jueves, 9 de agosto de 2012
(Tomado de marchenahoy.es)
Desde su fundación hace pocos años, el Sindicato Andaluz de
Trabajadores (SAT) ha sido el sindicato que más palos ha recibido,
debido a su condición independiente y a no recibir subvenciones
estatales. Ahora toda la prensa nacional le señala como enemigo público
número uno. Pero hay cosas que no se están diciendo, ni informando de lo
que es el SAT.
Toda
la prensa nacional derechista carga las tintas contra un grupo de
personas que nada tienen en común con los sindicatos al uso, es decir
que viven de las ayudas estatales y que pone en cuestión el actual
sistema de sindicatos, mientras miran para otro lado antes los desmanes
urbanísticos, las corruptelas generalizadas de los partidos
minoritarios.
¿Por
ejemplo sabéis que el resto de fuerzas políticas y sindicales no
aceptan al SAT como negociador en los convenios colectivos pese que es
una importante fuerza sindical en Analucía?. Todo se lo reparten los
sindicatos establecidos, CCOO y UGT mientras se reparten con la patronal
la representatividad y con ella, las ayudas oficiales.
EL
SAT es para UGT y CCOO la bestia negra en Andalucía, y para la patronal
algo que no pueden controlar, y que les resulta incómodo y molesto, de
hecho toda la prensa oficial tanto la declarada abiertamente socialista,
como la abiertamente pro-PP cargan contra el SAT en cuanto tienen la
más mínima ocasión. A la socialista porque les molesta que haya un
representante de la izquierda real en suelo andaluz que realmente les
pueda robar protagonismo y legitimidad y por lo tanto subvenciones
estatales y ayudas públicas. Mientras CCOO y UGT se reparten importantes
edificios por toda Andalucía, en ciudades y pueblos, herencia recibida
del sindicato vertical franquista, el SAT, no recibe ayudas ni
subvenciones públicas estatales, ni edificios públicos de ningún tipo.
Algunos
miembros del SAT, como Diego Cañamero, han sido perseguidos con furia
por los candidatos socialistas en los pueblos donde se han presentado,
sólo por pertenecer a una opción obrera y la la izquierda real. Así, el
PSOE Andaluz ha perseguido con verdadera saña a todos los representantes
del SAT en los últimos años, poniendo mucho más ardor que contra las
políticas neo-liberales y conservadoras.
El
SAT ha ocupado en los últimos meses dos fincas, Somonte y Turquillas,
en Palma del Rio y Osuna-Écija para dar empleo a los trabajadores de una
zona en donde las tasas de paro han sido siempre muy altas pero que
actualmente rozan porcentajes alarmantes, mientras que las políticas de
la Junta de Andalucía y el gobierno miran para otro lado. De la primera,
fueron desalojadas una vez y volvieron y ahora, tras este acto en el
supermercado de Écija, han amenazado con volver a ocuparlas.
Este
es el primer encuentro entre el Estado (PP) y el SAT y en Madrid no
saben cómo se las gasta Sánchez Gordillo. Este no es un líder
cualquiera, maneja a la perfección las técnicas de la propaganda, los
medios de comunicación y es capaz de lanzar a gran parte de la Andalucía
rural contra el gobierno del PP, si el pueblo ve que uno, o unos
inocentes, van a la cárcel mientras decenas o centenares de presuntos
políticos corruptos permanecen impunes.
El
SAT no es solamente Sánchez Gordillo. Este es sólo uno de los 40.000
afiliados de este sindicato. Juan Manuel es sólo un miembro más, aunque
muy activo. Por lo tanto el SAT, ni es IU, ni es PSOE, ni forma parte de
ninguna estructura que tenga que ver con el Estado, más bien sobrevive a
pesar de IU, PSOE, etc.
Ya
sabemos qué sindicatos y partidos mayoritarios forman parte del Estado y
por lo tanto del problema que tenemos actualmente en España, de una
administración inflada de cargos políticos y sindicales de confianza e
ineficaz no por culpa de los funcionarios sino por una mala gestión
política.
El
SAT se ha caracterizado desde hace años por su trabajo callado y
constante sin el apoyo de ningún tipo de altavoces ni medios de
comunicación que ahora se lanzan al ataque al tratar de desvirtuar las
informaciones públicas que se lanzan sobre ellos. En el caso de Sánchez
Gordillo, este ni participó ni formó parte de la acción en el
supermercado (¿y qué si lo hizo?, N.de E.), por lo tanto es evidente que
no podrá ser juzgado, porque no hay delito contra su persona.
Se
carga contra él por ser su cara más visible y pertenecer a unas siglas
contra las que se carga desde la bancada mediática adversaria, que en
este caso, son legión. Así que si se le detiene se le está deteniendo
ilegalmente, y a sabiendas, con intención de linchamiento público y de
forma ejemplarizante en una acción desmedida del Estado por aparentar
que tiene el control de la situación. Lo cierto es que el SAT son 40.000
personas en toda Andalucía y no sólo una.
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