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domingo, 23 de diciembre de 2012

MILAGRO¡¡¡¡¡¡ EN LA FACULTAD DE CIENCIA Y TECNOLOGIA DEL PAIS VASCO

Desaparece el niño en el belén de la Facultad de Ciencia y Tecnología de la UPV/EHU

 


En su lugar aparece un Manifiesto por la Universidad Pública y Laica




En la Facultad de Ciencia y Tecnología  de la Universidad del País Vasco suelen poner un belén en estas fechas. Aunque alguien pueda pensar qué tiene que ver la ciencia con esa, u otra, creencia. Pero según parece se trata de algo que viene de años atrás, no es novedad.
Lo novedoso ha sido que hace un par de días los bedeles, que cumplen las órdenes del decanato, para instalar ese belén vieron que el niño del pesebre había desapaarecido y en su lugar aparecía "milagrosamente" el Manifiesto por una Universidad Pública y Laica.
Ayer publicábamos como en un instituto obligaban a retirar un cartel de la sala de profesores, pidiendo que la religión salga de la escuela. El motivo de tal retirada era que el director estimaba que dicho cartel podía ofender a la catequista de religión católica.
Como puede apreciarse hay distintas varas de medir lo que ofende a unos o a otros. En la Facultad no les preocupa que el belén moleste o no al personal, al alumnado o al profesorado que tiene que ir a diario. En el Instituto un diligente directtor se apresura a retirar un cartel de la sala de profesores en el que sólo pone "Religión fuera de la escuela" vaya a ofenderse la catequista.
Pero en cualquier caso no se trata de si ofende o no, ni de si es a una persona o a cientos. Se trata de una invasión del espacio común de una Facultad pública, es decir, de todos, el que resulta invadido por una simbología religiosa concreta, vulnerando la libertad de conciencia de quienes están obligados a pasar por dicho espacio, se trata de una vulneración de la neutralidad del Estado ante las creencias, lo que supone un privilegio para esa confesión particular, así como una identificación del Estado con una creencia determinada cuando la propia Constitución deja claro que ninguna religión tendrá carácter estatal.
Así pues la invasión del espacio público ha sido liberado de una simbología que pertenece al ámbito privado.
Lamentablemente todavía son muchos los espacios públicos invadidos por las creencias religiosas, despreciando y discriminando otras opciones o convicciones personales, que tienen el mismo valor. No se trata de acciones contra quienes tengan esas creencias, sino de eliminar los privilegios de que gozan, y lo más importante, dejar el espacio público para la convivencia de todas las personas al margen de las creencias o convicciones que cada una pueda tener.

OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 

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