Martes, 2 de octubre de 2012
Ángeles Diez Rodríguez (Dra. en Cc. Políticas y Sociología y Profesora de la UCM) para Cubadebate
Es de sobra conocido que los medios no son neutrales, aunque quisieran,
no podrían serlo porque los medios tienen dueños y/o porque sirven a
unos intereses.
El problema estriba en cómo se ocultan y camuflan esos intereses y cuál
es la intencionalidad de este ocultamiento, es decir, la lógica que lo
guía. Desvelar la forma en que nos venden un producto o una ideología es
la vía para protegernos ya que nos permite desentrañar la estrategia de
manipulación y los objetivos que pretende alcanzar dicha estrategia.
La información es el camuflaje perfecto de la propaganda, el ropaje que
mejor oculta su finalidad disciplinante y, como diría Gramsci, la
reproducción de la ideología dominante. La información es una mercancía
más en el mercado de las audiencias. Es gracias a este formato
periodístico que los medios se parapetan tras una máscara de servicio
público.
Pero ni todo es información ni todo es periodismo. No obstante, en las
campañas electorales es relativamente fácil desenmascarar qué hay detrás
de la mercancía “información”. Porque es en ellas donde los medios de
comunicación masivos se muestran más abiertamente como lo que son:
sujetos políticos que toman parte en la disputa por el poder,
contendientes en la lucha encarnizada por garantizar la reproducción del
sistema, arietes que despejan el campo de batalla para hacer más fácil
la victoria de sus señores.
En el caso de las próximas elecciones presidenciales en Venezuela, que
se celebrarán el 7 de septiembre, las empresas mediáticas españolas
están mostrándose especialmente activas. No se trata sólo de intereses
específicos con las corporaciones norteamericanas y latinoamericanas
afines sino de la guerra abierta contra un proyecto nacional de
recuperación de la soberanía y dirigido a los más pobres: la revolución
bolivariana. Forma parte de la naturaleza del imperialismo
estadounidense y del colonialismo europeo impedir que prospere
cualquiera de los procesos latinoamericanos en curso como así lo
atestigua la larga guerra contra Cuba que no cesa.
Desde febrero los medios españoles, públicos y privados, hacen campaña contra Chávez y a favor de Capriles. No
hemos realizado un exhaustivo estudio, pero sin duda el repaso más
somero a la prensa y los medios televisivos nos aporta argumentos
contundentes para afirmar que desde febrero los medios de comunicación
españoles están haciendo campaña contra Chávez y a favor del candidato
de la oposición.
Esta campaña de propaganda que se esconde tras la apariencia de
información no ha sido improvisada. De hecho arranca con la presentación
de las primarias de la oposición construyendo adecuadamente la imagen
del triunfador H. Capriles, un hombre totalmente desconocido para el
público europeo y probablemente el estadounidense. No ha sido necesario
hablar del perfil del presidente Chávez pues ha bastado con seguir
alimentando una imagen ya construida durante años: populista (término
que en Europa es negativo), dictador, agresivo, fanático, dogmático,
frívolo, machista, etc.
Las elecciones en Venezuela han sido planteadas sistemáticamente por los
medios como si se tratara de una contienda bélica. No es que no lo sea
ya que lo que está en juego es precisamente la posibilidad de continuar
un proceso de hegemonía del pueblo frente a al dominio de la burguesía,
pero no cabe duda de que lo que en otros países se describe como campaña
electoral, competición entre candidatos, etc. aquí aparece como
enfrentamientos violentos, es decir, chavismo contra oposición (por este
orden). La inversión causa-efecto es una de las técnicas de
manipulación más habituales en relación a Venezuela: un enfrentamiento
que es resultado de las provocaciones, un comentario del presidente
Chávez que responde a un insulto o una amenaza, en los medios, se
convierte en la causa de las denuncias de la oposición en vez de un
efecto. No se informa sobre una campaña sino que se habla de un
enfrentamiento Chávez-oposición y por supuesto se toma partido desde el
pistoletazo de salida.
Una vez elegido el candidato de la oposición hay que construir su imagen
en contraposición a la del presidente Chávez en todo lo negativo que a
éste se le supone, e igualando al presidente en todos sus méritos
reconocidos incluso por la oposición.
Tenemos por ejemplo el siguiente perfil que hizo El País el 13 de febrero: “Henrique
Capriles Radonski habla poco y habla despacio. Cuando lo hace, mueve
las manos como si sostuviera un grano de arroz entre el pulgar y el
índice derechos. “Yo he sido el alcalde de todos. Soy el gobernador de
todos. Y quiero ser el presidente de todos los venezolanos, de los que
piensan como yo y de los que piensen distinto a mí”, dijo Capriles el 4
de diciembre de 2011”.
En esta descripción está claro que se resalta la forma de hablar
“despacio”, frente a la imagen proyectada de Chávez, hablador en sentido
muy negativo; o se insiste constantemente en la idea de unidad
repitiendo que sería un “presidente de todos”, no sólo de los que
le votan, es decir, se acusa implícitamente a Chávez de gobernar solo
para los chavistas. La descripción de Capriles continúa resaltando su
interés por la política desde los 11 años, su percepción sobre el
desgaste de los partidos políticos, la vocación humanista de su partido,
su interés por lo social “economía social de mercado”, e incluso se destaca que dentro de la coalición que le ha llevado a ser candidato hay partidos “ex aliados del chavismo”; todo ello con el objetivo de camuflar la realidad de un proyecto conservador y liberal.
Otros artículos insisten en el “programa de Capriles” y en la
unidad, ambos elementos para evitar que el público relacione el dato
objetivo de una oposición compuesta por 21 partidos con la falta de
unidad, y cuyo único programa es oponerse a Chávez. Se presentan, pues,
los méritos de H. Capriles muy próximos a los rasgos fuertes del
presidente. Por supuesto a veces se miente, otras sólo se ocultan datos y
la mayoría de las veces se induce a ideas erróneas.
No se trata aquí de revisar todo lo aparecido hasta el momento, basten
algunos titulares de los medios escritos. Todos ellos suficientemente
ilustrativos de la posición elegida por los medios escritos españoles
para hacer campaña a favor de la oposición .
En el caso de El País y muy en su línea tradicional, se opta en
general por desacreditar a Chávez, por sembrar la duda sobre los sondeos
que le dan ventaja, por insistir en su enfermedad para sugerir su
incapacidad para seguir gobernando, por reproducir una imagen de
incertidumbre en relación a su figura.
En el caso de El país podemos destacar los siguientes :
• Chavez, Capriles, el pronóstico imposible (14/2/12)
• Chávez insulta al candidato Capriles y le cita para el combate electoral (17/2/12)
• La recaída de Chávez lleva a Venezuela a la incertidumbre (22/2/12)
• El presidente gobierna Venezuela con control remoto desde Cuba (2/3/12)
• El chavismo busca relevo para Hugo Chávez (30/4/12)
• Chávez rechaza un debate electorar con Capriles porque es “la nada”. (19/6/12)
• Entre la patria de Chávez y el progreso de Capriles (8/8/12)
En el caso de El Mundo también se recurre a la figura del
presidente Chávez para ahondar en la imagen previamente construida y que
Capriles emerja como un candidato fiable, educado, moderado y con
preocupación por lo social. Una imagen que se construye siempre por
oposición a la del presidente. Destacamos los siguientes titulares:
• La promesa electoral de Henrique Capriles: construir 2.000 escuelas (21-9-12)
• Capriles reta a Chávez a un debate para que el país escuche ‘propuestas’ no ‘insultos’ (17-9-12)
• El presidente Chávez insta a los ricos a apoyarle o a enfrentarse a una ‘guerra civil’ (10-9-12)
• ‘Hugo Chávez ha utilizado la división como mecanismo para perpetuarse’ (2-9-12)
• Capriles no sabe si el plan de atentar contra él es ‘advertencia o amenaza’ (21-3-12)
Para el periódico ABC con una línea editorial todavía más
conservadora y dirigiéndose a un lector menos atento a la actualidad
internacional que a la nacional, se centra en la construcción de la
figura de Capriles, su imagen joven y dinámica, su actitud emprendedora,
con iniciativa y dialogante. La desacreditación del presidente Chávez
viene de la mano de su dispendio económico, su beligerancia. El
periódico da muestras a menudo de racismo ahondando en su origen
familiar, se le acusa de golpista y antidemócrata.
• Capriles: Chávez “regaló” a otros países casi 170.000 millones de dólares (3-9-12)
• Capriles desafía a Chávez a un debate previo a las elecciones (17-9-12)
• Capriles lanza el guante del debate a Chávez (8-9-12)
• Capriles acusa al Gobierno de hacer una «guerra sucia» en su contra (12-9-12)
El artículo cumbre de esta campaña es muy reciente, apareció el 22 de septiembre con el siguiente titular “Chávez moviliza una red de comandos armados para controlar una eventual votación adversa”. Todo el texto se apoya en el sensacionalismo, la ocultación de fuentes (dice obtener la información de “documentación interna”
a la que ha tenido acceso el periódico, de coronel del ejército que
pide anonimanto, etc), la interpretación a conveniencia de la supuesta
documentación secreta ya que no parece convencer al periódico cualquier
otra explicación relacionada con la seguridad del proceso electoral,
para el ABC no cabe otra que un intento golpista del propio presidente a
través de “comandos armados”; por supuesto la proliferación de
números y siglas que confunden al lector pretenden dar una imagen de una
información fiable ya que aparentemente maneja muchos datos y hay
entrecomillados que sugieren citas textuales. Sin embargo, nada de los
que relata el diario está fundamentado o avalado, es sobre todo
antiperiodismo, no se da una noticia sino que se cuenta una historia
para provocar una reacción.
Pero estos tres medios no son públicos, difícilmente ocultan sus
intereses y su afán partidista e intervencionista. Ocurre, que la misma
situación se da en medios públicos como RTVE que son pagados de nuestros
impuestos y se les supone cierto equilibrio y controles pues son un
servicio público. La realidad es que aun siendo públicos no existe
ningún control por parte de la ciudadanía y su papel acaba siendo
complementario del de los medios privados.
En la Televisión española hay un intento de no utilizar determinados
lenguajes, o expresiones tan abiertamente antichavistas, así que la
estrategia que se ha utilizado no es la de hacer campaña contra Chavez
sino hacer campaña a favor de Capriles. Se dio una cobertura muy amplia a
las primarias de la oposición y a la elección de Capriles.
Sorprendentemente la cobertura fue casi igual que en las primarias estaounidenses.
Nos encontramos en su Web distintas noticias extraídas de EFE y un
reportaje que se emitió el 13 de febrero en un informativo como si se
tratara de una conexión en directo con el corresponsal en Caracas. Se
puede ver en Internet con el siguiente titular “El gobernador Enrique Capriles será el rival de Hugo Chavez en las presidenciales de Venezuela”.
Esta noticia contiene todos los elementos para que podamos desenmascarar
la estrategia mediática de cara las próximas elecciones, toda ella
cubierta de un ropaje informativo que al espectador le de la sensación
de neutralidad.
Aparentemente da la noticia de la elección de Capriles en las primarias
pero el formato y el montaje nos dicen que se trata de un reportaje
realizado con anterioridad para la ocasión aunque aparezca como conexión
en directo.
La noticia se inicia con la voz en off del periodista que dice
-“el hombre que anoche estalló de alegría en un escenario, el hombre
que arrasó en las primarias de la oposición y que emprende el camino
para enfrentarse a H. Chávez ha pasado más tiempo en la calle que en los
escenarios”.
Las imágenes que vemos es a un Capriles vestido informalmente primero
siendo vitoreado como si estuviera en un concierto, se nos dice que
arrasó y se nos da a entender con los planos generales cerrados que hay
mucha gente, luego aparecen imágenes saludando en la calle, caras de
niños. La voz del periodista dice que inaugura escuelas, y que Capriles
dice que en la educación está el futuro de Venezuela. Después el
candidato aparece sentado, con un traje formal, sin gorra, hablando como
en una entrevista y diciendo:
- “la educación ha de tener un rol fundamental en la construcción de esa Venezuela de progreso”,
Después el locutor dice “educación y ayuda a los más pobres, Capriles
no quiere acabar con las misiones sociales de Chávez pero sí
perfeccionarlas para no crear ciudadanos dependientes y tiene un modelo
en el que fijarse para reducir la pobreza”;
De nuevo aparece Capriles en esa entrevista personal diciendo:
“cuando a mi me preguntan cuál es su modelo, yo digo, mire ahí está
Brasil. Yo soy un seguidor del modelo que se ha desarrollado en Brasil”.
El periodista vuelve a intervenir en off sobre un fondo de militares
marchando, armados, con la cara pintada, con trajes de campaña y
gritando, en una imagen un tanto agresiva para nosotros; hace la
introducción a las palabras del entrevistado diciendo:
“Capriles tiene claro el papel del ejército”; y se da paso a la entrevista grabada que dice “un ejército al servicio de los venezolanos no unas fuerzas armadas al servicio del gobierno de turno”.
Luego el periodista: “y este es el país con el que sueña”; otra vez Capriles: “una Venezuela, primero unida; estamos cansado de la división, de la confrontación, ningún país dividido avanza”.
Finalmente el periodista, Luis Pérez, finaliza el reportaje diciendo: “Sin
embargo a Capriles le queda ahora lo más difícil, una dura y larga
campaña electoral de casi ocho meses y una cita en las urnas con el
presidente H. Chávez que sigue siendo un hombre muy popular en su país”.
Este es un reportaje paradigmático. No informa de la elección de
Capriles, de quienes eran los otros candidatos a liderar la oposición,
no nos explica por qué ha sido seleccionado Capriles, no nos habla de la
oposición. El reportaje está montado como un vídeo de propaganda
de lo que será la campaña contra Chávez. Se recogen cuidadosa y
sintéticamente todos los tópicos de la estrategia de campaña y
sorprendentemente son los mismos que destacan los medios privados:
- la cercanía de Capriles al pueblo,
- el mantenimiento de las misiones, especialmente la educación,
- el modelo de progreso brasileño (contrapuesto a un modelo liberal),
- el ejército al servicio del pueblo,
- la unidad,
- la no confrontación.
En realidad este no es un reportaje, ni se trata de una conexión en
directo con un corresponsal, ni está improvisado. Las imágenes
seleccionadas, los cortes de la entrevista a Capriles, el pie
introductorio que hace el periodista en cada uno de los cortes, la
selección de los temas… todo está al servicio de la campaña de Capriles.
Se trata de un spot publicitario de campaña.
Se hace campaña contra Chávez para allanar el terreno a una oposición golpista
La pregunta que me parece relevante es acerca de la coincidencia en el
enfoque, unos medios abiertamente contra Chávez, otros a favor de
Capriles, todos configurando una imagen negativa del presidente Chávez y
prestándose a la inversión causa-efecto. La confrontación, la
beligerancia, la inestabilidad lleva causándola la oposición años y sin
embargo se achaca a Chávez. Da igual que se trate de medios privados o
públicos, de información escrita o televisada.
Las noticias se instalan en la lógica amigo-enemigo pero en realidad el
enemigo no es estrictamente Chávez aunque sea la imagen que focaliza
todos los ataques, el enemigo es el proyecto bolivariano (un proyecto
soberanista, de independencia nacional y a favor de los pobres). Esta
guerra de larga duración contra Venezuela tiene como abanderados a los
medios porque son los que preparan las conciencias, los que minan la
moral del “enemigo”, los que “alientan a las tropas propias”,
los que, en el caso que nos ocupa, llevan tiempo preparando el terreno
por si la oposición decide no aceptar el resultado electoral y lanza un
nuevo golpe. La experiencia anterior ha permitido diseñar una nueva
estrategia, más afinada, que permitirá a los ciudadanos españoles
aceptar el hecho de un golpe contra Chávez como probable e inevitable
pues: se trata de un país dividido, enfrentado, militarizado y con un
presidente con ínfulas dictatoriales.
También puede ocurrir, este sería un escenario menos dramático, que la
oposición que respalda a Capriles perdiera con demasiado margen y no
tuviera la suficiente credibilidad para impugnar las elecciones,
entonces, se necesitaría tener el terreno preparado para la
justificación de la derrota y la culpabilización del “violento chavismo”, a la espera de otra ocasión más favorable y con mayor acumulación de arsenal mediático.
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