Capriles es el lacayo imperial que trata incesante de incendiar a Venezuela, que empuja a diario a nuestra patria hacia el abismo de una guerra civil, sin importarle más nada que sus apetencias de poder.
Ser candidato le costó mucho, ser fascista es su condición de cuna.
Fue un mentiroso de altura, aprendió las
lecciones con más fervor que cuando lo raspaban en la católica, se
esmeró en saber mentir y, con la experiencia de seis meses atrás y sus 7
millones de opositores, hizo un buen papel como candidato del imperio,
quien le escribió los guiones y aun así, que vaina, volvió a perder.
Lo dijo bien claro Rafael Poleo al
empezar la campaña electoral del 14 de Abril: “Con tal y esta vez no
salga corriendo a reconocer que perdió las elecciones”. Capriles asumió
su papel de fascista disfrazado. Se le indicó que copiara a Chávez y así
lo vimos con la bandera de las 8 estrellas a la que antes cambió y le
puso una franja negra, la usaba al revés y se negaba a aceptar la octava
estrella de Bolívar. Cambió su discurso y alabó las misiones, a los
médicos de los CDI ofreció la nacionalidad venezolana, puso a su comando
el nombre de Simón Bolívar y bueno, toda esa farsa que terminó en un
fracaso electoral que, sin embargo, mostró el efecto buscado, al
angostar la diferencia.
Nunca reconoció los resultados, le hizo
caso a Poleo, comenzó de nuevo a ser el mismo. Se quitó el disfraz y
ahora es de nuevo lo que siempre ha sido UN FASCISTA ASESINO.
Capriles es el lacayo imperial que trata
incesante de incendiar a Venezuela, que empuja a diario a nuestra
patria hacia el abismo de una guerra civil, sin importarle más nada que
sus apetencias de poder.
Venezuela ahora deberá despertar antes que ente señor de las mentiras logre sus perversos objetivos.
Todos los países del mundo reconocen a
Nicolás Maduro como ganador de las elecciones, él no lo reconoce. Ha
dicho que más temprano que tarde en Venezuela se repetirán las
elecciones. ¿Un magnicidio anunciado? ¿Un intento de golpe con cuatro
coronelitos? ¿Una guerra civil para justificar la intervención gringa?
Hay dos fuerzas fundamentales enfrentadas, la guerra despiadada se enfrenta a la fuerza del amor, a LA REVOLUCIÓN DEL AMOR.
Allá arriba en la colina, en el cuartel
de la montaña, Hugo Chávez Frías respira sus ideas, repite sus palabras
incansables, proyecta su ideología de revolución para la patria que dejó
en nuestras manos.
Capriles es un fascista asesino, es el
títere de un imperio que se babea por robarnos el petróleo. Capriles
quiere destruir todo lo logrado, ya ha atacado a Cristina, ahora a
Correa, a Cuba, a los CDI, han sido asesinados por sus llamados a la
arrechera 9 patriotas. Capriles es la mentira y la muerte, hay que
repetirlo más allá que sus mentiras.
Esto nos dijo nuestro comandante eterno:
..."Ustedes terminaran la faena, porque
les toca a ustedes terminarla, nosotros la hemos iniciado pero el tiempo
no nos va a dar, y que importa? Así son los procesos, así son los
tiempos. Yo por mas tiempo que viva estoy seguro ya que no veré a
Venezuela como la sueño, pero que me importa? La verán mis hijos, la
verán mis hijas, la verán mis nietos, la verán mis nietas, la verán
ustedes muchachos y no solo la verán, la harán ustedes, con su amor, con
su inteligencia, con su sabiduría, con sus manos, con sus vísceras, con
su corazón. lo haremos. La Patria venezolana, Libre y Grande".
Comandante Hugo Chávez.
¡Chávez Vive la Lucha Sigue!
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