Purificación González de la Blanca.Este títere al que, al igual que anteriores títeres, la Reserva Federal Norteamericana le tenía asignado el papel de encender distintas y planificadas guerras, está a punto de estrellarse en su intento de prender una guerra en Siria.
Siria celebró con éxito un Referendum de Reforma Constitucional que ha culminado con una constitución tan progresista que ya la querríamos para nosotros en España (enquistada en una arcaica monarquía franquista); y ha celebrado elecciones parlamentarias, con fecha 7 de mayo de 2012, que han llevado al poder a parte de la oposición, resultando un gobierno de coalición integrado por el PSS, PCS, P. nasserista y P. Baaz. Siria ha ido superando con éxito todas las pruebas a las que ha venido siendo sometida.
Pero el país ha sido invadido de mercenarios, entrenados, armados, pagados e introducidos por Arabia Saudí, Qatar, Israel, Turquía, Francia, USA, Reino Unido…(España también paga), dedicados al crimen, al sabotaje y a asesinar a las pacíficas gentes sirias, incluso devorando sus corazones ante las cámaras.
Se trata de reventar el país desde dentro destruyendo sus infraestructuras (oleoductos, mercados, escuelas, universidades, elementos significados del patrimonio histórico-artístico) y asesinando a sus gentes, para hacer cundir el terror. Y es que la autodenominada “Comunidad Internacional” ahora apoya a Al-Qaeda, a través de su Frente Al-Nusra, principal grupo mercenario de oposición a Bashar al Assad, que, por cierto –qué contradicción- está en el listado de grupos terroristas de los USA.
Por eso conviene tener claro que en Siria no hay una guerra civil (que solo existe cuando dos bandos de un país llegan a las armas para apoderarse del poder) sino un gobierno apoyado por su ejército y su pueblo, que lucha por limpiar el país de mercenarios.
Y Siria va ganando, por más que -como en el caso de Iraq- se inventen armas de destrucción masiva.
Bashar al Assad gana, para vergüenza de Obama, que pretendía apoderarse de Siria. ¿Por qué ese empeño? Porque Siria guarda en sus entrañas las segundas reservas mundiales de petróleo y probablemente las primeras o segundas de gas; porque tiene territorios que Israel desea para ampliar su estado sionista; porque tiene suelo por el que dar salida hacia el Mediterráneo a los gasoductos y oleoductos por los que transportar esos combustibles que los “países democráticos” planean robar a varios países; porque es la plataforma desde la que saltar a Irán, también en la hoja de ruta.
Y habría que añadir también que en Siria se mide le hegemonía de los EE.UU., que está cayendo en picado, y dando paso a Rusia y China.
Se hunde el poderío norteamericano, y con él el dólar y Obama. Todos saldremos ganando. ¡Ya era hora! Por eso la cara de Obama, además de ser cada vez más dura, refleja claramente su declive.
lapupilainsomn
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