Leonardo de Pisa Fibonacci
El fracaso del Fondo Social de Vivienda
del Gobierno muestra que este programa no era más que un simple parcheo
a un problema de fondo, los desahucios y el acceso a la vivienda.
De las 6.000 viviendas dispuestas por el fondo, “cedidas” por los bancos, solo han sido adjudicadas a 258 familias.
Pero las solicitudes se encuentran solo en 594 (más del doble de las
adjudicadas). Dada la problemática existente en este país con relación a
este tema las solicitudes y adjudicaciones, deberían haber desbordado
al fondo. Pero no ha sido así, ¿Por qué?
En primer lugar, los bancos no han aportado a este fondo cualquier vivienda, sino las que les resultaban más problemáticas, menos rentables o con menor potencial para su venta.
De esta forma, las viviendas suelen encontrarse alejadas del lugar
donde han sido solicitadas, generando problemas de desarraigo o de
desplazamiento para el día a día de las familias, incluido el laboral. Además, las viviendas suelen encontrarse en mal estado. Han dejado la morralla para estas familias y así aparentar el apoyo a la solución de un grave problema social.
En segundo lugar, los bancos son los gestores de este programa.
Bancos (y antiguas cajas) que han sido las que han desahuciado a las
familias. Esto implica una enorme desconfianza por parte de estas
familias, al tener que negociar y firmar un contrato con un
intermediario que anteriormente les había expulsado de sus hogares. Les
lleva a pensar, ¿Quién les garantiza que no vuelva a suceder?
Y en tercer lugar, las condiciones de acceso y aceptación al mencionado fondo de vivienda son muy estrictas.
Los ingresos de la familia deben estar tres veces por debajo del IPREM,
es decir, tener unos ingresos inferiores a 532,51 €. Teniendo en cuenta
en la horquilla en al que oscilan los precios del alquiler social de
este fondo es de 125 € a 400 €, se hace muy difícil poder acceder con
solvencia a este programa, unido con las dos anteriores. Además, se
excluye a numerosas familiar que tienen ingresos superiores al marcado
pero que no son suficientes para poder sobrevivir. Sueldos de 600 y 700
euros, cada vez más generalizados, que les dificulta muy seriamente
acceder a una vivienda con los precios del mercado del alquiler (ni
pensar en una hipoteca).
¿Qué se extrae de todo esto?
Ante la evidente defensa de los
intereses de los bancos por parte del Gobierno, en este caso en materia
de vivienda, y la conflictividad social que se estaba generando entorno a
ello, les obligó a llevar a cabo este lavado de cara que en nada soluciona el problema.
Pero la oposición no se queda muy lejos; hipócritamente intenta
aprovechar este fracaso para sus intereses electorales, pero no
cuestionan la propiedad de las viviendas en manos de bancos y
especuladores de todo pelaje, solo cuestiona las condiciones de acceso
al fondo (de tan solo 6.000 viviendas). Esa propiedad les permite
influir en las decisiones, en cómo se va a articular ese fondo y la
resolución del problema. Los unos y los otros eluden la solución real a favor de los poseedores de las viviendas vacías.
El Gobierno deja el poder en los mismos
bancos que han desahuciado a esas mismas familias. Los que desahucian, y
se han beneficiado de la especulación, son los que deciden cuál es la
vivienda más adecuada para las familias. Lo ponen en manos de aquellos que han demostrado que su único objetivo es la obtención de los máximos beneficios posibles.
Sería asombroso en una sociedad cabal, pero es algo normal en una
sociedad en la que el poder lo detentan los empresarios y banqueros.
La solución:
La solución real pasa por que el
Estado expropie las 3,4 millones de viviendas vacías existentes. Que
las ponga a disposición de la población trabajadora. Que las
subvencione de tal modo que solo suponga un porcentaje de su salario. De
esta forma debe quedarle lo suficiente para poder consumir lo necesario
para sobrevivir. Los bienes esenciales, como la vivienda, no pueden ser
objeto de producción y comercialización para la obtención de
beneficios. Deben cubrir las necesidades de la sociedad.
La solución real es evidente que no satisfaría a quienes realmente mandan.
Al no poder obtener beneficio, incluso al ser expropiados -perder la
propiedad de esa vivienda-, se opondrán radicalmente. Los bancos, las
inmobiliarias, constructoras y los partidos políticos que les
representan, pondrán el grito en el cielo, pero así mostrarán del lado
de quién están. La solución real es seguro que está del lado de
la población trabajadora que anteriormente sufrió la especulación y que
ahora sufre la crisis económica.
Datos extraídos de:
http://www.publico.es/dinero/457267/fracasa-el-fondo-de-pisos-para-desahuciados-del-gobierno
http://economia.elpais.com/economia/2013/04/18/actualidad/1366281899_838814.html