- Dos
niños observan un vehículo quemado durante el enfrentamiento entre
fuerzas de seguridad iraquíes y el Emirato Islámico en Irak y el
Levante, ligado a Al Qaeda, en la ciudad de Mosul. Pese a estar
en guerra, Irak rechazó las presiones para la bursatilización foránea de
sus reservas petroleras
- Photo : Reuters
Va viento en popa el esquema financierista para que
la banca de Wall Street (incluyendo el tristemente célebre banco de
inversiones Goldman Sachs) controle la propiedad catastral de las
reservas de las aguas profundas del Golfo de México bajo la coartada de
la bursatilización encubierta del método contable del «booking», de acuerdo con los criterios de la comisión reguladora bursátil (SEC, por sus siglas en ingles) de Nueva York.
Goldman Sachs se refocila de la «
integración energética de Norteamérica» (¡supersic!) y publicita la Cumbre de Energía de Norteamérica, el 10 y 11 de junio en Nueva York, a la que asistirán «
los máximos pensadores (sic)
e
influyentes tomadores de decisiones del sector privado y público, entre
ellos directivos, funcionarios públicos y expertos de Estados Unidos,
Canadá y México, así como los principales inversionistas globales y
las trasnacionales involucradas en el sector energético de Norteamérica». Será muy interesante conocer quiénes serán los asistentes «
mexicanos» del sector público y privado.
Los megabancos y las trasnacionales petroleras anglosajonas únicamente están interesados en el
fracking del
shale gas y en el petróleo de las aguas profundas del Golfo de México.
La gráfica de la producción de
shale gas en Estados Unidos plantea dos escenarios, uno «
optimista» y otro «
estable» (
statu quo), de lo que se deduce del análisis de las gráficas de Canadá y México que el verdadero «
auge» del esquema tripartito de «
Norteamérica», bajo la inminente «
protección» geopolítica/geoeconómica del Comando Norte (NorthCom), provendrá esencialmente del México neoliberal itamita.
El esquema tripartito beneficia ante todo a Estados Unidos. A ver
cuántas migajas le dejan a México, que carece de vigilancia apropiada y
cuya malhadada Comisión Nacional de Hidrocarburos ha demostrado ser más
proclive a los intereses de las trasnacionales de Estados Unidos.
Se detecta así el triple eje bajo el cual opera(rá) la «
seguridad energética de Norteamérica»:
militar (Comando Norte); trasnacional petrolero anglosajón y el
financierista de los megabancos de Wall Street, que exigen la
bursatilización de las reservas de las aguas profundas del Golfo de
México, a lo que el gabinete Peña/Videgaray ha accedido mediante el
truco contable del
booking.
Sucede que hoy, en el siglo XXI, cuando aún impera la desregulación
de la globalización financierista, los países suelen ser controlados
mediante su desnacionalización bancaria y la financiarización de sus
materias primas, que pasan a formar parte del dominio catastral de los
grandes bancos de inversiones de Wall Street.
Bloomberg anunció desde el año pasado los «
planes edulcorantes» sobre el
booking de las reservas de México para «
atraer a Exxon y a Chevron».
Por cierto, una de las directivas de Chevron es Condoleezza Rice, quien aleccionó al grupo de «
mexicanos» miembros del Wilson Center, controlado por el Departamento de Estado.
Julio Zamora, estratega bursátil de Citigroup/Banamex, comenta que el «
booking
de las reservas es una manera de que las trasnacionales las coloquen en
su hoja contable y permitan entender (sic) a los usuarios de las
declaraciones financieras dónde están gastando e invirtiendo, y estarán
mirando de dónde vendrá la futura producción». ¡Ajá!
Bloomberg explaya que la SEC «
permite a las empresas registrar el equivalente de sus reservas», de acuerdo con su guía publicada en 2001, lo que George Baker, consultor de energía en Houston, festejó como un «
verdadero progreso en el pensamiento (sic) del gobierno sobre las reservas», lo que «
debe ser explícitamente mostrado en las leyes regulatorias». A ver qué artilugio legaloide inventan en el entreguista Congreso mexicano.
Forbes señala que «
las trasnacionales petroleras
normalmente no favorecen contratos de utilidad compartida porque
prefieren tener la propiedad (¡supersic!) del petróleo».
Forbes cita al empresario británico de origen sirio
Ayman Asfari, mandamás de la petrolera Petrofac, quien se deleita sobre
la posibilidad de colocar las reservas de los hidrocarburos de México
bajo el método bursátil/contable del
booking para trascender la fase presente de los contratos de reparto de utilidad: revela que «
Pemex y el gobierno mexicano» han estado negociando con la SEC para «
garantizar que los inversionistas extranjeros sean capaces de usar el booking para la parte de sus ganancias como reservas».
Forbes consideraba hace un año que «
la idea de colocar las reservas» bajo el método bursátil/contable «
del booking con la SEC podría ser un tema político explosivo para los mexicanos».
Pues no he visto que sea tan «
explosivo», debido a
la flagrante desinformación imperante, cuando la mayor parte de la
población, ya no se diga el entreguista Congreso, no entiende los
alcances del tramposo
booking.
El libro clásico de Steve Coll –laureado con el premio Pulitzer–
Imperio privado: ExxonMobil y el poder estadunidense,
en el capítulo 26 aborda la gran presión que ejerció la depredadora
trasnacional ExxonMobil, a través de la embajada de Estados Unidos
en Bagdad, sobre el gobierno del Irak ya invadido y ocupado para
bursatilizar sus reservas mediante el truco contable del
booking.
La frase final del capítulo de marras, que lleva por título «Tenemos
confianza de que pueden realizar el booking de las reservas», no tiene
desperdicio:
«poco más de 7 años después de que los soldados estadounidenses y los
marines penetraron (sic) en Irak a través de la frontera de Kuwait, los
accionistas de ExxonMobil eran propietarios (¡supersic!), por lo menos
en el papel, de un pequeño pedazo de las reservas (¡supersic!) del
petróleo del país.»
Siete años fue casi precisamente el lapso que predijo Lee Raymond
(el mandamás de la trasnacional en ese entonces), cuando la guerra
empezó, que tomaría «
para que Irak esté lo suficientemente tranquilo (sic) para que entren las grandes empresas de petróleo».
Steve Coll cita a un directivo de ExxonMobil, Rob Franklin: «
Tenemos confianza de que pueden realizar el booking de las reservas».
Dejando de lado la confesión de la candidata presidencial Hilary
Clinton, de que su votación a favor de la invasión a Irak había sido un «
error»,
cabe destacar que el gobierno de Irak finalmente no aceptó la
bursatilización foránea de sus reservas que le concedía la propiedad a
ExxonMobil y a otras grandes petroleras anglosajonas mediante el método
del
booking, propiedad que el México neoliberal itamita sí está
dispuesto a (con)ceder sin haber sido invadido militarmente y sin que
se haya disparado ni un tiro.