La ciudad de Jerez de la Frontera (Cádiz) vive desde hace quince días una huelga de los trabajadores que recogen la basura. El conflicto radica en que la empresa URBASER, que explota el servicio, ha recibido del Ayuntamiento la noticia que reducirá en un 20% el presupuesto (cerca de cinco millones de euros) de la aportación que hace a la empresa a partir del 1 de enero del próximo año 2013. Ante este hecho a los trabajadores se le comunica que, deben reducir su sueldo en más de un 20% y otros derechos logrados durante años, o aceptar un expediente de regulación de empleo (ERE) para 125 de los 400 trabajadores que actualmente forman la plantilla.
El resultado es una huelga que deja a la ciudad al borde de un problema sanitario muy importante tras quince días sin recoger basura.
Hasta ahí los hechos. Y en medio de ellos llega la Cumbre de mandatarios latinoamericanos en Cádiz, y a la buena de la reina se le ocurre llevar a las señoras esposas de los presidentes a Jerez de la Frontera a un espectáculo equino, a visitar una bodega y a una comida alto copete. La pregunta es ¿qué hacer con la basura?
El problema de las basuras en las calles se subsana con urgencia: orden desde arriba de limpiar el recorrido por donde pase el séquito. Como en las películas malas.
Los medios de información del régimen salen en tropel a justificar la decisión para “no afear la imagen de la ciudad más de lo que está”, dicen.
Sobre los 125 trabajadores que irán al paro o la merma del poder adquisitivo que tendrán a partir del día 1 de enero, ni palabra.
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