(Un artículo de Mariló Hidalgo)
Políticas de doble rasero. Desprecio al
sistema de Naciones Unidas. Injerencia en la política de otros países.
Invasiones. Muerte de inocentes. Amenazas. EEUU e Israel forman parte de
un grupo de “elegidos” que actúan al margen de la justicia
internacional. ¿Quién les financia? ¿Cuáles son sus objetivos?
DESDE ANTES DE LANZAR LA PRIMERA BOMBA ATÓMICA, EE.UU. ERA UNA NACIÓN GOBERNADA POR CRIMINALES
“EEUU nunca fue juzgado por el empleo de armas atómicas contra
Japón, ni armas biológicas en Vietnam, ni de bombas de racimo en
Afganistán e Irak, todas ellas de destrucción masiva”, recuerda el Profesor de Pensamiento Político y Social de la UCM, José Carlos García Fajardo.
Como tampoco ha sido juzgado Israel. Ambos países funcionan desde hace tiempo al margen del ordenamiento jurídico internacional.
Las armas de destrucción masiva están legitimadas si las utilizan
los estados fuertes y son peligro terrorista si disponen de ellas los
débiles.
¿Quién dispone de los mayores arsenales de armas químicas, biológicas y nucleares?
Los miembros del G-8, que pretenden controlar los destinos del mundo
sin estar legitimados para ello. Disponen de los recursos financieros y
económicos que les permiten decidir qué es legal o ilegal, como si esto
coincidiera con lo justo o injusto.
Uno se estremecía ante la foto en la Casa Blanca del general Sharon
precediendo al presidente Bush, con las banderas de ambos países
franqueando las puertas de un mundo diseñado por los intereses de los
lobbies fundamentalistas judío y cristiano.
Y ¿cuáles son las pretensiones de estos elegidos?
“En el caso americano - contesta el profesor García Fajardo – obedece
a la lógica de asegurar recursos para sostener la carrera en un modelo
de desarrollo creado a expensas de centenares de millones de vidas de
seres humanos a los que esquilman sus riquezas y a quienes esclavizan
como fuerza de trabajo.
Los consideran recursos materiales y humanos, buenos para ser explotados y obtener beneficios.
Para Israel es la expresión suicida de una pretendida garantía en
sus fronteras y en su intento de expansión mediante el control de los
medios económicos y bélicos.
El hecho de que ante las elecciones en EEUU los votos de más de seis
millones de ciudadanos norteamericanos judíos que controlan importantes
medios económicos y financieros permitan a su lobby manejar al Gobierno
de EEUU, nos debe hacer considerar si no fueron similares las
circunstancias que dieron lugar a sangrientas guerras y a crímenes
horrendos.
Israel presiona fuertemente a EEUU, ya que le asegura una
transferencia de recursos financieros de 3 mil millones de dólares
anuales.
¿Qué obtiene a cambio de EEUU? Tecnología punta y armamento
sofisticado; entrada ilimitada de sus productos en el mercado americano;
entrada libre de inmigrantes; un compromiso de apoyo incondicional en
la represión a los palestinos y lo más importante, veto garantizado
contra resoluciones de Naciones Unidas que pudiesen vulnerar cualquiera
de los puntos anteriores.
¿Cuando hablamos del lobby judío a quién nos referimos?
Hablamos de un poderoso grupo pro israelí que se encuentra en EEUU y
tiene poder sobre los medios de comunicación más influyentes, sobre
sectores estratégicos de la economía estadounidense, sobre partidos
políticos, miembros del Congreso, del Ejecutivo, etc.
Flora Lobato resume en su artículo “Deconstrucción de un mito” que “los
objetivos alcanzados por el pueblo judío son del dominio público. EEUU
controla el Universo y el lobby judío de Nueva York determina quién
accederá a la presidencia de los Estados Unidos”.
No es el voto judío, que apenas representa el 5% en todo el país,
sino el poder económico y político de los judíos alineados con Israel lo
que explica por qué los principales candidatos presidenciales se
resisten a condenar la matanza israelí de palestinos.
Dicho de otra forma: la política exterior se guía por minorías
nacionales que disponen de enormes sumas de dinero y que gozan de una
influencia agobiante sobre los políticos, en especial durante las
campañas electorales.
Y añado: ¿qué leyes internacionales facultan a Occidente (Europa y
EEUU) a vetar a Corea del Norte, Irán o Venezuela (si fuera el caso)
para acceder a armamento nuclear?
¿Es que sólo quienes han utilizado esos artefactos pueden disponer de cientos de esas bombas?
¿Acaso la Casa Blanca, que asesinó a miles de japoneses en el pasado
siglo, tiene bula a la hora de lanzar tales explosivos y determinar qué
naciones pueden fabricarlos?
El desarme nuclear exige que TODAS LAS POTENCIAS renuncien
definitivamente a las armas atómicas. Pero EE.UU. e Israel no han
firmado los acuerdos de NO proliferación.
Mientras tanto, considero que Corea del Norte tiene todo el derecho
del mundo a defenderse en caso de un ataque estadounidense. No sería la
primera vez.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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