M Álvarez
jueves, 6 de septiembre de 2012
Poco
a poco, despacio pero progresivamente, los jóvenes abandonan el círculo
infernal donde fueron arrojados por el régimen juancarlista, léase
alcohol y drogas. En la mayoría de los casos se debe a circunstancias
subjetivas: la familia no tiene dinero para regalar y no hay trabajo;
sin embargo continúan las fiestas, donde borrachera, droga y navaja
son protagonistas. Un vendedor ambulante fue arrojado "como una
gracia" desde un puente, durante la fiesta de la Tomatina, caldo de
cultivo de borracheras que degeneran en conductas fascistas. De eso se
trata ¿verdad Juan Carlos? Pero ese tiempo se acaba, tu tiempo se acaba.
Agencias.-
Moulaye, un vendedor ambulante senegalés de 31 años, ha conmocionado a
los habitantes de Buñol. El joven acudió con su maleta a la localidad el
pasado 29 de agosto para vender sus productos a los asistentes a la
Tomatina, pero su humilde medio para ganarse la vida casi le lleva a la
muerte cuando se encontró con un numeroso grupo de jóvenes que
terminaron arrojándolo a un río desde más de cinco metros de altura.
Moulaye,
visiblemente dolorido, recuerda en el hospital lo sucedido. "Yo no
tengo nada contra nadie, no sé por qué lo hicieron. Me acerqué como
siempre, a ver si la gente quería comprarme algo. Era un grupo de mucha
gente, más de diez personas que hablaban español, y uno de ellos me
quitó unas gafas de la maleta. Yo le pedí que me las devolviera y me
respondió mal, y como vi que se ponía violento me fui para evitar
problemas. Pero cuando ya me iba noté un empujón muy fuerte y me caí
desde el puente. No pude hacer nada", relata.
Según
el alcalde de Buñol, Joaquín Masmano, la Guardia Civil de la localidad
está investigando quiénes pudieron ser los responsables a partir del
testimonio de un testigo. Al parecer, entre dos y cuatro personas
huyeron tras el empujón hacia la zona en la que se congregaba la
multitud.
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