Etiquetas

lunes, 22 de octubre de 2012

¿NO ESTAREMOS SIENDO DEMASIADO BUENITOS?




22.10.2012.

No hace falta ni describir la situación social y económica que está atravesando el país porque es de sobra conocida. Miles de familias desahuciadas de sus casas por los Bancos al no poder pagar la hipoteca o el alquiler, decenas de miles de trabajadores que reciben de un día para otro una carta de despido después de haber estado años trabajando en ese lugar, contratos por debajo del salario mínimo con hasta 12 horas de trabajo por día y, muchas veces, sin siquiera descanso semanal, emigración en masa de jóvenes que han dicho basta a entregar currículos sin esperanza alguna, miedo a perder el trabajo al mínimo movimiento, retraso en el pago de nóminas, descuentos y rebajas de salarios como excusa para poder sostener el empleo precario, quita permanente de derechos que costaron mucho en conseguirse, pero eso sí, todo aliñado con subida del agua, de la luz, del IVA, del gas, del transporte…

Ante ello cabe preguntarnos cómo estamos respondiendo a esta agresión sin precedentes y que, por cierto venimos padeciendo desde hace varios años, con gobiernos PSOE y con los del PP. En este contexto los dos sindicatos mayoritarios han llamado a sus organizaciones amigas a una Cumbre Social para que vuelva el estado del bienestar (el capitalismo con rostro humano), y han realizado dos grandes movilizaciones como preparación de la huelga general del próximo 14 de noviembre. Conminemos en que todo tiene un aire de “todos contra el PP”, y que vuelva el PSOE con algún aliado, que se antoja una respuesta muy pobre (por no decir repugnante) para la situación que atraviesan millones de personas. Tanto, que lo que sí debería ser puesto en solfa es la propia naturaleza del sistema capitalista, cuestionar de arriba a abajo esta forma letal en que nos han organizado, y no limitarse a pasear pancartas para pedir un referéndum que demuestre el poco apoyo a las medidas y maldades del gobierno.

Con las formas y objetivos de la Cumbre Social, es evidente que la clase dominante no pierde el sueño pero, sobre todo y más importante, no se es capaz de dar a los afectados directos de la crisis la ilusión mínima necesaria para romper con el lastre del pactismo y la negociación, y tomar las calles de verdad. Quizás por ello, no son pocas las personas que ven en la táctica y estrategia de CC.OO y UGT un mero dique de contención en defensa del propio sistema. De ahí la necesidad urgente de organizarse al margen de quien quiera preservar el capitalismo.

 Por todo esto, el llamado “buenismo”, el cumplir a rajatabla con el manual consensuado de protesta con los límites políticos y legales que marca el propio sistema, y que todo ello se envuelva en el decálogo de las buenas costumbres y usos democráticos, debería originar al menos una reflexión. Si en la trinchera enemiga no tienen miedo de clase es que algo estamos haciendo mal. Quizás, incluso, el acudir a sus manifestaciones para que los muchos Toxos y Méndez salgan en la foto con miles de fieles detrás tendría que pensarse dos veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario