Domingo, 27 de Octubre de 2013 02:06
En estos días y en todo el mundo hubo preocupación por el dólar, o
lo que es lo mismo, por el devenir de la economía estadounidense. En Argentina se afirma la dependencia con EEUU, el dólar y el sistema mundial del capitalismo.
En octubre comenzó el nuevo año fiscal en EEUU y la disputa
política entre republicanos y demócratas demoró la aprobación del
presupuesto, lo que significó el cierre del gobierno, es decir, de
algunas oficinas y ámbitos administrados por el gobierno estadounidense.
Eso significó licencias anticipadas para 800.000 trabajadores del
Estado que temieron por sus ingresos y sus puestos de trabajo en un
momento de crisis en el empleo.
Al fin hubo acuerdo, transitorio, pero acuerdo al fin, en el límite
establecido y otorgaron el visto bueno hasta diciembre, donde el tema
volverá a ser discutido. Algo así como tirar la pelota hacia adelante.
El problema de fondo no está resuelto. No se resolvió la cuestión
central del déficit fiscal, gravísimo, que promedia 1,5 billones de
dólares al año desde hace 4 periodos. Si bien se autoriza un nuevo techo
para el endeudamiento público del orden de los 23 billones de dólares,
desde los actuales 16,7 billones, las causas de la necesidad de deuda no
se modifican.
Hay que buscar el problema en el gasto militar y la política
exterior e interior de los gobiernos estadounidenses, que avalan
gestiones republicanas y demócratas. Unos y otros sostienen la política
de intervención con fuerte gasto estatal para asegurar los intereses
estratégicos de EEUU. Eso se logra con la confianza del resto del mundo,
que destina sus propios recursos a inversiones en activos externos de
origen estadounidense, especialmente los bonos del tesoro, que aun
pagando poco son fuente segura de inversión.
En definitiva, el déficit de EEUU lo financia el mundo. Resulta
increíble la confianza en la seguridad de un país que está en quiebra,
que gasta más de los que recauda, que compra más de los que vende y que
le cuesta sostener al dólar como moneda mundial, para lo cual acude al
apoyo de las armas y la militarización, tanto como a la credibilidad de
inversores capitalistas de todo el mundo deseosos de invertir en EEUU,
entre ellos varios países que colocan sus reservas internacionales en
esos activos. China y Japón a la cabeza, que los asocia en las
expectativas de superar los escollos económicos y/o políticos de la
principal potencia del capitalismo mundial.
La consigna pareció en estos días “salvemos todos al Titanic, o
sea, a EEUU”. El capitalismo mundial está en crisis y una de sus
manifestaciones son los límites de política económica del país
hegemónico, pero también las políticas nacionales que en el mundo
sostienen al dólar. Es que EEUU se mantiene porque el mundo demanda
dólares.
Argentina y el dólar
Veamos la propia Argentina, que
desde comienzo de año ya perdió 10.000 millones de dólares de reservas
internacionales, de un poco más de 44.000 millones bajó a poco más de
34.000 millones a mediados de octubre. Sin contar que las reservas
habían llegado en diciembre del 2011 a unos 52.000 millones de dólares.
Las divisas se van de la Argentina por pagos de deuda, por fuga de capitales, y por las condiciones de la inserción subordinada de la Argentina
en la economía capitalista mundial. Se trata de un activo externo
demandado por los principales actores económicos y ello explica su
precio en ascenso, sea el tipo de cambio oficial o el paralelo, más allá
de los intentos por reprimir su escalada desde las autoridades. Las
divisas son demandadas por el gobierno y también por los sectores
económicos más concentrados, sean exportadores o importadores, incluso
turistas con gran capacidad de gasto.
Tan importante es el tema que contradiciendo el mensaje de la
pesificación se habilitó un blanqueo en dólares (CEDIN, BAADE) que tuvo
que prorrogarse hasta fin de año por el escaso flujo de exteriorización
de dólares, apenas menos de 400 millones ante una expectativa por 4.000
millones de dólares. Para completar la medida, el BCRA acaba de
reglamentar la posibilidad para que el sector privado se endeude en el
exterior e ingrese esas divisas vía compra de Bonos para inversión en
energía, el BAADE, que había sido pensado para blanquear divisas no
declaradas.
Puede ser que ingresen esos recursos, y de hecho, petroleras y
cerealeras anuncian aportes por 1.000 millones de dólares, al mismo
tiempo que se incrementa la preocupante deuda externa del sector
privado. Ya sabemos que cunado la deuda privada externa es alta y se
torna impagable, las presiones empresarias acuden sobre el Estado para
socializar su cancelación o renovación a costa del presupuesto público.
La deuda privada externa en ascenso y el aumento de la pública
constituyen problemas estructurales que asfixian el presente y el futuro
de la soberanía nacional. Vale mencionar, que así como en EEUU se tira
la pelota hacia adelante, ante la crisis económica mundial, otros países
actúan en consecuencia. Ese es el marco de la recomposición de
relaciones entre la política oficial y los organismos internacionales y
que se manifiesta como satisfacción en el cónclave empresario de estas
horas en Mar del Plata.
Los empresarios en IDEA reconocen las elevadas ganancias de estos
años y saludan la orientación hacia el mercado mundial de conversaciones
y acuerdos con el CIADI, con el Banco mundial y el FMI, lo que anuncia
un nuevo ciclo de inserción subordinada para afirmar la dependencia
local con EEUU, el dólar y el sistema mundial del capitalismo.
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