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lunes, 19 de agosto de 2013

¿ SE PUEDE PREVER ALGUNA RECOMPOSICIÓN POLÍTICA DE LO QUE UNA VEZ FUE LA CLASE OBRERA?

19.08.2013.

Eric Hobsbawm Eric Hobsbawm
 
 
 
 
 
 
 
Aportación al debate con Nega y otros sobre la composición de clase y las potencialidades políticas
Fragmento de la entrevista a Eric Hobsbawm en el número 61 de la New Left Review. Saludos a todos,
Pablo


¿Puedes prever alguna recomposición política de lo que una vez fue la clase obrera? 

No en la forma tradicional. Marx estaba, sin duda, en lo cierto al predecir la formación de grandes partidos de clase en una determinada etapa de la industrialización. Pero estos partidos, si tenían éxito, no funcionaban como partidos exclusivos de la clase obrera: si querían extenderse más allá de una clase reducida, lo hacían como partidos populares, estructurados alrededor de una organización inventada por y para los objetivos de la clase obrera. Incluso así, había límites para la conciencia de clase. En Gran Bretaña, el Partido Laborista nunca obtuvo más del 50 por 100 de los votos. Lo mismo sucede en Italia, donde el PCI era todavía más un partido popular. En Francia, la izquierda se basaba en una clase obrera relativamente débil pero políticamente fortalecida por la gran tradición revolucionaria, de la que se las arregló para convertirse en la imprescindible sucesora, lo cual le proporcionó a ella y a la izquierda mucha más influencia.

El declive de la clase obrera manual en la industria parece algo definitivo. Hay, o habrá, mucha gente que quede realizando trabajo manual, y la defensa de sus condiciones es una tarea importante para todos los gobiernos de izquierda. Pero ya no puede seguir siendo el principal fundamento de sus esperanzas: carece del potencial organizativo de la vieja clase obrera y ya no tiene, ni siquiera en teoría, potencial político. (…)

¿Puede haber nuevas posibilidades de agencia? Ya no puede ser en términos de una sola clase, pero entonces, desde mi punto de vista, nunca lo pudo ser. Hay una progresista política de coaliciones, incluso de coaliciones tan relativamente permanentes como las de, por ejemplo, la clase media que lee The Guardian y los intelectuales, la gente con niveles educativos altos, que en todo el mundo tienden a estar más a la izquierda que los otros, y la masa de pobres e ignorantes. Ambos grupos son esenciales para ese movimiento, pero quizá sean más difíciles de unificar que antes. En cierto sentido, para los pobres es posible identificarse con multimillonarios, como pasa en Estados Unidos, diciendo «si tuviera suerte, me podría convertir en una estrella del pop». Pero no puedes decir «si tuviera suerte ganaría el premio Nobel». Esto es un verdadero problema para coordinar las políticas de personas que objetivamente podrían estar en el mismo bando.

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