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miércoles, 17 de abril de 2013

EL DÍA EN EL QUE PACO IBAÑEZ CELEBRÓ LA MUERTE DE HUGO CHÁVEZ




Carlos Tena.

En la sección comentarios de la entrada “Paco Ibáñez en la TV pública argentina”, encuentro el de una lectora del blog quien, bajo el nombre de María, nos comunica un suceso bastante penoso. Reproduzco el mensaje en su totalidad. El texto dice:

“Lamento derribar un mito. Ayer, día 13 de abril, Paco Ibañez en el Auditorio del Kursaal de Donostia, celebró la muerte de Hugo Chavez, “ese payaso venezolano” . Ante los gritos de “Viva Chavez” y “Viva la Revolución Bolivariana” de parte del público, nos recordó a los amigos de Chavez que éste había felicitado su cumpleaños al criminal Bashar Al-Assad, asesino de millares de personas… Sin comentarios. El sarcasmo fue que a continuación cantó “soldadito boliviano”… Creo que fuimos muchas las personas que abandonamos el concierto y a Paco Ibañez. Qué lucrativo puede ser cantar a los poetas revolucionarios y a los guerrilleros, sobre todo si están muertos. Fue doloroso. Pero es así”.

No puedo por menos que recordar (lo cuento, porque ya pasaron más de 30 años) una ocasión en que nos encontrábamos Paco, Labordeta y quien firma estas lineas, en casa del músico y poeta aragonés.
Tras una tensa conversación en la que le recriminé a Ibáñez su apoyo al PSOE de Felipe González y su anticomunismo visceral, comenzó a levantar el tono de voz para insultar a la Revolución cubana, a sus líderes, incluyendo al Ché.

No contento con ello, siguió su monólogo llamando asesinos a los diputados de HB y a los miles de personas que apoyaban a aquella formación política.

Cuando parecía que terminaba su vómito, le miré como quien se ha topado con un alienado de Alianza Popular y sin mediar más palabras que “Estás peor de lo que yo pensaba. Puedes irte a la mierda con tranquilidad“, me dirijí al hall. El guitarrista amenazó con darme un puñetazo, ante lo cual miré sonriendo a Labordeta, que se habia quedado paralizado ante el ataque de histeria del trovador y me despedí, no sin antes espetarle a Ibáñez: “Vas a tener una mala vejez, chaval“.

Al visionar hace unas semanas la TV pública argentina, ví el programa dedicado a la obra de Paco y lo colgué en el blog, porque creí toparme con un personaje algo más reposado, menos rencoroso con la historia, más mesurado y aún con ideales de progreso y de apoyo a los movimientos liberadores que acontecen en Latinoamérica.

No era así. El mensaje de María es revelador de que la tercera edad de Paco no puede ser más dramática.
La obra del adaptador de tan hermosos textos como los que integran su discografía quedará en la historia de la música popular, pero clavada, detenida como una postal del franquismo.

Sus acordes seguirán siendo más o menos acertados. Pero el inexorable paso del tiempo le ha conducido al delirium tremens. Para colmo, entre Margaret Thatcher y Hugo Chávez, eligió al segundo.
Hoy podría formar parte de una tertulia junto a Mario Conde, Gustavo Bueno, Joaquin Sabina, Jiménez Losantos, el personal de Intereconomía y el de la COPE.

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