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viernes, 24 de agosto de 2012

¿DE QUÉ HA SERVIDO EL REFORMISMO, LA SOCIALDEMOCRACIA O EL SOCIALLIBRALISMO EN ESPAÑA?

ANTECEDENTES

Pedro Pascual
Sin duda alguna vamos hablar en próximos artículos sobre el tema que da  título a estos – aunque en cierta medida creo que ya hemos empezado hacerlo -, tanto en lo referido al PSOE, como especialmente, puesto que es lo que más puede interesar a los lectores del La Mancha Obrera, al PCE – y en cierta medida al sindicato CC.OO y al movimiento político de Izquierda Unida.
Pero en ningún caso debemos ser ingenuos, y posiblemente los más mayores no lo serán, y culpar a los de ahora de los males sembrados ayer o más bien creer que la actual situación de la clase obrera  y de las organizaciones obreras es a causa de los cambios ideológicos y estratégicos acontecidos hace cinco o diez o quince o veinte años. Es decir, que siguen pasando los años y seguimos dando vueltas sobre el mismo viejo problema, y esta permanencia en el tiempo es indicativo de que la clase obrera no ha sabido darle solución, y de ello se han aprovechado la clase dominante. Sin olvidar nunca, que no solo ha sucedido aquí, en el reino de España, sino en toda Europa.
Tras lo dicho por mí, permitirme de nuevo citar a Manuel Sacristán, en unas palabras referidas a CC.OO[1]:
“[...]ha pasado desde ese ambicioso movimiento socio-político que tenía que incorporar una concepción revolucionaria desde el taller hasta el Estado, ha pasado de eso a firmar pactos de solidaridad nacional, como los acuerdos de la Moncloa del año 1978, es decir, a practicar una política sindical estrecha, de pura defensa de la crisis, de defensa además de lo más elemental y aceptando criterios, categorías y puntos de vista que parten de la base del respeto a las compatibilidades del sistema, aceptando los criterios capitalistas corrientes acerca de la conservación de puestos de trabajo en la crisis, etc. Por eso digo que quizá la evolución de CC.OO sea el ejemplo mas espectacular de involución, de la degradación del sindicalismo de izquierda en Europa[...]
Palabras dichas en 1983 y en que en ocasiones son muy similares a la crítica que desde La Mancha Obrera se hacen en la actualidad al sindicato dirigido por Ignacio Fernández Toxo. Y siguiendo el mismo camino se encuentran las siguientes palabras[2]:
“Marcelino Camacho tiene razón al advertir al presidente del gobierno que una política de concesiones a los patronos contra la clase obrera (incluida una represión a veces sangrienta de los movimientos de ésta) puede abrirle camino al fascismo. Pero a la dirección de CC.OO se le podría recordar, casi en el mismo tono, algo que, aunque menos grave, se parece un poco a eso: una política de pactismo politicista fundada en que “había que posponer la solución de las tensiones sociales a la construcción de la democracia”, política que se sirvió con mentiras o ingenuidades tan grandes como la de decir a los trabajadores que una patronal que se negaba a pagarles un salario decente (que es lo menos) iba a permitirles intervenir en la política empresarial (que es lo más) – y ese cuento se contó a los obreros para justificar los pactos de la Moncloa – difícilmente puede conseguir que se tome en serio el reciente intento de Camacho de recuperar la vieja originalidad de CC.OO., cuando dice “Estamos creando un tipo de sindicalismo nuevo, que entronca con el carácter sociopolítico del sindicato”. Comisiones Obreras fue un movimiento sociopolítico; todavía hoy es una fuerza anticapitalista considerable, quizá la principal que queda en España; pero arrastra ya el lastre de dos pactos sociales desorientadores de los trabajadores y el estigma de ser un sindicato subvencionado oficialmente. La entusiasta inserción de CC.OO en la “transición”, prefiguraba ya un conformismo que, al chocar con la tradición del sindicato, tenía que dar lugar a incoherencias.
¿Se lo tiene, entonces, merecido todo la dirección de CC.OO? Mucho sí tiene merecido, pero quizás no todo.”
¿No seguimos acaso erre que erre con CC.OO, esperando que regrese a un ayer cada vez más lejano en el tiempo? Y lo que nos ha de parecer más interesante a nosotros en estos momentos ¿de qué le ha servido a la clase obrera tanta concesión, tanto pactismo, tanto cambio ideológico que ha progresado con el paso de las décadas hasta sobrepasar límites inimaginables? ¿Quién ha ganado con ello?
Y para finalizar estas últimas palabras del filósofo marxista dichas en 1985[3]:
“[...]mirad de todas maneras, un poco autocríticamente, qué pasa en este país: en este país pasa que no queda marxismo revolucionario más que en unos cuantos, pocos, partidos muy minoritarios, y una veintena, treintena de colectivos marxistas radicales. Y ya está. Los grandes partidos obreros de toda la vida de este país, quién diría hoy que tienen una posibilidad de recuperación de marxismo revolucionario. Creo que habría que ser muy optimista para creerlo[...]”
Y en estas palabras sigue estando la clave sobre lo que vamos a reflexionar en los siguientes artículos

[1]La situación del movimiento obrero y de los partidos de izquierda en la europa occidental. Conferencia que se encuentra en Seis Conferencias. Manuel Sacristán Luzón. Edicción Salvador López Arnal. Editorial El viejo topo. 2005.
[2]¿Realmente fueron tan malos los telegramas de CCOO? Manuel Sacristán Luzón, artículo de 1984 publicado en la revista Mientras tanto. http://www.rebelion.org/noticia.php?id=113659

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