Si queremos cambiar la situación no podemos seguir utilizando una y
otra vez las estrategias que, hasta ahora, no nos dan resultados.
Como ya es costumbre tras una
manifestación, se nos muesta el curioso baile de cifras en los medios
(masivos y alternativos) que sitúan el número de manifestantes entre
unos pocos cientos hasta unos cuantos miles. Lxs que estuvimos en
Neptuno tenemos una cosa clara (aunque haya quien no lo diga) era muy
poca gente la que se situaba en frente del ejército de Cristina
Cifuentes & cía.
En mi opinión, estamos cometiendo tres grandes errores que están determinando el resultado de estas acciones: la transparencia con la que nos organizamos mediante redes sociales y otras herramientas de internet, la falta de líderes y el exceso de ambición en los objetivos.
Las redes sociales nos están
permitiendo conocer al momento lo que pasa y convocar un gran número de
personas casi sin previo aviso pero, al mismo tiempo, estamos avisando
de todos y cada uno de nuestros movimientos al enemigo, hay quien da su
localización por GPS para que se sepa dónde está y hay quien incluso
transmite por el móvil la manifestación desde dentro, grabando los
rostros y los actos de nuestrxs propixs compañerxs. No es que el enemigo
se pueda hacer una idea de lo que se va a hacer, es que se lo damos por
escrito, no es que tengan que imaginar lo que no pueden ver, es que se
lo grabamos en vídeo y mostramos en directo. Sabemos que el enemigo no
destaca por su inteligencia pero esto es ponérselo muy fácil... A pesar
de ser los años en los que más manifestaciones se llevan a cabo, la
situación empeora día a día. Deberíamos empezar a echar la vista atrás y
escuchar a nuestrxs mayores, esxs que se organizaban sin internet ni
móviles y cumplían con los objetivos que se marcaban, esxs que deberían
quedarse en casa sabiendo que sus jóvenes luchan por ellxs, debe
producirse un relevo generacional que, creo, no se dará hasta que sepan
que pueden confiar su futuro a lxs que hemos venido después. Tenemos que
volver a la difusión boca a boca y en pequeños círculos si queremos
estar un paso por delante, es más incómodo, lleva más tiempo, no seremos
dos millones de personas y no habrá cientos del manifestaciones a la
semana, pero cada vez que nos juntemos lo haremos organizados y con
posibilidades de hacer algo más allá de unos cuantos disturbios. Es
mejor que sean pocas acciones y conseguir buenos resultados que muchas
inservibles plagadas de detenidos y heridos.
Se arrastra la mala costumbre desde el
15M de la necesidad en la ausencia de líderes, lo que creo que nos
lleva a acabar en pequeños grupos desorganizados retrocediendo. Una cosa
es tener un líder para que haga y deshaga a su antojo y otra que se
designe a unas cuantas personas con capacidad de reacción y cierta
habilidad para la estrategia, que sean capaces de mover grupos de gente
donde la acción y el momento lo requieran. Del mismo modo, creo que
hacen falta centinelas que encuentren los puntos débiles que va dejando
el enemigo en sus movimientos. Se cree que por jugar todxs el mismo
papel nos hace mejores como masa pero nos convierte, como decía antes,
en pequeños grupos que retroceden, cierto es que algunos pequeños grupos
van intentando crear barricadas y ofrecer resistencia, pero siempre
retocediendo, no somos capaces de ganar nunca la posición y eso nos
convierte, una y otra vez, en los perdedores.
Hemos tenido suficientes ejemplos que
nos demuestran que no podemos ser tan ambiciosos en nuestros objetivos
si no somos capaces de luchar como corresponde. Que se disuelva el
Congreso! queremos acabar con la monarquía! con el gobierno! y hasta
acabar con el capitalismo en nuestro país!!! todo ello, repitiendo una y
otra vez nuestros movimientos, chocando de frente contra un muro que, a
día de hoy, no sabemos cómo derribar. Tenemos que ser más humildes en
nuestros objetivos y no querer ganar la guerra antes de empezar la
batalla. Debemos organizarnos y conquistar poco a poco, desde abajo que
es de donde venimos y, una vez tengamos experiencia de las batallas
ganadas en nuestros barrios, intentar abarcar objetivos mayores y más
ambiciosos, pretendemos asediar el Congreso sin haber asediado una
triste Junta Municipal de barrio... Debemos ser realistas y, como decía
anteriormente, conseguir mucha más experiencia y más tarde, al menos,
tendremos más posibilidades de conseguir grandes cosas, de momento, han
demostrado que pueden tomar el centro de Madrid y nosotrxs no, pero no
creo que tengan la misma facilidad para hacer esos despliegues en los
barrios y sin aviso. En nuestros barrios conocemos mejor el terreno que
ellos, les podemos superar en número y contamos con una solidaridad
vecinal con la que no se cuenta en el centro (para el 25A se pidió que
se dejasen los portales abiertos para el refugio de los manifestantes y
yo, personalmente, no vi un solo portal abierto. Estoy seguro de que
esto no pasaría en los barrios obreros con conciencia de clase).
En nuestro bando contamos con
detenidos, torturados, mutilados y muertos, el bando del poder cuenta
con todos sus efectivos y, si no cambiamos pronto nuestra estrategia,
seguiremos siendo los únicos que sufran bajas entre los suyos.
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