22 furgones de antidisturbios para desalojar a 30 personas
La Almudena cierra sus puertas a los desahuciados
El día 29, una treintena de afectados por la
hipoteca y solidarios se han encerrado durante varias horas en la
catedral madrileña hasta que la jerarquía eclesiástica ha ordenado su
desalojo, ejecutado con un enorme despliegue de agentes antidisturbios.
Gladys Martínez López (Redacción web)
- Solidarios protestan mientras están retenidos en el exterior de La Almudena (Foto: G. M. L.)
Se trataba de ocupar un lugar emblemático, simbólico. Y
para algunos, también, de que la Iglesia como institución tomara
partido. Y lo ha hecho. Nada más y nada menos que 22
furgones policiales, es decir, más de 200 antidisturbios, han sido
movilizados para sacar de la “casa del Señor” a una treintena de
desahuciados después de varias horas de encierro.
Todo empezaba sobre las 19h, cuando una quincena de
personas sobre cuyas cabezas pende una orden de desahucio de sus
viviendas, en algunos casos inminente, acompañadas de otros tantos
solidarios de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y del
15M, accedían a la catedral de La Almudena. Llegada la hora del cierre, a
las ocho de la noche, los afectados se negaban a salir. Su intención,
“exigir una reunión urgente con delegados de los bancos, del Gobierno y
del Banco de España” para exigir la paralización de los desahucios, la
dación en pago retroactiva, un alquiler social para los afectados y que
se investigue a los responsables del problema hipotecario, explicaba vía
telefónica Tatiana Roeva, miembro de la PAH que se encontraba en el
interior. De lo contrario, permanecerían encerrados hasta la manifestación por el derecho a la vivienda del lunes.
Pasadas las 21h, una treintena de solidarios empezaba a
congregarse en las inmediaciones de la catedral y penetraba en el patio
de entrada, pero los primeros furgones policiales no tardaron en llegar,
y media hora después los hacían salir, los retenían durante un tiempo y
procedían a identificar y llevarse el DNI de la mayoría, incluidos
periodistas, cuyo trabajo han entorpecido en numerosas ocasiones.
- Furgones policiales ante la catedral (Foto: G. M. L.)
Mientras tanto, en el interior del edificio, los
afectados trataban de negociar con dos representantes de la institución
eclesiástica, sin obtener ningún resultado. “Han centrado toda su
argumentación en decir que la catedral tiene unas normas que hay que
cumplir, y afirmaban que en Cáritas se atiende a mucha gente y que no
por encerrarnos ahí íbamos a conseguir nada”, explica a Diagonal Billy
Rodríguez, párroco de San Fermín y la Cañada Real que ha participado en
el encierro y se negaba a abandonarlo porque “por encima de la ley hay
situaciones humanas”.
Sin responder a los argumentos de los afectados, los
responsables de la curia han dado la orden de actuar. Una quincena de
antidisturbios ha penetrado en la catedral y amenazado a los presentes
con detener a todo aquel que se negara a salir. El párroco y el afectado Luciano Chancusig, desahuciado de su vivienda en abril, se han negado a abandonar el lugar,
por lo que han sido retenidos y éste último, esposado, hasta que han
accedido a salir junto con sus compañeros. Eran las 22.30h cuando los
encerrados comenzaban a abandonar la catedral por cuentagotas, y a su
salida han sido recibidos por decenas de solidarios que se han ido
congregando tras el llamamiento a través de las redes sociales con el
hashtag #OccupyAlmudena.
“Ya se han olvidado de dar de comer al hambriento y de
dar de beber al sediento. La Iglesia se ha portado de una manera
nefasta, lo que predican no lo llevan a la práctica”, decía indignada
María, una mujer de la PAH que apoyaba al grupo desde el exterior, donde
decenas y decenas de antidisturbios se hallaban desplegados rodeando la
catedral y tratando de dispersar o apartar a cada rato a los grupos de
solidarios y a la prensa.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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