciendo todo lo que debiéramos
por África”, “no escarmentamos, y reincidimos” (comentario este último
del Sr. Morenés, Ministro de Defensa de España, vinculado a dos empresas
de armamento) .
Nadie se plantea lo que occidente está haciendo en
África, porque el silencio forma parte de los planes. Ignoran también
que la U.E. exigió a los países del Tratado la modificación de sus
códigos penales de modo que si antes era delito la omisión de un deber
de socorro, ahora el delito es socorrer, sobre todo si es en alta mar,
porque se considera inmigración clandestina, que incluso se persigue
extraterritorialmente.
El próximo 20 de octubre se cumplirán dos años del
asesinato del Coronel Gadafi, a manos de mercenarios de la OTAN. (Y
perdonen que me repita, lo voy a hacer anualmente) El hombre que había
promovido una revolución modélica en Libia, en donde no solo no existía
el desempleo sino que además encontraban trabajo dos millones y medio de
inmigrantes extranjeros; que repartía entre su pueblo las rentas que el
petroleo generaba; que implantó la medicina universal y gratuita; que
instituyó el derecho constitucional a la vivienda; que creó
universidades y dio becas (de 1.600 €/mes) a los estudiantes libios; que
había sido felicitado por la ONU un mes antes de producirse la invasión
por haber llevado a Libia a la escala más alta del índice de desarrollo
humano de toda África, fue brutalmente torturado, linchado y asesinado.
El gobierno de Libia -un país sin deuda externa-
había tenído también una brillante idea, que contaba con grandes
posibilidades de prosperar: la implantación del dínar de oro en toda
África, para dar independencia económica al continente. Esta idea fue
apoyada por el entonces Director General del F.M.I., Dominique
Strauss-Kanh, que consideraba que el dólar estaba hundido y no podía
continuar siendo moneda de cambio internacional (ya sabemos lo que le
sucedió), pero despertó las iras de Francia, que controla la economía de
los 14 países francófonos. Y de los EE.UU.
Libia fue bombardeada indiscriminadamente, ante el
cómplice silencio mediático. El que fuera director del hopital de Sirte
contó a una comisión de Ojos para la paz -entre la que me encontraba-
que la OTAN bombardeaba esa ciudad día y noche, implacablemente,
insistentemente, entre la desesperación de la gente, que no podía ni
enterrar a sus muertos. No se libró de los bombardeos el hospital,
después de que los mercenarios de la OTAN llegaran por tierra y entraran
a saco asesinando a todos los enfermos y a todos los médicos (salvo a
la persona que vivió para contarnóslo, por eso estaba perseguido).
Hospitales, barrios, aldeas, barcos, rebaños, centrales eléctricas,
conducciones de agua, universidades, colegios...Todo fue arrasado por la
OTAN, mientras los libios eran asesinados, torturados, secuestrados,
encarcelados...privados de todo derecho.
A fechas de hoy, Libia ha desaparecido como estado, y
los invasores han iniciado los movimientos para dividirla en tres
trozos: Tripolitania, Fezzan y Cirenaica. EE.UU., que asaltó los bancos
libios, embolsándose 200.000.000.000 $, mas un buen número de toneladas
de oro (porque Libia sí respaldaba su dinar con oro), está
beneficiándose también del petróleo libio, que se reparte con Francia y
Reino Unido, principalmente. A España, es decir a un grupo de empresas
supuestamente españolas, les dieron como premio por participar en la
destrucción de Libia las obras del AVE La Meca-Medina.
Egipto ha tenido que enfrentarse al retorno de 1.500.000 emigrantes que trabajaban en Libia. Una convulsión.
No queda todo ahí. EE.UU. se ha instalado en Libia
con el AFRICOM, después de imponer un gobierno títere de doble
nacionalidad, libia y estadounidense, y llenar el país de bandas armadas
(Qué montaje el del “secuestro legal”, dicen ellos, del libio Abu
Anas al Libi, acusado de pertenecer a Al Qaeda). Las potencias
coloniales han iniciado el nuevo reparto de África. Desde Libia han
saltado a la República Centroafricana y a Mali. Ya estaban en Somalia
(con el pretexto de los piratas), en Sudán, en Kenia, en Costa de
Marfil, en Níger...(e insisten en Egipto y en Túnez), dispuestas a
saquear los recursos de los países africanos que no pudieron llevarse en
otras fechas, saqueo que pasa previamente por la desestabilización y la
guerra.
España se ha sumado a todo ello a través del Programa
Masar ("Programa de acompañamiento a los procesos de gobernanza
democrática en el Mundo árabe”), de la AECID (no leen mal, es la Agencia
Española de Cooperación Internacional al Desarrollo), que desarrolla
los conflictos que financian algunas instituciones norteamericanas, como
la famosa USAID -que, además de las “primaveras” y “revoluciones de
colores”, tiene en nómina a Al Qaeda, operando en Siria-, el Club de
Madrid Foundation Inc., una entidad financiada por el Departamento de
Estado de Estados Unidos, el Banco Mundial, o el Rockefeller Brothers
Fund. No se puede prostituir más a una agencia que se creó para la
cooperación.
Solo en los primeros seis meses del año, España ha
recibido 2.500 solicitudes de asilo político de malienses y sirios (de
Libia no se dan datos, no existe)
Los medios de comunicación, convertidos en medios de
propaganda, continúan guardando silencio sobre lo que han hecho con
Libia y encubriendo las mentiras que se difundende sobre África (al
igual que sobre Siria).
Será por eso probablemente por lo que mucha gente se
extraña todavía de que los africanos en su huida vengan a morir al mar
Mediterráneo.
Purificación González de la Blanca
Ojos para la Paz
8 de octubre de 2013
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