La fiesta del
Madrid Arena le va a salir caro al Ayuntamiento de Madrid, casos ya
conocidos como el que se permitió entrar el doble de aforo de lo
permitido (donde tenían que haber solo 9.000 personas entraron 18.000)
los seguratas tampoco registraban nadie, asi se permitió la entrada de
bengalas en el recinto, el intento de borrar cualquier información o
vinculación con la fiesta en la página web del Ayuntamiento de Madrid
así como los diversos contratos ilegales que ataban a la empresa
Diviertt con el Ayuntamiento, y digo ilegales porque en teoría no se
puede contratar a ninguna empresa que tenga impagos con Hacienda,
Seguridad Social… además de que esta empresa estaba en varios procesos
de embargo.
A todos estos casos ahora se suma otro,
la empresa encargada de la seguridad, Kontrol 34, perteneciente al skin
ultraderechista Juan Carlos García Perdiguero,
histórico cabecilla del grupo ultra Frente Atlético, seguidores
violentos y neonazis del Atlético de Madrid no podía ejercer como tal
debido a los diversos antecedentes penales que tiene este señor, tales
intento de matar a un policía en Madrid así como el intento de asesinato
de un hombre y dos jóvenes en Sevilla en un acto racista.
Además la empresa carecía de cualquier
experiencia en este tipo de eventos, tales como no supieron ubicar a la
gente en los diferentes sitios de la sala así como el cierre de las
puertas de seguridad.
Todas estas negligencias han acabado con
la vida de 4 jovenes que asistían a la fiesta y que por una imprudencia
desencadenada del Ayuntamiento y empresa organizadora perdieron la
vida.
A continuación reproducimos la noticia aparecida en público.es
Los hemos visto con un chaleco amarillo.
Sin saber qué hacer ante una avalancha humana. Algunos echaban los
brazos al bulto para estirar de las primeras manos que palpaban. Otros
se echaban las manos a la cabeza, demostrando su nula formación en la
materia. Más de uno, según los testigos de la tragedia del Madrid Arena,
aseguran que los “seguratas” resolvieron los conflictos que se les
presentaban intimidando de malas maneras. No distribuyeron a los miles
de asistentes en las diferentes plantas, cerraron las puertas de salida
de la pista creando un embotellamiento que ya ha causado la muerte a cuatro chicas.
Los 75 encargados de la seguridad interior del Madrid Arena no eran profesionales.
Ninguno fue dado de alta esa noche y tan sólo cobraron seis euros por
hora. Su empresa, Kontrol 34, tiene como objeto social la organización
de eventos, aunque el organizador de la macrofiesta de Halloween,
DivierTT, informara al Ayuntamiento de que los trabajadores de esta
sociedad se encargarían de que dentro del recinto se estuviera seguro.
Aun así, nunca han podido dedicarse a la
seguridad privada. Lo impiden los antecedentes penales que, entre
otros, acarrea su actual administrador único, Juan Carlos García Perdiguero, histórico cabecilla del grupo ultra Frente Atlético, seguidores violentos y neonazis del Atlético de Madrid.
Los encargados de seguridad no fueron dados de alta esa noche y tan sólo cobraron seis euros por hora
Los antecedentes de García Perdiguero
recorren dos décadas de historial policial. En 1987 fue detenido por la
Policía por primera vez, pero es en 1988 cuando se hace famoso dentro de
los ultras madrileños por apuñalar a un policía municipal
en los alrededores del estadio Vicente Calderón con un cuchillo de 25
centímetros de hoja. El agente salvó la vida gracias a la chequera de
multas, pero quedó patente que Perdiguero tiraba a matar. Directo al
corazón.
Junto a él estaban otros siete miembros del Frente Atlético,
algunos menores de edad, que jalearon su hazaña durante el partido
Atlético de Madrid- Atlétic de Bilbao, antes de ser detenidos por las
fuerzas de seguridad. Tenía 21 años y todo un camino delincuencial por
delante. Después vinieron múltiples detenciones por agresiones, robos y
robos con fuerza. Pero fue en 1996 cuando un juzgado andaluz le mandó a prisión, recalcando en su sentencia el carácter racista y neonazi del delito.
Ataque racista en Sevilla
Era la Feria de Abril de 1992. El
Atlético de Madrid viajaba a la capital andaluza para enfrentarse con el
Sevilla y detrás del equipo, siempre y más con Jesús Gil al frente,
están sus ultras. Allí García Perdiguero junto con otro “camarada” se
pasea entre las casetas, hasta que fija su objetivo en un negro que
vendía tras un tenderete. Comenzó a insultarle y golpearle, hasta que
dos jóvenes sevillanos se entrometieron en su camino para defender a la
víctima. No lo dudó. Volvió a tirar de navaja y de milagro no acabó con la vida de los chicos.
Según recuerda Eduardo Millán,
abogado de una de las víctimas, “la agresión fue brutal”. “Casi muere
una de las personas. No había pasado nada similar por aquí y recuerdo
que el fiscal hizo hincapié en buscar una sentencia ejemplar contra el
racismo en aquel caso. De los dos acusados sólo él fue condenado, porque
se consiguió acreditar que fue quien utilizó el arma”, cuenta. Cuando
este letrado sevillano se enteró de que aquel Perdiguero ha sido el
encargado de organizar la seguridad del Madrid Arena no daba crédito.
“¿Cómo pueden aquellos que generan inseguridad repartirla?”. La muerte
de Katia Esteban, Belén Langdon, Rocío Oña y Cristina Arce, y el
agonizante estado de María Teresa Alonso parecen acreditar que no
pueden.
Las detenciones e ingresos en prisión se
han seguido sucediendo en la vida de este skin hasta 2008, año en que
los juzgados de instrucción nº2 y nº4 de Madrid pidieron su prisión preventiva por diferentes delitos.
De ultras a hombres de empresa
A sus más de 40 años, Juan Carlos García
Perdiguero fue nombrado administrador único de Kontrol 34 el 31 de
julio de este año, apenas mes y medio después de la creación de la
sociedad, aunque fue publicado en el BORME el 27 de septiembre.
Su antecesor en el cargo, Jesús María Álvarez Plaza,
es un abogado estrechamente relacionado con el organizador de la
fiesta, Miguel Ángel Flores, dueño de DivierTT. Según fuentes de los
cuerpos de seguridad, “es difícil creerse que Flores no conociera la
procedencia y los antecedentes de esta empresa, ya que ha tenido
vinculaciones con ellos desde hace bastante tiempo”.
Juan Carlos García Perdiguero fue condenado a la cárcel por un delito racista
Kontrol 34 se inscribió en el Registro Mercantil el pasado 6 de junio. Su socio único, Carlos Manzanares Rodríguez,
también es un conocido de los Cuerpos de Seguridad por su relación con
la banda de Cásper, Ángel Suárez Flores, y en el mundo ultra bajo el
apodo que compartía con su hermano, Manza.
Su hermano Francisco Javier fue asesinado en 2001, dentro de una oleada de crímenes que rodearon a la organización de Cásper,
en la que también cayeron otros miembros de la banda como Iván Llorente
Liébana, tiroteado en 2002 en Motril o el rey del butrón, Juan Miguel
Ortega Sánchez, en 2009.
La última vez que personas de este grupo
ultra, aunque sin estar bajo las siglas de Kontrol 34, se vieron
involucradas en un hecho violento, fue el asesinato del angoleño Ndombele Augusto Domingos,
de 16 años, en 2002. Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra
la Intolerancia que ejerció la acusación popular contra José David
Fuertes, otro skin miembro de esta red ilegal de porteros de discoteca,
recuerda que el Tocho, como se le conoce en el mundo ultra,
trabajaba de “extra de seguridad” esa noche en la discoteca Inn de Costa
Polvoranca. Surgió una pelea entre otro skin y un amigo de Ndombele y
“El Tocho medió usando la navaja y asesinando al adolescente”.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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