
Por: Enrique García Rojas. Especial para Tribuna Popular.
El camarada Lenin, el gran líder revolucionario ruso, 
principal dirigente de la Revolución de Octubre, comunista, nació el 22 
de abril de 1870 (según el calendario gregoriano, 10 de abril según el 
juliano), en Simbirsk, Rusia.
Continuador de la obra de Marx y Engels, fue el impulsor
 de los fundamentos que sirvieron y sirven de base a los Partidos 
Comunistas, y en su caso al del bolchevismo ruso y luego al de la Unión 
Soviética.
Fue el creador de una combinación teórica y práctica 
basada en el marxismo y adaptada a la situación política y económica de 
Rusia a comienzos del siglo pasado. Utilizó como herramienta intelectual
 la teoría marxista y se incorporó a la lucha política.
Lenin, precisó los rasgos generales de dos fases del 
desarrollo de la sociedad humana en el camino de la superación 
revolucionaria del sistema capitalista: el Socialismo, como fase 
inicial, y el Comunismo, como fase superior. Mostró las características 
que existen en uno y en otro, que según sus apreciaciones está 
determinada por el desarrollo de las fuerzas productivas, la riqueza 
política y económica de la sociedad, y por la preparación cultural de su
 clase trabajadora.
En cuanto a las tareas que comprometen al Socialismo, 
Lenin indicaba: la necesaria electrificación del país, organización de 
la industria, la agricultura y el transporte sobre la base técnica de la
 gran industria moderna. Consideraba Lenin que la productividad en el 
trabajo es lo más importante para la victoria del Socialismo y a esta 
condición podría llegarse aprovechando el entusiasmo revolucionario; 
reveló el valor de la emulación socialista como gran recurso para 
incorporar a los trabajadores a la edificación de la nueva sociedad.
Nuestro camarada desentrañó las características del 
imperialismo, sentó las bases de la doctrina sobre la crisis general del
 capitalismo y expresó su análisis científico en su obra El imperialismo, fase superior del capitalismo (1916).
 Manifestó que los monopolios constituyen el soporte del imperialismo y 
que éste es: parasitario o en descomposición, acaparador y agonizante, 
de ahí que el imperialismo sea la antesala de la revolución socialista.
El legado de Lenin constituye para las y los comunistas 
uno de los fundamentos para la transformación revolucionaria de la 
sociedad, y se reconoce universalmente esta guía política y de acción 
como marxismo-leninismo, siendo por su desempeño relevante y con pleno 
derecho, la teoría revolucionaria de la clase obrera.
“¡La crisis está madura! ¡Contemporizar se convierte 
en un crimen! ¡Hay que realizar inmediatamente la revolución y tomar el 
poder, de lo contrario todo se habrá perdido!”, V.I. Lenin, en octubre de 1917.
 
 
 
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