Es lógico, representan los mismos intereses imperiales.
Se trató de un encuentro privado, sin más comensales que los dos, que duró una hora y media, durante la cual degustaron chili de pavo y ensalada de pollo. Obama le recibió en el comedor privado de la residencia oficial, a tan sólo unos metros del Despacho Oval, sin telecámaras.
Tras el almuerzo, solo hubo un breve comunicado oficial en el que la Casa Blanca precisó que ambos hablaron del "liderazgo de Estados Unidos en el mundo y la importancia de mantener este rol de guía también en el futuro".
Ambos prometieron "seguir en contacto" y aprovechar la "oportunidad en el futuro de trabajar juntos en temas de interés común".
Obama había anunciado que llamaría a Romney durante su discurso de victoria en la noche electoral. Posteriormente precisó, en su primera rueda de prensa tras su reelección, que había ciertas ideas del ex gobernador de Massachusetts que podían ayudar y alabó su capacidad de gestionar los Juegos Olímpicos de Salt Lake City.
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