«El arte de la guerra»
Nuevo Gladio en Ucrania
por
Manlio Dinucci
Haciendo
un rápido recuento sobre el golpe de Estado de Kiev y las informaciones
que hemos venido publicando durante el desarrollo de los
acontecimientos, Manlio Dinucci describe el dispositivo
de Estados Unidos y la OTAN tal y como se perfila en este momento:
un nuevo «Gladio», o sea una estructura militar secreta capaz de manipular los acontecimientos políticos.
Parafraseando una célebre serie estadounidense: «El Pentágono negará tener conocimiento de lo que usted haga…»

- Haciéndose
llamar «Delta», este veterano de las fuerzas armadas israelíes dirige
un comando militar durante el golpe de Estado de Kiev.
Su nombre de guerra es «Delta». Es uno de los jefes militares de la «revolución ucraniana» aunque, como él mismo declara, no se siente ucraniano. Bajo el casco lleva la kipá.
La historia nos la cuenta la agencia de prensa judía –con sede en Nueva
York– después de haberlo entrevistado bajo condiciones de anonimato,
fotografiándolo en uniforme de camuflaje y chaleco blindado, con el
rostro cubierto por gafas oscuras y una bufanda negra.
Delta es un veterano del ejército de Israel, especializado en
combate urbano en la brigada de infantería Givati, fuerza que participó
en la operación «Plomo Fundido» y en otras acciones contra Gaza, como la
masacre de civiles perpetrada en el barrio Tel el-Hawa. A su regreso a
Ucrania, hace varios años y como hombre de negocios, formó y entrenó
–con otros ex militares israelíes el pelotón «
Cascos azules de Maidan», aplicando en Kiev las técnicas de combate urbano ya puestas a prueba en Gaza.
Su pelotón, según declara
Delta a la JTA, está a las órdenes de
Svoboda,
un partido que detrás de su nueva fachada conserva su matriz neonazi.
Precisamente para tranquilizar a los judíos ucranianos que se sienten
amenazados por los neonazis,
Delta afirma que la acusación de antisemitismo que pesa sobre
Svoboda es una «
idiotez».
La presencia en Ucrania de especialistas militares israelíes
se confirma con la información, proveniente de la JTA y de otras
agencias judías, de que varios heridos en los enfrentamientos con la
policía en Kiev fueron enviados de inmediato a hospitales israelíes,
por supuesto, para impedir que alguien pudiera revelar identidades
incómodas. Como las identidades de la gente que entrenó y armó a los
francotiradores que, con los mismos fusiles de precisión, dispararon en
la plaza Maidan contra los manifestantes al mismo tiempo que contra los
policías –alcanzados casi todos en la cabeza.
Estos hechos arrojan una luz nueva sobre la manera como se preparó y
se realizó el golpe de Estado de Kiev. Bajo la dirección de
Estados Unidos y la OTAN, a través de la CIA y de otros servicios
secretos, se procedió al reclutamiento, financiamiento, entrenamiento y
entrega de armas a los militantes neonazis que asaltaron los edificios
gubernamentales en Kiev, antes de pasar a ser institucionalizados como «
Guardia Nacional».
Documentos fotográficos que circulan en estos días muestran a jóvenes
militantes neonazis ucranianos de UNA-UNSO entrenados en 2006 en
Estonia por instructores de la OTAN que les enseñan técnicas de combate
urbano y utilización de explosivos para la realización de sabotajes y
atentados.
Es exactamente lo mismo que ya hizo la OTAN en tiempos de la guerra
fría para garantizar la formación de la estructura paramilitar secreta
que hoy se conoce como «
stay-behind », bajo el código «
Gladio» .
Esa estructura también estuvo activa en Italia, donde se entrenaron –en
Camp Darby, base estadounidense cercana a la ciudad de Pisa, y en otras
bases– diversos grupos neofascistas que se prepararon para la
realización de atentados y de un posible golpe de Estado. Una estructura
militar análoga fue creada y utilizada ahora en Ucrania, recurriendo
también a la participación de especialistas israelíes.
Pero el golpe de Estado no habría tenido éxito si la OTAN no hubiese
garantizado previamente la complicidad de la jerarquía militar ucraniana
formándola durante años en el
NATO Defense College y en el marco de «
operaciones de paz»
dirigidas por la alianza atlántica. No es difícil intuir que, detrás de
la red oficial, se haya conformado una red secreta. Y fue así como las
fuerzas armadas ucranianas obedecieron la orden de la OTAN de «
mantenerse neutrales»
mientras se desarrollaba el golpe de Estado. Posteriormente, quienes
asumieron la dirección de esas fuerzas armadas fueron Andrei Parubiy,
cofundador del partido nacional socialista rebautizado
Svoboda,
quien fue nombrado secretario del Comité de Defensa Nacional y, ahora en
traje de ministro de Defensa, el contralmirante Igor Tenjukh, vinculado
a
Svoboda.
Lo más probable es que ya esté en marcha la campaña de depuración (o
de eliminación) de los oficiales considerados no confiables. Mientras
tanto, la OTAN, que de hecho ya se anexó Ucrania, declara que el
referéndum en Crimea es «
ilegal e ilegítimo».