Bruselas se lava la cara y pide a los Estados que ofrezcan, por ley, un empleo a los jóvenes en paro
- Los miembros deberán facilitar un trabajo en un plazo de cuatro meses de inactividad
Bruselas cree que el paro juvenil ha alcanzado niveles
insoportables. Para tratar de moderarlos, la Comisión Europea pretende que
los Estados tengan la obligación de ofrecer un empleo o unas prácticas a todos
los jóvenes que se queden en paro o terminen sus estudios. Y deberán hacerlo sin
demoras: en los cuatro meses siguientes al comienzo de la inactividad. Esta es
la idea central de un conjunto de medidas que presentará en Bruselas este
miércoles el comisario europeo de Empleo, László Andor.
La necesidad de reducir cuanto antes las
alarmantes cifras de paro entre los jóvenes —un 23% de los menores de 25 años
activos en la Unión Europea y un 54% en España— ha impulsado a Bruselas a
marcarse plazos cortos. Los países deberían ser capaces de lanzar esta oferta a
los jóvenes a lo largo del año próximo, según fuentes comunitarias. Bruselas da
tres opciones: un empleo de calidad, unas prácticas o algún tipo de educación
complementaria, con el objetivo de que los jóvenes no caigan en el desempleo de
larga duración.
Consciente de que el proyecto requiere
financiación y que a los países les costará encontrarla, la Comisión propone
dedicar a este proyecto una parte del fondo social europeo, destinado en gran
medida a políticas de empleo. Con los nuevos presupuestos para el periodo
2014-2020 —aún por consensuar con los Estados—, esa herramienta, dotada con
76.000 millones de euros en el periodo 2007-2013, se centrará en fomentar el
empleo juvenil y el crecimiento económico. Entretanto, la Comisión está
reasignando partidas ya comprometidas de ese fondo a proyectos ligados al
desempleo juvenil, especialmente en los países como España, con cifras muy
elevadas. Los expertos de Empleo del Ejecutivo comunitario admiten que
garantizar un empleo a todos los jóvenes tiene un coste, pero creen que es
inferior al que supone la permanencia de ese colectivo en el paro.
Bruselas no tiene capacidad para imponer
directamente políticas de empleo, pero avisa de que supervisará la adopción o no
de esas medidas dentro del control presupuestario que ejerce ahora sobre los
Estados, especialmente los que han requerido inyecciones de capital.
La otra objeción del proyecto deriva del riesgo
de que esos empleos iniciales se conviertan en una fuente de trabajo barato y
precario para los menores de 25 años. Bruselas anima a los Estados a buscar la
cooperación de las empresas y de los
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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