14.12.2012
Por Raúl Bracho
Un círculo sagrado. Un círculo perfecto. Comandante Chávez tu pueblo
esta despierto, este domingo toda la patria se vestirá de gloria, cada
parte de ella te elegirá de nuevo en cada uno de los soldados que nos
ordenaste elegir, serán 23 gobernaciones que estarán ya listas para
enfrentar el futuro..
Era hijo del los dioses. Desde niño
veía al mundo con el nexo perdido por el resto de nuestra especie. Su
vida era guiada para cumplir una misión de amor, palabra que encerraba
la fuerza de su espíritu: ¡Amor!: Pregonó el amor desde la garganta
renacida de Simón Bolívar y desde el uniforme digno de los soldados de
la patria. En un camino glorioso de entrega y lucha recorrió su patria
pueblo a pueblo hablando de la revolución del amor, de la justicia, la
igualdad y la vida.
Era hijo del pueblo y de `padres
humildes, maestros como él lo era por herencia y en largos años de
batallas ya su rostro había abarcado los corazones de todo un continente
como el ser elevado por la vida para ser vocero de los designios
universales del destino de esta humanidad, su mano severa de libertador
abierto ya el camino de la nueva y definitiva independencia. Cerró su
victoria arremetiendo con su mensaje ya nítido, bajo una terrible
tempestad, ante millones de mujeres y hombres y con el dios de la lluvia
como testigo: Se abrió de par en par la puerta del futuro de la
humanidad en la que nació con una victoria rotunda ante las fuerzas del
pasado: y fue llamado desde lo alto a superar dificultades acompañado
por sabios de la ciencia y por el inmenso amor de todo un pueblo que
tomó las calles y plazas para levantar sus plegarias por su espíritu.
En momentos difíciles, donde los
mortales nos hacemos pequeños ante las voluntades divinas que están más
allá de nuestras manos, un volcán de sentimientos intensos y hermosos,
de lágrimas y ruegos, de dolor y tristeza pero de fe y voluntad para
cumplir sus mandatos se ha desatado, haciendo un inmenso círculo
sagrado del retorno que abra ese camino entre el mundo de los dioses y
su regreso a al nuestro.
Una ola infinita se desata en este
instante en nuestro planeta ante la difícil hora, un ejército incontable
de almas se visten de rojo, de amor, de sueño y de revolución, una
llamarada incendia nuestra América y una multitud de seres humanos está
gritándole amor para regresarlo y ese grito inmortal retumba en todo un
continente que estremece las mismas predicciones de nuestros pueblos
ancestrales y se hace evidente que Hugo Chávez Frías es en definitiva el
comandante indiscutible del ejército del amor que hoy enarbola la
bandera a la nueva sociedad libertaria y socialista.
Un círculo sagrado de mujeres y hombres
del pueblo eleva el canto ante el dios del tiempo para que nos devuelva
ese ser luminoso a quien ha llamado a sentarse en su templo, es un
momento sagrado de la historia donde el amor de estos pueblos
despiertos, se apertrechan con las armas de sus ideas, con los ojos
abiertos ante el mundo, ante la vida y ante la muerte misma, se hace
inmensa esta humanidad que de cualquier manera está ya empoderada de la
gloria enorme con que lo ungiera su líder amado, su comandante
presidente por quien pedimos.
Una batalla en la que no estarás con
nosotros físicamente, será comandada por tu espíritu ya inmortal que
habita en nuestras almas. Es el pueblo quien recibe tu herencia hermosa
de libertad e independencia, es el pueblo quien lleva en la boca tus
palabras para que se cumpla tu orden de mantener la unión y la batalla
final por la nueva sociedad de la que nos enamoraste.
Un círculo sagrado. Un círculo perfecto.
Comandante Chávez tu pueblo esta despierto, este domingo toda la patria
se vestirá de gloria, cada parte de ella te elegirá de nuevo en cada
uno de los soldados que nos ordenaste elegir, serán 23 gobernaciones que
estarán ya listas para enfrentar el futuro contigo, por siempre.
Donde quiera que estés, en la altura del
vuelo de tu águila, gira en círculos sobre tu pueblo y escucha nuestro
ruego y nuestro clamor comandante amado: regresa!!!
¡Patria Independiente y Socialista; Viviremos y Venceremos!
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