por Julio Anguita
Cuarta entrega de una serie de ocho artículos en los que se
sintetiza la intervención de Julio Anguita en el Ateneo de Madrid el
pasado día 9 de Marzo.
Julio Anguita, excoordinador general de Izquierda Unida
Cuarta entrega de una serie de ocho
artículos en los que se sintetiza la intervención de Julio Anguita en el
Ateneo de Madrid el pasado día 9 de Marzo.
En estos momentos cualquier proyecto que
intente corregir la deriva hacia la barbarie y concitar en torno a él
un proceso constituyente de otra realidad en la que se logre la plena
aplicación de las generaciones de DDHH: los económicos, los político-
sociales y los medioambientales debe tener conciencia exacta la época y
la fase en la que vivimos, padecemos y soportamos la consecuencias de
una crisis sin parangón con ninguna otra anterior. A mis reflexiones
sobre la situación presente quiero añadir otra que a modo de complemento
ayude a calibrar la tragedia de nuestros días.
El historiador británico Arnold J.
Toynbee (1889- 1975) escribió una vastísima obre titulada Estudio de la
Historia. Para él el desarrollo de la Humanidad no es otro que el las
26 civilizaciones que han existido desde el comienzo de la Historia.
Como antecedente inmediato a la nuestra denominada Occidental, Toynbee
situó a la Helénica
Todas las civilizaciones han tenido cuatro características fundamentales:
1. Un Estado Universal u
organización económica, política y militar que surge en la época
inmediatamente anterior a su declive.
2. Una Iglesia Universal o conjunto
de creencias, valores e imaginarios colectivos cristalizados en una
institución que los sistematiza, regula y difunde para vertebrar la
solidez del sistema.
3. Un proletariado interno que termina por socavar los fundamentos de la civilización.
4. Un proletariado externo que de manera simultánea con aquél otro consigue el mismo desenlace.
Aplicadas estas características a la civilización Helénica tendríamos:
1. Estado Universal, el Imperio Romano.
2. Iglesia Universal, el derecho Romano.
3. Proletariado interno, el cristianismo.
4. Proletariado externo, los pueblos denominados bárbaros.
Nuestra civilización Occidental vendría marcada por dos características fundamentales:
1. La Industrialización y el Sistema Capitalista.
2. La Democracia Representativa.
El Capitalismo Industrial, tanto es sus
fases de Capitalismo Comercial, Industrial y hoy en las de Globalización
y Financiero ha tallado el mundo actual. Las palabras de Marx y Engels
en el Manifiesto Comunista (1847-1848) sobre el papel revolucionario de
la burguesía y la conformación del mundo a su imagen y semejanza no
pueden ser más proféticas.
Es evidente que también al sistema
Capitalista y la civilización que él ha creado le van las cuatro
características comunes a las otras civilizaciones:
1. Estado Universal; USA y aliados.
2. Iglesia Universal, la trinidad
capitalista: Mercado, Competitividad y Crecimiento Sostenido. Junto a
ella las organizaciones que velan por su aplicación: OMC: BM: FMI; BCE;
etc.
3. Proletariado interno, inmigrantes,
marginados, capas urbanas en creciente depauperación, delincuencia
organizada, y restos del proletariado industrial que todavía no ha sido
abducido por el sistema, etc.
4. Proletariado externo, países
emergentes, BRICs, etc. que aliados ocasionales en su momento, se
configuran como rivales y competidores.
El otro pilar sobre el que la
civilización occidental se ha elevado lo constituye la Democracia
Representativa. Recordemos en apretada síntesis los jalones más
importantes del desarrollo de la misma.
Desde el Renacimiento la concepción
antropocéntrica del mundo se va abriendo paso y poco a poco figuras
eminentes de la Filosofía y el Derecho van asentando las doctrinas que
con posterioridad serán la base del Derecho Internacional y el de
Gentes. Podemos situar el proceso a través de los siguientes
acontecimientos.
- Declaración de Independencia de USA en 1776
- Declaración de los derechos del Hombre y el Ciudadano en 1789 de la Revolución Francesa
- Constitución Republicana de 1793 que
contempla la abolición de la esclavitud, el sufragio universal y el
derecho e resistencia a la opresión.
- Derecho al trabajo a través de Víctor Considerant (1808-1893)
- Constitución mejicana de 1917
- Constitución de Weimar de 1919
- Constitución soviética de 1936
- Declaración de Derechos Humanos de la ONU en 1948
En el transcurrir de estos
acontecimientos ha habido revoluciones, organizaciones proletarias,
pensadores sociales y todo un movimiento que ha ido yuxtaponiendo los
derechos políticos y los económicos y sociales de la ciudadanía. Este
proceso, con avances y retrocesos ha desembocado en revoluciones como la
soviética o situaciones de bonanza social como el keynesiano Estado del
Bienestar.
También desde entonces se asiste a una
pugna entre la Política y el Mercado. Así, tras la abolición de
esclavitud se torna a ella con Napoleón. Los avances democráticos del
sufragio universal hacen que este devenga en censitario; es decir sólo
podían votar los que disponían de determinadas rentas. Los sistemas
electorales se retuercen y se ponen al servicio de las oligarquías
dominantes. La riqueza y los que las poseen van imponiendo su
preeminencia y conforman al sistema democrático a la medida de sus
intereses.
Pero nunca como ahora llega el paroxismo
del conflicto. A la mundialización y globalización e la economía le
sigue como consecuencia derivada la subversión de valores y de
concepciones democráticas. Recordemos algunos hitos.
En 1973 la Comisión Trilateral aconseja
favorecer la abstención en los procesos electorales porque una alta
participación obligaría a los políticos a hacer concesiones
incompatibles con la recta economía.
En plena Globalización y
construcción de la UE los criterios que van supeditando las decisiones
políticas a los designios de los mercados aumentan, se imponen y
justifican sin tapujos.
En 1993 Fernando Faria de Oliveira, Ministro de Economía y Comercio e Portugal entre 1990 y 1995 afirmaba que; Hemos
alcanzado en términos de competitividad el límite de la sostenibilidad
del Bienestar Social. Europa debe defenderse del dumping social de los países asiáticos
Jaen Athuis, senador francés, en el informa dirigido al Primer Ministro Balladur sobre el Mercado Único: Se
trata de fabricar allí donde es menos caro y vender donde existe poder
de compra. Hoy existe un divorcio entre los intereses de la Nación y el
interés de las empresas.
Hans Tietmeyer, Presidente del Bundesbank, en 1994: Los políticos deben aprender a someterse a los dictados de los mercados
La lista es interminable y
desde luego los contenidos de las declaraciones de las distintas
personalidades que la componen evidencian la muerte de la Política a
manos del mercado. Y como colofón permítanme los lectores reproducir un
texto de un artículo en la publicación del Círculo de Empresarios de
Madrid en 1995. El texto es de Juan Velarde Fuertes y se refiere a la
aprobación el tratado de Maastricht: Maastricht convertido en
reforma constitucional, tiene una trascendencia enorme. Nos va a obligar
a apartarnos de conductas disparatadas.
Pues bien, la evidencia no
admite contestación. La civilización occidental está asistiendo a la
eliminación de uno de sus pilares a manos del otro: el mercado
capitalista. En consecuencia las constituciones, el derecho y la
política están desapareciendo como consecuencia de esta nueva barbarie.
Ante esto solo caben dos opciones sin
que quepa ninguna intermedia o ecléctica: asumir lo que hay o prepararse
para combatirlo. Lo veremos en la próxima entrega.
Y TU..... DONDE ESTAS?......
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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