Jueves, 24 de enero de 2013
El
capitalismo no nos convierte en objetos. Usted no es una cosa, no está
cosificado, como suele decirse habitualmente, en realidad es algo mucho
peor, usted es una mercancía, está mercantilizado. Y ese mercado donde
intentamos vendernos para sobrevivir y a veces nos compran para
explotarnos lo controla la burguesía. Y no cualquier burguesía, lo
controla una burguesía degenerada en todos los sentidos, parasitaria,
imperialista y criminal. El capitalismo es la injusticia custodiada por
las armas a mayor gloria de una pandilla de parásitos y criminales que
llamamos burgueses. Lo mismo ocurre aquí que en Estados Unidos, en
Francia y en Japón.
A
los comunistas se nos tacha con frecuencia de exagerados, menos mal que
de vez en cuando los criminales se sinceran y nos dan la razón. Por
ejemplo, así se despacha el ministro de finanzas japonés, Taro Aso: "El
problema no se resolverá a menos que ustedes se den prisa en morir". Se
refiere a los ancianos que reciben atención médica. Según el criminal
Taro Aso el coste no se puede asumir, hay muchos viejos y lo mejor es
que vayan desfilando directos al cementerio sin pasar por el hospital. Y
no es la primera vez que este pollo da rienda suelta a sus ideas
genocidas, en otra ocasión afirmó lo siguiente: "Veo a gente de 67 años o 68 constantemente ir al médico. ¿Por qué tengo
que pagar por las personas que sólo comen y beben y no hacen ningún
esfuerzo?".
Como
siempre ocurre en estos casos, algún zopenco saldrá en defensa de sus
explotadores, incluso cuando esos mismos explotadores pretenden
asesinarles, que ya es el colmo de la enajenación, por eso hay que dejar
claro que las palabras del criminal Taro no son originales en el mundo
de la burguesía, los demás no piensan distinto. De hecho la gabacha que
dirige el FMI hace no mucho dijo que eso de vivir tanto es un problema,
es decir, que hay que morirse antes por el bien de la economía, de su
economía. Y cuando no lo dicen abiertamente, que es lo común en ellos
como buenos manipuladores que son, nos lo dicen por la vía de los
hechos. Por ejemplo, Cospedal está diciendo lo mismo que el criminal
Taro Aso a las personas que viven en las zonas rurales de su comunidad
cuando planea dejarles sin centros de salud. Les dice que salen caros,
que sus vidas salen caras.
Tal
y como empezamos este comentario lo vamos a terminar, usted no es un
ciudadano, ni una persona, ni un ser con emociones, usted no es nada más
que una mercancía que los criminales burgueses quieren exprimir en su
beneficio. Por tanto, cuando muchas de esas mercancías sobran, como es
el caso actualmente, nos convertimos en un despojo molesto, funcional
dentro de unos límites. De repente todo es un exceso, los subsidios por
desempleo, la educación, la sanidad, las pensiones... todo es mucho para
unas mercancías que no les rinden beneficio a sus excelencias los
parásitos. Por eso la timorata izquierda que venimos sufriendo en las
últimas décadas debería cambiar de una vez su discurso y hablar claro a
sus iguales, esto es, que si no plantamos cara a estos criminales nos
van a tratar como a perros vagabundos, mucho peor de lo que ya lo hacen.
Hay que decir a nuestros iguales que el único futuro posible se llama
socialismo, y que para lograrlo necesitamos derrocar a esta gentuza y
meterla en la cárcel. Para algunos poltroneros esto es un extremismo
intolerable, es verdad que también podemos seguir los consejos de la
burguesía y terminar de morirnos de una santa vez, siempre dentro del
orden establecido y con moderación.
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