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martes, 25 de junio de 2013

EL ENGAÑO DEL FONDO SOCIAL DEL GOBIERNO


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Leonardo de Pisa Fibonacci


El  fracaso del Fondo Social de Vivienda del Gobierno muestra que este programa no era más que un simple parcheo a un problema de fondo, los desahucios y el acceso a la vivienda.

De las 6.000 viviendas dispuestas por el fondo, “cedidas” por los bancos, solo han sido adjudicadas a 258 familias. Pero las solicitudes se encuentran solo en 594 (más del doble de las adjudicadas). Dada la problemática existente en este país con relación a este tema las solicitudes y adjudicaciones, deberían haber desbordado al fondo. Pero no ha sido así, ¿Por qué?
En primer lugar, los bancos no han aportado a este fondo cualquier vivienda, sino las que les resultaban más problemáticas, menos rentables o con menor  potencial para su venta. De esta forma, las viviendas suelen encontrarse alejadas del lugar donde han sido solicitadas, generando problemas de desarraigo o de desplazamiento para el día a día de las familias, incluido el laboral. Además, las viviendas suelen encontrarse en mal estado. Han dejado la morralla para estas familias y así aparentar el apoyo a la solución de un grave problema social.
En segundo lugar, los bancos son los gestores de este programa. Bancos (y antiguas cajas) que han sido las que han desahuciado a las familias. Esto implica una enorme desconfianza por parte de estas familias, al tener que negociar y firmar un contrato con un intermediario que anteriormente les había expulsado de sus hogares. Les lleva a pensar, ¿Quién les garantiza que no vuelva a suceder?
Y en tercer lugar, las condiciones de acceso y aceptación al mencionado fondo de vivienda son muy estrictas. Los ingresos de la familia deben estar tres veces por debajo del IPREM, es decir, tener unos ingresos inferiores a 532,51 €. Teniendo en cuenta en la horquilla en al que oscilan los precios del alquiler social de este fondo es de 125 € a 400 €, se hace muy difícil poder acceder con solvencia a este programa, unido con las dos anteriores. Además, se excluye a numerosas familiar que tienen ingresos superiores al marcado pero que no son suficientes para poder sobrevivir. Sueldos de 600 y 700 euros, cada vez más generalizados, que les dificulta muy seriamente acceder a una vivienda con los precios del mercado del alquiler (ni pensar en una hipoteca).

¿Qué se extrae de todo esto?

Ante la evidente defensa de los intereses de los bancos por parte del Gobierno, en este caso en materia de vivienda, y la conflictividad social que se estaba generando entorno a ello, les obligó a llevar a cabo este lavado de cara que en nada soluciona el problema. Pero la oposición no se queda muy lejos; hipócritamente intenta aprovechar este fracaso para sus intereses electorales, pero no cuestionan la propiedad de las viviendas en manos de bancos y especuladores de todo pelaje, solo cuestiona las condiciones de acceso al fondo (de tan solo 6.000 viviendas). Esa propiedad les permite influir en las decisiones, en cómo se va a articular ese fondo y la resolución del problema. Los unos y los otros eluden la solución real a favor de los poseedores de las viviendas vacías.
El Gobierno deja el poder en los mismos bancos que han desahuciado a esas mismas familias. Los que desahucian, y se han beneficiado de la especulación, son los que deciden cuál es la vivienda más adecuada para las familias. Lo ponen en manos de aquellos que han demostrado que su único objetivo es la obtención de los máximos beneficios posibles. Sería asombroso en una sociedad cabal, pero es algo normal en una sociedad en la que el poder lo detentan los empresarios y banqueros.

La solución:

La solución real pasa por que el Estado expropie las 3,4 millones de viviendas vacías existentes. Que las ponga a disposición de la población trabajadora. Que las subvencione de tal modo que solo suponga un porcentaje de su salario. De esta forma debe quedarle lo suficiente para poder consumir lo necesario para sobrevivir. Los bienes esenciales, como la vivienda, no pueden ser objeto de producción y comercialización para la obtención de beneficios. Deben cubrir las necesidades de la sociedad.

La solución real es evidente que no satisfaría a quienes realmente mandan. Al no poder obtener beneficio, incluso al ser expropiados -perder la propiedad de esa vivienda-, se opondrán radicalmente. Los bancos, las inmobiliarias, constructoras y los partidos políticos que les representan, pondrán el grito en el cielo, pero así mostrarán del lado de quién están. La solución real es seguro que está del lado de la población trabajadora que anteriormente sufrió la especulación y que ahora sufre la crisis económica.
Datos extraídos de:

 http://www.publico.es/dinero/457267/fracasa-el-fondo-de-pisos-para-desahuciados-del-gobierno
 http://economia.elpais.com/economia/2013/04/18/actualidad/1366281899_838814.html

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