Recibo de mi amiga Eva Nasarre unos tuits que me preocupan. Habla de
haber llegado al límite, de que le es muy difícil aguantar el acoso al
que se la somete. Se le quiere hacer daño en lo más íntimo y privado no
por haber sido en otro tiempo personaje mediático, sino por defender...
... la aplicación de la Ley de
la Dependencia y denunciar sus graves incumplimientos y el gran
desamparo en el que quedan las personas más débiles. Por defender
políticas públicas al servicio de las personas dependientes los buitres
entran sin piedad, con las basura con la que suelen envolver sus
mentiras, en su privacidad. Los carroñeros que atentan contra lo público
para ensobrárselo y formar su botín tampoco respetan la esfera de la
intimidad. Ponen su imaginación en modo desvarío para atropellar las
voces honestas que proclaman su enorme hipocresía. No veo mejor manera
de expresar mi solidaridad con Eva -y con todas las amigas y amigos que
luchan por una Ley de la Dependencia digna- que darle de nuevo la
palabra (y la tendrá siempre y cuantas veces quiera) compartiendo su DESPRECIO:
“Desestimación, falta de aprecio. Palabra o acción que indican desaire y desdén. (www.wordreference). Esa es su definición.
La ciudadanía en general debemos
protegernos del desprecio con que nos tratan quienes nos Gobiernan o
quienes están en Organizaciones influyentes y con poder. Quien desprecia
a otro, da cuenta de su poca educación y menor inteligencia.
Esta última semana, dedicada al descanso, me ha hecho percibir varias
declaraciones (a cual más desafortunada) de varias personas, llenas de
desprecio hacia nuestras condiciones de vida. Es bueno reconocer que nos
desprecian y mucho mejor no hacer ni caso. Porque quien lo hace es muy
pobre de espíritu y dice poco o nada sobre su humanidad. Podrá tener
poder, dinero. Pero en el fondo solo tiene pobreza.
Despreciar a quien está sufriendo, a
quien no encuentra trabajo, a quien está enfermo, a quien tiene twitter
con pocos ingresos económicos (eso parece un chiste), quien lo dijo no
sabe que en su cuidad, de la que es alcaldesa hay “wifi gratis”, eso nos
hace ver que catadura moral tienen quienes hacen declaraciones
despreciativas.
Los parados que no respondan al
teléfono perderán su prestación. Increíble. Alcaldes que justifican
crímenes franquistas y siguen en su cargo en una Democracia. Las
vacaciones pagadas deben desaparecer, son “injustas”. Son algunas de las
expresiones que he escuchado estos días. Se ha abierto la puerta del
cuarto oscuro y van saliendo día a día verdaderas vergüenzas, que no
debemos soportar. No dejemos que nos desprecien. El capitalismo se basa
en el consumo. Nosotros somos los consumidores. Tenemos poder. ¿Qué
empresas forman parte de la corriente del bien común?. ¿Que empresas
obtienen su producción, bajo condiciones de esclavitud de sus
trabajadores?. Nosotros elegimos. Tenemos espacio, pero él que nos
queda, debe ser responsable y somos muchos. Cambiar nuestros hábitos de
consumo. Comprar en cooperativas o en tiendas de Consumo Responsable.
“En mi pobreza mando yo”. Grandísima frase del profesor Sampedro y yo
añadiría “en mi vida mando yo”.
Los políticos nos representan o
debería ser así. No lo es, están a los pies de la CEOE, de la Banca y de
la Troika. Ya todos lo tenemos claro, ¿verdad?. Bien. El margen que
tenemos es mucho, solo que se han encargado de que no nos lo creamos.
Somos libres en nuestras decisiones, y responsables de ellas.
No toleremos más desprecios, vengan de
donde vengan. Los ciudadanos de este país si hicimos la transición, de
la opresión a la libertad y con mucha tolerancia. Algunos políticos se
quedaron por el camino y todavía nos miran con otros ojos que no son
democráticos.
Os invito a que os protejáis de toda
esa fanfarria de palabrería falta de intelectualidad, fondo y forma. No
son políticos, son mercaderes, siguiendo directrices de los poderes
financieros y que además, desprecian más al que menos capacidad de
consumo tiene. No lo olvidéis.
Estamos llegando a unos niveles
preocupantes de exclusión social, precariedad y pobreza. Dicen que
quieren que seamos la China Europea. Algún famoso empresario dijo tener
la producción china como modelo.
¿Seguiremos comprando en sus centros
con ese pensamiento?. Eso depende de cada uno de nosotros. Pero los
grandes cambios empiezan con un cambio pequeño.
Que no nos arrebaten la dignidad. Una persona sin dignidad es un esclavo sumiso y un muerto en vida.”
.
Y
finalmente, vuelvo a recordarles el discurso de Eva Nasarre frente a la
silla vacía del representante del gobierno de la piadosa Cospedal en
Castilla la Mancha, con mujeres y hombres de organizaciones sociales que
a título personal o de partidos se reunieron en Toledo a principios de
marzo para hablar de la penosa situación de las personas dependientes.
Estoy segura de que todas las personas sensatas y bien nacidas nos
sumamos a sus argumentos y nos resistimos a retroceder a los tiempos de
la beneficencia y del sálvese quien pueda.
Defender los derechos de las
personas dependientes es igual a reivindicar el derecho de toda la
sociedad a comportarnos como seres sociales solidarios y civilizados,
frente la ley de la selva que supuestas dirigentes con peineta,
aparentemente muy cristianas, nos quieren imponer como durísima norma
inhumana de no-convivencia. Sus palabras son, cada día que pasa, más
actuales y certeras:
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