04.10.2014
La Unión Europea (UE) no quería sancionar a Rusia, pero Washington la obligó a hacerlo, admitió el vicepresidente de EE.UU., Joe Biden.
La Casa Blanca era consciente de los riesgos económicos que corrían sus aliados europeos si adoptaban esa medida, reconoció.
“El orden internacional que hemos estado construyendo meticulosamente desde el final de la Segunda Guerra Mundial” se está desgastando, pero el compromiso de EE.UU. en el mundo es más importante que nunca, insistió Biden hablando este jueves sobre los pilares de la política exterior de la Casa Blanca ante los estudiantes de la Universidad de Harvard.
Uno de los logros claves, desde su punto de vista, es que Washington consiguió presionar a los Estados miembros de la Unión Europea para que sancionaran a Rusia. “Es verdad que no querían hacerlo.
Pero EE.UU. asumió el liderazgo y el presidente de EE.UU. insistió en ello. A veces incluso tuvo que poner a Europa en una situación incómoda para que actuara e hiciera “pagar [a Rusia]“, a pesar de los riesgos de sufrir daños económicos que eso suponía para la UE, confesó el vicepresidente respondiendo a las preguntas de los estudiantes.
En cuanto a los demás desafíos para Washington en la agenda internacional, Biden admitió que las revueltas en Oriente Próximo y África del Norte apoyadas por la Administración de Obama y el auge de extremistas violentos tendrán un efecto duradero y tardarán “una generación o más” en apaciguarse.
Sin embargo, calmó a la opinión pública: yihadistas como el Estado Islámico son un serio desafío, pero no representan “una amenaza para la existencia de nuestro estilo de vida o para nuestra seguridad”. “No nos derrumbamos después del 11-S. No flaqueamos después de la maratón de Boston“, argumentó.
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