REPERCUSIONES SOCIALES DE LA CRISIS CAPITALISTA

21.01.2013

 

 Una de la problemática general a la que se enfrenta el pueblo es la llamada Reforma Laboral que a nuestro entender es un paso hacia atrás en la mejora de los derechos laborales y con ellos la ineficacia de la contratación de trabajo.

Con esta reforma, a parte de ser injusta para las personas ya con un puesto de empleo, es ineficaz para desempleados, cortándoles toda posibilidad de profesionalizarse en un puesto y mantenerlo.

Por otro lado, tenemos los recortes en Sanidad y Educación. Ambos son perjudiciales, no solo para el individuo que paga los impuestos, sino para la unidad familiar que depende de ellos.

-Por ejemplo en Sanidad, si llega a ser complétamente privatizada, no solo será de un coste alto sino que será de peor calidad.

-Y en Educación, un padre no tendrá la seguridad de poder dar una Educación obligatoria a su hijo sino que dependerá de la economía familiar y ya dicho, de peor calidad.

Entendemos que una empresa privada aboga por su capital y no por la necesidad del pueblo, esto conllevará que ya el Estado no tendrá la potestad de los Srv. Públicos sino que la empresa, si le deja de ser rentable el servicio, no dudará en subsanarlo.

Con esto llegamos también a recortes y aumentos de impuestos o tasas a nivel municipal, si ya es dificil pagar el metro pretenden que lo paguemos tres veces y que si ya es dificil costear la luz y el agua pretenden que se la paguemos ahora a empresas privadas cuando el obrero y obrera ya han financiado por completo la inversión de esos servicios.

Llegados a esta situación en la que no podemos trabajar, con ello no podríamos costear la Sanidad y la Educación y con un aumento de impuestos, nos encontramos en una situación en que la diferencia de clases se hace más latente, el obrero cada día es más pobre y el burgués, más rico y con más libertad de hacer presión a la clase trabajadora.

Esto significa que si no podemos pagar nos quitarán la casa y con ello la vida.

Hemos podido comprobar que los desahucios en el Estado español han aumentado significativamente superándose hasta 3 veces las cifras del 2011. Con esto también hemos podido percibir que los suicidios y los intentos de los mismos han aumentado de forma escandalosa siendo ya la primera causa de muerte violenta.

Esto le ha hecho dudar al proletariado del sistema judicial, policial y económico mostrándose varias veces con una solidaridad inimaginable aborreciendo este tipo de actos.

Tenemos el caso por ejemplo de Amaia Engaña, con 53 años, se suicidó en Barakaldo cuando iba a ser desahuciada. La Caixa vendía el piso en Internet desde hacía un año. Miles de personas se manifiestan para denunciar su muerte, coreando lemas como «No es un suicidio, es un homicidio», «Ellos la pasta, nosotros los muertos», «Ningún desahucio sin respuesta» o «Hay que parar el terrorismo financiero».

 

Y el último caso, a principios de 2013, donde un hombre de 57 años se quema a lo bonzo en la entrada de un hospital de Málaga por motivos de dificultad económica. Falleció a los dos días en un hospital de Sevilla debido a las graves heridas.

De 2011 y 2012 aún no hay datos, dado que el INE y el Estado parece ser que no le conviene informar de estos casos. Aun así el aumento ha sido muy significativo teniendo Comunidades que han aumentado un 60% los suicidios como es el caso de Catalunya.

En Bizkaia, por ejemplo, tenemos 91 suicidios en 2011. Extrapolado esto a nivel nacional nos encontramos ante un verdadero problema que el capital prefiere mantener al margen.

Otro caso muy significativo es el de Grecia que antes de 2008 (la crisis financiera) era el país con la tasa de suicidios más baja de Europa y hoy se encuentra en 2º lugar de las más altas. 40% subida en 2011.

En Irlanda es preocupante que aunque la tasa de suicidio de Irlanda sea relativamente baja en términos globales, los irlandeses ostentan el cuarto puesto en el mundo por el mayor número de suicidios entre los hombres jóvenes de entre 15 y 24 años.

En Italia, los suicidios presuntamente vinculados a las dificultades económicas aumentaron un 52%, pasando de los 123 del año 2005 a los 187 de 2010, según datos de la Policía.

También decir que con el aumento de la problemática ha ascendido de forma relevante el número de asociaciones y efectivos que denuncian y actúan activamente ante esta masacre capitalista.

Llegados a este extremo es importante analizar las causas y las soluciones que se nos plantean ante el drama. Es necesario advertir que el suicidio es la forma de resignación que supera cualquier límite pero que cualquier tipo de resignación es un suicidio.

No nos basta con mirar a la TV, saber que todo está mal y seguir mirándola pensando que un día nos dirán lo contrario sino que ese día tenemos que forjarlo.

Si no mejoramos las calidades dichas al principio (Sanidad, Educación, etc) nos encontraremos todos en una situación en la que no tendremos marcha atrás cuando nos quedemos en la calle. No son problemas casuales sino que tienen un origen y la solución a él es abolir el origen de raíz.

Está claro que el génesis de los desahucios y los suicidios que conllevan la pobreza son síntomas del cáncer del capitalismo, quien sin ningún pudor prefiere que una casa esté vacía a que una familia pueda mantenerse y seguir costeando el consumismo que tanto aprecian los burgueses. Con la avaricia se rompe el saco, y ha llegado al punto que con el saco roto siguen intentando llenarlo.

 

La solución claramente es la destrucción de raíz del capitalismo con la organización del proletariado. No nos vale seguir llorando a nuestros muertos, sino que debemos honrarlos.

No dudamos de la buena fe del obrero que resiste y desobedece pacíficamente pero solo anulando nuestro miedo y dando terror a la clase burguesa llegaremos a parar verdaderamente la insostenibilidad de nuestros días.

Con esto quiero decir, el día que organizados exijamos nuestros derechos y mostremos que ni a palo de porra nos lo van a quitar, se pensarán dos veces el intentar robar el hogar a un trabajador.

A más represión, mayor ha de ser la respuesta. No podemos tener las manos vacías cuando nos enfrentamos a gigantes completamente armados.

- CJC Valdemoro