Richard Stallman (Nueva York, 1953) está considerado el padre del
software libre. En la década de 1980, rompió con su puesto en el
Laboratorio de Inteligencia Artificial del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT). Y comenzó a desarrollar programas que derivaron en
el sistema operativo Linux o en las licencia Copyleft. GCiencia
entrevista a este neoyorquino horas antes de que dé en Vigo una
conferencia que promete agitar conciencias…
-¿Qué es lo que denomina el software privativo?

Es
el que priva de la libertad a sus usuarios. La meta del movimiento para
el software libre es la liberación del ciberespacio para todos. Si los
usuarios no tienen el control del programa, es el programa el que tiene
el control de los usuarios. Y el dueño controla todo el conjunto. Es una
gran injusticia.
-Y también, en su opinión, un peligro…

Un
peligro porque, frecuentemente, los programas privativos tienen
funcionalidades concebidas para abusar de los usuarios. Hay
funcionalidades malévolas que se crean deliberadamente para hacer daño.
Algunas espían, otras restringen la información y hay puertas traseras
que aceptan comandos desde otros, como el dueño del programa, para hacer
cosas al usuario sin pedir su permiso.
-¿En qué programas podemos encontrar este software dañino?

Son
muy comunes, se conocen bien. En Windows, en Flash Player, en Mac Os,
en Angry Birds… en el Kindle de Amazon y el software de casi todos los
teléfonos móviles, no sólo en los smartphones. En todos los teléfonos
hay una puerta trasera universal por la cual es posible convertir el
aparato remotamente en un dispositivo de escucha.
“Hay que recobrar la soberanía informática; el software privativo daña la seguridad nacional”
-¿Qué hacen los estados ante las grandes compañías?

Generalmente,
contentar a las compañías del software privativo. Cuando los estados
deberían apostar por el software libre para recobrar la soberanía
informática del país. Porque usar un programa privativo en el Estado es
someterlo al dueño del programa. Y si se usa en asuntos críticos,
perjudica la seguridad nacional. Porque el dueño tiene el poder sobre
ese programa.
-Usted defiende el software libre como vital en la escuela…

Porque
todos los centros educativos deberían enseñar el software libre.
Enseñar un programa privativo es implantar dependencia en el público.
Esto va en contra de la misión social de la escuela.
¿Y por qué el
software privativo ofrece copias gratuitas a las escuelas? Son como
traficantes de drogas que entregan la primera dosis gratuitamente. Para
implantar la dependencia en la gente. Luego, tendrán que pagar. Si la
escuela rechaza la droga aunque sea gratuita, debe rechazar el software
privativo, aunque sea gratuito.
-Sostiene también que se pierde talento…

Por
supuesto, porque hay que educar a los mejores programadores. Hay
programadores natos, con un talento especial desde los 10 a los 13 años.
Se encuentran fascinados con la informática. Y, si usan un programa,
quieren saber cómo funciona. Pero, si les preguntan a sus profesores,
les dicen que no lo saben, que es un secreto, porque es privativo.
-El secreto está en el código fuente…

Si
ves el código fuente, lo comprenderás todo… Pero no permiten que los
estudiantes lo vean. Así es más difícil que salgan buenos programadores.
Y se impide a los ciudadanos aprender a distinguir qué código no es
claro, qué código puede ser malicioso…
-Junto a los programas, entran en las escuelas nuevos dispositivos, como las tabletas que sustituirán a los libros…

Y
ya se ve venir que, con las tabletas y lectores de libros en las
escuelas, se prohibirá a los estudiantes compartir los libros de texto
digitales. Y esto es un crimen. Porque debería pagarse al autor del
libro de texto por su obra y que, luego, ésta pueda ser distribuida
libremente. Son obras básicas. Pero quieren que paguemos por todas y
cada una de las copias, en lugar de pagar por la obra completa. Va a
haber menos libertad que con cualquier libro impreso. No se podrán pasar
de unos a otros.
“De las redes sociales, Twitter es menos malo; recomiendo no ser usado por Facebook”
-¿Es el software libre menos seguro?

Al
contrario. El software libre suele tener buena seguridad, aunque en
ningún caso es perfecto. Pero un programa privativo tiene seguridad cero
contra su dueño. El dueño tiene el poder de introducir las
funcionalidades malévolas hasta las puertas traseras que someten
totalmente al usuario. Y los usuarios siempre están indefensos ante el
dueño del programa.
-Ponga un ejemplo en un software popular…

Windows
tiene una puerta trasera universal. Microsoft tiene el poder de
introducir a distancia cualquier cambio de software en Windows sin pedir
permiso al usuario, al dueño de la computadora. Microsoft colabora,
además, con la NSA de EEUU [agencia de inteligencia nacional]. Cuando
descubren errores en Windows que perjudican la seguridad informática
informan al NSA antes de corregirlo para que puedan atacar cualquier
computadora.
-¿Ha recibido presiones de la gran industria del software?

De
vez en cuando me acusan de ser comunista, y no lo soy. Es decir:
mienten. Pero ataques físicos nunca he recibido. Pero hay mucho dinero
en el software privativo. Y frecuentemente emplean ese dinero para
comprar estados.
-Usted no usa redes sociales, ¿se puede vivir sin ellas ahora que tanta gente cifra su vida pública en ellas?

Es
absurdo ese planteamiento. Hace años, nadie usaba Facebook y no se
morían por ello. Es una pregunta tonta. No usar Facebook es un acierto y
es una forma de salvaguardar tu privacidad. Twitter, en cambio, no es
tan malo. Es mucho mejor que Facebook. Yo recomiendo no ser usado por
Facebook.
-¿Qué teléfono móvil usa usted?
Tampoco tengo un teléfono móvil. Porque es un dispositivo de
vigilancia y seguimiento. No quiero decirle al Estado dónde estoy en
cualquier momento…
“Amazon es un drone en sí misma: lo sabe todo y vigila a sus lectores”
-¿Y compra usted libros por Amazon?

Nunca.
Amazon hace muchas cosas malas. Por ejemplo, abusa de sus empleados de
manera horrible. Ataca deliberadamente a las librerías independientes.
Abusa de los autores y de los editores pequeños. Y evita impuestos. Pero
lo peor es su abuso de los lectores. Porque el Swindle [“estafa”, juego
de palabras con Kindle, la tableta de Amazon] engaña a los lectores.
Les priva la libertad de adquirir un libro anónimamente pagando en
efectivo. En Amazon no se puede. Obliga al usuario a registrarse y
gestiona una base de datos sobre qué libros ha leído. El Swindle tiene
funcionalidades de vigilancia. Amazon sabe todo lo que hace el usuario
en Swindle…
-No desentonan, por tanto, los drones repartiendo libros…

Para
nada. Pero sus propios productos son un drone de vigilancia. Y, además,
te privan de la libertad de vender tu libro ya leído a una librería de
segunda mano. O de prestárselo a un amigo. Porque sólo se puede
compartir una serie de veces. Y te obligan a registrarte. Es el mismo
plan que el Estado español tiene para los libros de texto… Cobrar por
las copias e impedir que se compartan. Es horrible la imposición de
tabletas en las escuelas.
-Reconocerá que describe un mundo un tanto “orwelliano”…

Pues
le pongo un ejemplo sin salir de Amazon, que tiene una puerta trasera y
borra libros. En 2009 borró miles de copias de un libro en un acto
orwelliano. Y ese libro era “1984”. Kindle significa incendiar. Y en
realidad ya vemos que sirve para quemar libros a distancia.
-¿Su mensaje es tecnológico o filosófico?
Filosófico, ético y político. Se trata de la ética en el uso de la tecnología digital…
-Aunque se quiera presentar como algo neutro, sin matices éticos…

Porque
la tecnología digital en sí es neutral. Pero existe en un contexto
social donde hay poderes que intentan dirigir su uso según sus deseos.
Las empresas y sus estados títeres no pueden ser quienes decidan sobre
esa ética…
Fuente:
http://www.gciencia.com
http://www.nodo50.org/tortuga/Stallman-El-telefono-movil-es-un