Lunes, 30 de julio de 2012
Esto
no ha sido un atraco, ha sido un crimen. Así de claro. Una persona, en
situación de baja médica por sufrir depresiones, se suicida arrojándose
al vacío desde la novena planta de un hospital, inmediatamente después
de que un médico decidiera que estaba lista para reintegrarse al
trabajo. El médico"acertó", pero no con el paciente, sino aplicando las
recomendaciones que le dicta el régimen. Este asesinato está vinculado a
la nueva normativa laboral que ha eliminado los derechos de los
trabajadores.
Ayer
a las 10 de la mañana, una celadora del CHUAC se ha tirado por la
ventana de una 9ª planta (Medicina Interna) del propio hospital hacia el
patio interior y ha caido sobre el tejado de la 3ª planta
(Hemodinámica), lo cuál provocó su muerte de manera instantánea. En uno
de sus bolsillos se encontró una nota de despedida.
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