lunes, 10 de junio de 2013
A este ritmo macabro la "Marca España" batirá todas las marcas... en suicidios: La censura mediática silencia que 3158 españoles se suicidan por la crisis, 119 de ellos por desahucios.
España es un país que
está resistiendo bien la crisis porque a pesar de la dureza y crueldad
con que sus dirigentes tratan a los ciudadanos, la “paz social” es un
hecho incuestionable, dice el economista hindú Raghuram Rajan, autor del
libro Grietas del Sistema. Y no le falta razón, solo que las causas de
esta “paz social” no están en la eficacia de los sindicatos y de los
partidos de la oposición para vehicular todo el odio e indignación que
suscita el saqueo permanente de esta “casta” o “partitocracia” que
arrasa nuestra economía, sino que directamente se han unido a ella en
detrimento de los propios españoles. Por eso la “paz social” en España,
construida a costa de desarticular la sociedad civil para sustituirla
por partidos y sindicatos subvencionados, se basa en un hecho oculto que
provoca la ausencia de salidas y alternativas: 3.158 españoles se han
suicidado, 119 de ellos por desahucios.
Esta semana ha ocurrido
en Málaga, uno más. Leandro C.M.G., de 36 años de edad, se ha quemado a
lo bonzo frente a la Junta de Andalucía, que le había negado una ayuda
para atender a su madre, que falleció por ello. El político responsable,
delegado territorial de Salud y Bienestar Social en Málaga, el
socialista Daniel Pérez, se lavó las manos: “su expediente no se
resolvió favorablemente porque no se presentó la documentación
solicitada”. Hasta el presidente andaluz, José Antonio Griñán, se mostró
inflexible: “no consta ninguna solicitud en la Junta de Andalucía”.
Su caso apenas suscitó
unas líneas en la prensa ni generó interés en el resto de la sociedad,
cuando este mismo hecho en Túnez, cuando el joven universitario y
vendedor ambulante, Mohamed Bouazizi, se prendió fuego y produjo desde
2010 una oleada de revoluciones y derrocamientos de partidos en el mundo
árabe: Túnez, Egipto, Libia, Siria y ahora Turquía, donde la sociedad
civil también ha hecho retroceder al “sultán” Erdogán manifestándose
masivamente en la calle sin perder su capacidad de intimidar a los
políticos.
La crueldad e
insensibilidad de los políticos en torno al drama de la pobreza y el
paro ha convertido a España en la vergüenza del mundo, sin que los
poderes públicos se aperciban de la gravedad de la catástrofe para
quienes la sufren. Este cataclismo ha obligado al movimiento 15-M a
abrir una página en wikipedia para intentar cuantificar el número de
suicidios en España relacionados con la crisis, cifra que va a
aumentando cada mes. No están incluidas las tentativas como la del joven
Leandro en Málaga, lo que incrementaría notablemente la cifra.
La situación parece
evidenciar que en España, ante la falta de alternativas políticas, los
ciudadanos optan por quitarse la vida antes que rebelarse contra el
régimen o ayudar a su derrocamiento o sustitución. Algunos movimientos
sociales están barajando la idea de dar a conocer los nombres de los
políticos con cargo y sueldo vigente que desempeñan su labor en la
provincia en la que se produce el suicidio de un ciudadano por las
crisis, para poder hacerlos algún día responsables del mismo. El propio
Leandro, con quemaduras en un 50% de su cuerpo que le han destrozado la
vida, culpó a Rubalcaba y a la Junta de Andalucía por su desesperación.
Los ciudadanos saben bien donde apunta el origen del drama.
Aunque la prensa y las
administraciones públicas lo silencian, ya es oficial que el suicidio es
la primera causa de muerte violenta en España, pues en 2011 aumentó a
3.158 casos debido a la pobreza, al paro y a los desahucios, según el
Instituto Nacional de Estadística. La enumeración se hace muy difícil en
estos casos, que solo transcienden muy pocas veces a la prensa y cuya
relación se publica en cualquier caso con mucho retraso. Uno de los
escasos datos que se conocen fue divulgado por Tercera Información y
Mundo Obrero, dos diarios que han investigado el drama y han estimado en
119 el número de personas que se quitaron la vida entre enero y
noviembre de 2012 al ser desahuciados por no poder pagar la hipoteca
bancaria.
El desastre se agrava
porque los periodistas del régimen son obligados a silenciar estos
sucesos, ya que los medios de comunicación son víctimas de una creencia
política, alimentada por la “casta”, que presupone que la publicación de
la noticia de un suicidio provoca un sentimiento de imitación en quien,
padeciendo las mismas circunstancias que el afectado, la lee o escucha.
Esto lleva al silencio y a la censura, en unos momentos en que es
fundamental conocer cual es la realidad del verdadero impacto de la
crisis económica en las clases medias y trabajadoras de España.
Tomado del blog Espía en el Congreso
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