El
Conocido dirigente del Gobierno de Gadaffi aceptó la entrevista con el
periodista Carlos Aznárez bajo la condición de respetar el anonimato,
sin fotografías y respetando la clandestinidad en la que se encuentra en
este momento. Salvó su vida de milagro, dijo.
El caso de la invasión de los países de la OTAN a Libia ha
dado mucho que hablar, sobre todo por generar una matriz que ahora
intenta ser repetida en Siria, aunque en este último país las cosas no
están saliendo tan sencillas para el alto mando injerencista.
En Libia, una nación donde sus habitantes gozaban de uno de
los niveles económicos más altos de la región y en el que las numerosas
tribus que lo integran convivían en un nivel medianamente aceptable, el
imperialismo gestó una estrategia que reunió a mercenarios (la mayoría
de ellos beneficiados con suculentos montos de dinero por Qatar), que
fueron generando una situación de prolongada desestabilización y acoso
al gobierno central de Mohammar Gadafi.
Haciendo base en Benghasi, para desde allí lanzar ataques
definidamente terroristas contra la población adicta a la Jamahiriya, se
fue preparando el terreno –a pesar de una obstinada resistencia de las
fuerzas leales a Gadafi- para avanzar en la intervención abierta de los
aviones de la OTAN que finalmente lograron arrasar con los bastiones
gubernamentales. Lo que vinos después es más o menos conocido, asesinato
del líder libio, implantación del terror y la destrucción del país,
masacres que ofenden a la humanidad, saqueo y ocupación militar y
económica a favor de los países pro imperialistas.
Hace una semana Resumen Latinoamericano tuvo la
oportunidad de conocer por propia voz de uno de los más importantes
dirigentes del gobierno libio de la Jamahiriya y fiel colaborador de
Gadafi, su versión de los hechos acontecidos en ese país africano. Puede
afirmarse que nuestro entrevistado, con el que pudimos contactar en
Madrid, es un auténtico sobreviviente de la campaña de asesinatos en
masa que acontecieron al triunfo de las fuerzas militares de la OTAN.
Permaneció hasta último momento junto al Presidente Gadafi, estuvo a la
vez en comunicación directa con su hijo Saif al Islam (ahora detenido en
manos de una de las tribus) y corrió todo tipo de riesgos para salvar
su vida, salir del país y poder, actualmente, diagramar junto a otros de
sus compañeros de lucha, el mapa futuro de la recuperación del país
para quienes fueron seguidores del líder verde. “Una vez asesinado
nuestro líder, salir del país fue toda una aventura y puedo decir que
estoy vivo realmente por casualidad”, nos relata en un pequeño
apartamento de la capital española donde nos recibió y concedió el
reportaje con muy claras condiciones: aparecer con nombre supuesto, por
razones de que su presencia en España es absolútamente ilegal y está
enmarcada en las actividades de la resistencia, y por lo mismo, ausencia
total de fotos que pudieran ayudar a descubrir a alguien que es muy
conocido en Libia y no ha cambiado demasiado su rostro ni su aspecto.
Por todo ello, esta es una entrevista donde lo más importante
es el contenido de lo que expresa este hombre, que se hace llamar
Abdel, y no está basada en ninguno de los recursos del amarillismo
periodístico (“exclusivas” o “descubrimos a…”) que nuestro medio no
practica por definición. Lo que sí podemos afirmar, es que al verlo,
reconocimos en nuestro entrevistado a uno de esos protagonistas que
durante todo el período que duró la ofensiva imperialista contra el
pueblo y el gobierno libio, desempeñó un papel más que notorio junto al
staff gubernamental. Por su boca, a lo largo del par de horas que duró
el encuentro nos fuimos enterando de muchos aspectos de los últimos
trágicos días del anterior gobierno, de algunos pormenores del asesinato
de Gadafi y también de lo que se vive actualmente en un país devastado
por donde se lo mire.
-No puedo dejar de preguntarle cómo es que siendo usted tan conocido ha logrado sobrevivir.
- Como le dije, es por pura casualidad, una
vez que nuestro líder decidiera resistir y no abandonar el territorio,
se armaron tres caravanas de vehículos e integradas por un grupo de
milicianos fieles y dispuestos a dar pelea, y salimos en tres
direcciones distintas para tomar contactos con quienes a lo largo del
país seguían luchando. Así fue que mientras la caravana en la que iba
nuestro líder fue detectada, la nuestra logró recorrer cientos de
kilómetros, en los que nos fuimos encontrando con nuestra gente,
compartimos con ellos las últimas noticias de cada uno de los frentes y
dimos instrucciones para continuar resistiendo. Al enterarnos de la
atroz muerte de nuestro líder a manos de los criminales imperialistas,
decidimos ir acercándonos a la frontera con Argelia, y cuando ya no
vimos posibilidades de retomar contactos con otros jefes leales, salimos
al exterior, nos reunificamos con otros sobrevivientes y armamos la
estrategia actual de recomenzar la recuperación de nuestro territorio
luchando contra los invasores.
-¿Antes de hablar de Libia, me interesas que nos dé una aproximación sobre el momento que se vive en la región?
-La situación en Libia es muy dura, debido a que se ha ido
desarrollando a sangre y fuego el proyecto internacional imperialista.
Lo que pasa es que Estados Unidos con el resto de sus aliados de
Occidente decidieron constituir una especie de movimiento religioso
reaccionario y, a través de esta “no santa” alianza-matrimonio entre el
imperialismo internacional y este movimiento religioso reaccionario,
pueden servir a sus intereses aplastando a la izquierda y a las
políticas revolucionarias en la región.
Esta estrategia explicaría lo que viene ocurriendo en otros países de la zona donde EEUU aspira a no perder su dominio?
-Exacto. Al mismo tiempo que encaran la
destrucción de nuestro país, mantienen la región en la edad oscura,
sometiéndola a la influencia de tal movimiento. Por eso, especialmente
Estados Unidos, pero también Occidente en general, tienen lazos tan
cercanos con la Hermandad Musulmana (HM), que es el principal movimiento
en Egipto, Tunez, Turquía y otros países. Ellos acordaron mantener
intactos los intereses del Occidente imperial y darles lo que quieren:
petróleo, seguridad y mantener la zona dividida. A cambio, estos
movimientos religiosos tendrán poder, pueden hacer lo que quieren con su
sociedad, lo que obviamente incluye leyes reaccionarias, opresión de la
mujer, la lucha contra el arte, la cultura y las políticas de
izquierda. Es notorio que esta estrategia funciona para ambas partes.
Ellos solo se dieron cuenta que podían caminar juntos en los
últimos años y la razón es Turquía. El movimiento islámico turco maduró y
dirigió al Estado de una manera que convenció a Occidente de que un
tipo particular de Islam puede marchar junto al imperialismo y que esto
puede servir a ambas partes. Es un encuentro asombroso entre dos teorías
o ideologías distantes: imperialismo occidental y el islamismo
reaccionario, y las víctimas son las naciones, los pueblos de Medio
Oriente.
-De todos modos es asombroso que les haya resultado tan facil
avanzar en una dirección que profundizó la dominación y la devastación
de algunos pueblos, que como el libio habían logrado construir una
gobernabilidad medianamente adversa a los intereses del Imperio.
-Desafortunadamente, los movimientos
progresistas de Medio Oriente fueron débiles y no muy bien organizados.
Los gobiernos revolucionarios que han estado en el poder por décadas
eran muy vitales en el pasado, pero las revoluciones son como los seres
humanos, con el tiempo se vuelven viejos, cansados, enfermos, con sus
problemas sociales y económicos y pierden su vitalidad. Esto es lo que
les pasó a los gobiernos revolucionarios de Libia y de Siria. Por eso,
cuando las genuinas revoluciones suceden en Egipto y Túnez - porque creo
que esas fueron verdaderas revoluciones-, la izquierda y el sector
revolucionario de la sociedad no pudieron avanzar y presentar un
proyecto nacional de cambio. Los islámicos estaban mejor organizados
porque se dirigieron al corazón y la espiritualidad del pueblo, ya que
tienen una larga trayectoria por la historia religiosa del Medio
Oriente. Afortunadamente para nosotros todo esto está cambiando ahora.
La HM y la agenda islamista está siendo derrotada en todas partes, lo
que es asombroso y no es por nosotros, los revolucionarios, sino por la
simple comprensión de la gente común en la calle. Porque después de un
año en el poder, la HM ha demostrado ser opresiva, aliada al
imperialismo occidental, a quien no le importa el desarrollo de la
sociedad ni hacer ningún cambio positivo en la vida del pueblo. Por eso
la gente salió a las calles de El Cairo y otras ciudades de Egipto. Pero
también, y no se habla mucho de esto, hubo manifestaciones en Libia, en
Túnez, de millones de personas que se manifestaron en contra de esta
alianza.
Ahora sí, hábleme de su país, de esa Libia que se desangra a
manos de los invasores, pero por lo que sabemos sigue gestando acciones
de resistencia.
-La situación en Libia es un poco más complicada. Los medios
no lo cuentan, no hablan del tema. Si no fuera por la OTAN, nosotros
podríamos liberar a Libia fácilmente. Nosotros tenemos el poder, tenemos
las tribus de nuestro lado, tenemos a la mayoría de la población de
nuestro lado pero los estadounidenses, los franceses, los ingleses
especialmente, apoyados en parte por los italianos, los alemanes, y un
poco de apoyo español, tienen sus ejércitos, sus flotas en el mar
Mediterráneo, tienen sus satélites sobre Libia, sus servicios de
inteligencia y nos han advertido, en secreto y en público, que cualquier
movimiento de la Resistencia Verde en Libia será aplastado. El permiso
de la OTAN para intervenir Libia todavía está activo y se rehusaron a
retirarlo.
-¿Les sorprendió el papel que jugó Rusia en no impedir la intervención occidental?
-Los rusos intentaron frenar la invasión
pero al final la permitieron, porque los rusos están haciendo su juego,
están entregando Libia para ganar Siria.
Pero refiriéndome a las condiciones en el país, en términos
de población y de real poder popular, eso está a nuestro favor, estamos
muy fortalecidos. Muchos de mis colegas están ahora de vuelta en Libia.
Yo no puedo volver a Libia, mi cara es conocida y resalta donde quiera
que vaya, pero la mayoría de mis amigos, muchos de nuestros líderes
revolucionarios han vuelto a Libia, están en lugares muy seguros. El sur
de Libia, el Sahara, es completamente verde. El centro de Libia también
es verde, la mayor parte del oeste, alrededor de Trípoli y dentro de
Trípoli es verde, pero el pueblo no puede expresarlo porque la mayoría
de las armas más sofisticadas están en manos de las milicias, de las
bandas apoyadas por la OTAN. Hasta ahora creemos, por lo que informan
nuestras fuentes, que hay entre 1.000 y 3.000 agentes militares de OTAN
en el país. ¿Qué están haciendo? Están entrenando a las milicias,
dándole armas, tienen equipo de inteligencia sofisticado para ver qué
está pasando en el país, se comunican por satélite. El poder militar más
fuerte está en el mar, justo frente a Trípoli y Benghasi. Por supuesto
nadie habla de esto, nadie lo discute en los medios, quieren mantenerlo
tapado.
-Además, los informes de agencias alternativas hablan de una ola permanente de crímenes.
-La situación política es terriblemente mala, si seguimos las
noticias veremos que en los últimos días hubo más de cincuenta
asesinatos. Afortunadamente estos crímenes suceden dentro de las filas
enemigas.
Básicamente el enemigo está dividido entre tres fracciones:
los islamistas, los llamados “liberales” y las tribus. Los islamistas
están divididos, aunque es una falsa división entre la HM, que
supuestamente es más política y pacífica, y Al Qaeda. Pero de hecho son
uno, aunque quieren aparentar ser dos. La HM sale en los medios, habla
amablemente, tiene un discurso político, pero el poder real lo tiene Al
Qaeda.
-¿Desde el exterior, estas milicias siguen siendo financiadas por Qatar y Arabia Saudíta?
-No, Arabia Saudita odia a la HM y odia a Al Qaeda, pero a
veces han trabajado juntos porque obedecen ordenes de sus amos, los
norteamericanos. Pero Arabia Saudita trata lo más posible de alejarse de
la HM y Al Qaeda, porque son salafistas.
Qatar, por supuesto, junto a Turquía, son los títeres del
imperialismo norteamericano en el área. Qatar apoya con armas y enormes
cantidades de dinero y entrenamiento. Los seguidores de Al Qaeda son los
más organizados y los que tienen el mayor poder armamentístico.
Después están los liberales, que son pequeños en número.
Nuestro estimado es que todos los milicianos pro OTAN en todo el país no
exceden los 3.000, incluyendo a los de Benghasi y Trípoli, lo que es
un número muy pequeño. Yo sé con seguridad que nuestros combatientes que
tenemos solamente en el sur superan los 90.000.
Los liberales no son un movimiento como los islamistas, son
individuos, personalidades modeladas por manos reaccionarias en
capitales de Occidente. Los liberales vivieron la mayor parte de sus
vidas fuera de Libia, en Londres, en París, en Nueva York. No tienen
apoyo popular, pero son presentados por Occidente como buena gente,
demócratas, capaces de reconstruir el futuro de Libia. Pero Occidente
sabe que no tienen apoyo. El único que vivió en Libia y conoce gente es
Mahmoud Jibril, una personalidad liberal que nos traicionó. Estaba con
nosotros, fue ministro en el gobierno, pero pertenece a una de las
tribus más importantes del país, Warfallah, que se encuentra en Bani
Walid.
Qué sabe de lo que está ocurriendo en Misrata?.
-En Misrata está el enemigo. Misrata está
muy cerca de Bani Walid, pero incluso dentro de Misrata tenemos muchos
verdes. Pero la OTAN tiene el poder para imponerse. Si tienes 1.000
milicianos con armas y apoyo, ellos pueden controlar la ciudad.
Los liberales son muy débiles, no son para nada peligrosos
para nosotros, no tienen apoyo popular y no están organizados, pero
tienen el apoyo de Occidente. No tienen el apoyo de Qatar, de hecho
Qatar los odia, la HM también, pero sí son respaldados por Francia,
Inglaterra y Estados Unidos, porque quieren mantenerlos como una opción.
La tercera fracción son las milicias tribales, conformadas
por algunas grandes familias, o un gran clan o tribu que por alguna u
otra razón se unieron a la OTAN. No son muchos pero su alianza está
basada en las tribus, no les interesa la política, no tienen ideología.
Por ejemplo, si podemos convencer al líder de la tribu de unirse a
nosotros, se unen, no están en contra de una Libia verde ni a favor de
nada. Todo lo que les interesa es encontrar una posición de poder para
su tribu. Ellos quieren poder, quieren dinero para su tribu y esto es
muy triste, pero Libia es una sociedad tribal y las tribus son
importantes. Esa fue una de nuestras fallas, que en cuarenta años de
revolución no fuimos capaces de eliminar las tribus, las debilitamos
pero todavía existen. Las milicias tribales son poderosas, son fuertes,
tienen armas y tienen gente. Por ejemplo, mientras los islamistas poseen
3.000 milicianos, los grupos armados tribales comprenden muchos más,
pueden llegar a 20 mil o 30 mil, no sabemos exactamente, pero son
numerosos.
Por lo que usted dice, la paradoja se da en que la Libia
verde no se ha visto menguada en gente pero no puede imponerse debido al
poderío de la OTAN.
-Esto que le he dado es el mapa del enemigo.
El enemigo no tiene apoyo popular. Por informes de nuestras fuentes
dentro del país, creemos, muy dentro de nuestro corazón, que si hubiera
cualquier tipo de proceso democrático ahora mismo, ganaríamos por una
amplia mayoría. De hecho tenemos más apoyo ahora que el que teníamos
hace dos años. Esto es por una razón: no importa qué tan bien gobiernes,
si estás en el gobierno por cuarenta años la gente va a querer un
cambio, solo por ver que es posible, incluso si fuese un país bello,
fantástico. De hecho Libia era un país seguro, rico, teníamos las
mejores universidades y carreteras, nos estaba yendo realmente bien.
-Cuénteme cómo es el día a día en su país ocupado.
- Antes que nada es importante saber que el
pueblo probó lo que es Libia sin la Revolución Verde y es un desastre.
Esto no se ve en los medios y esto es nuestro problema, pero en Libia
cada día hay asesinatos, encarcelamientos, robos de bancos, la riqueza
petrolera del país se va gratis a Occidente. Viene barcos, toman el
petróleo y se van. No hay más seguridad, el pueblo que antes tenía una
posición de poder ahora la ha perdido completamente. Antes, en la Libia
Verde el pueblo se sentía empoderado porque ministros y líderes de
organizaciones eran de toda Libia, hasta las ciudades más pequeñas
estaban involucradas en el gobierno. Ahora el pueblo ve que estamos
completamente dominados por Qatar, Arabia Saudita, Francia. El pueblo
siente que perdió su dignidad. Los pobladores no puede caminar por las
calles con sus frentes en alto y sentirse orgullosos como solían
hacerlo, ahora todo da miedo: no hables con este hombre porque es
islamista, o no hagas enojar a ese tipo porque es de tal milicia tribal,
o no insultes a Qatar porque van a venir y matarte. Ahora hay muchas
cosas a las que temer, antes Libia era libre.
¿En ese marco, qué influencia tiene en la población libia los levantamientos populares que ocurren en países vecinos?
-Lo que pasó en Egipto, la revolución
contra los islamistas, está teniendo un efecto en Libia. En los últimos
días, los libios han salido a protestar por primera vez. Están
protestando contra los islamistas, lo que es muy bueno para nosotros,
están repudiando a las milicias tribales, dicen que todas ellas deberían
ser abolidas y unirse al Ejército. También están protestando contra
Qatar, Arabia Saudita, Francia y la OTAN, por primera vez en dos años.
Dentro de Libia muchos nos preguntaron si pueden izar la bandera verde y
dijimos que no, porque nosotros sabemos que sería una masacre, lo
tomarían como una excusa para matarlos a todos y, para ser honestos,
nosotros perdimos muchísimo en la guerra, mataron a muchos de nuestros
hombres. Ahora no queremos perder más gente, procuramos mantenerlos con
vida, porque sirven mejor a la causa vivos que muertos, a menos que seas
el Che Guevara y entonces te conviertes en un símbolo internacional.
Pero en general sirves mejor a la causa si estás vivo. Aparte no
queremos debilitar el espíritu del pueblo. Si hubiese 300 o 400 muertos
en un par de días o en una semana, el pueblo se debilitaría, porque la
muerte es terrible, la gente pierde hermanos y hermanas. Nosotros
pensamos que la muerte no es buena porque los libios ya sufrimos mucho.
Yo perdí gran parte de mi familia en la guerra, no es bueno, así que
dijimos que no izaran la bandera, solo que protesten contra el enemigo
para debilitarlo.
-¿Cómo juega en la actual situación lo que gente como ustede puede hacer a nivel internacional?
-Nuestro problema en este análisis no es la
situación interna en Libia, porque la situación interna es muy fácil
para nosotros, el problema es con el afuera, con la OTAN. Hasta hablamos
con Europa, ellos saben todo, ellos tienen la misma visión, ellos saben
que Libia está mal, saben sobre los islamistas, sobre Al Qaeda, sobre
las milicias, saben todo. Pero la situación les viene bien porque están
obteniendo petróleo gratis de Libia, tienen servicios de inteligencia
trabajando gratis, mantienen su influencia sobre el mundo árabe, África
del Norte y África negra. Además se deshicieron de la Revolución Verde
en Libia, que era un importante enemigo de Occidente.
Le voy a decir un pequeño secreto: hablé con una embajadora
norteamericana en África, una mujer, amiga muy cercana de Obama, leí
sobre ella en internet, creció con Obama. Es una importante embajadora
en África. La conocí hace unos meses y hablé con ella, y ella me dijo, y
esto es increible: “¿Usted cree que no sabemos esto?”. Porque yo
trataba de explicarle la terrible situación, apelando a la democracia
norteamericana: no pueden hacer esto, son seres humanos, deben tener
sentido de la dignidad. Ella dijo: “Nosotros sabemos todo esto, pero no
podemos dejarlos que vuelvan a Libia porque son enemigos de la
democracia norteamericana”. ¡En Libia somos enemigos de la democracia
norteamericana! ¿Qué está haciendo la democracia norteamericana en
Libia? Le contesté: “¿Cómo puedo yo, en Libia, en mi país natal, en el
desierto, en África del norte, ser enemigo de la democracia
norteamericana? ¿Qué está haciendo la democracia norteamericana en el
Mediterráneo?”. Esto se llama imperialismo, no democracia. Entonces
ellos saben lo que sucede, pero siguen insistiendo en apoyar al enemigo.
-¿No ven, a pesar de todo, alguna brecha para sacudirse a los invasores de encima? ¿No trabajan sobre sus contradicciones?
-Es difícil, en nuestras circunstancias,
enfrentar a la OTAN en Libia. Los egipcios hicieron un buen trabajo,
tengo que respetarlos y admirarlos, porque aunque Obama apoyó
abiertamente a Mursi y habló a su favor y la embajadora Paterson se
reunió con Mursi y con los generales de la Armada y les advirtió que no
podían ir contra Mursi, igual los egipcios salieron a las calles y
protestaron. Eran millones, y creo, no solo yo, sino muchos periodistas
que estaban ahí, que fue la protesta humana más grande de toda la
historia humana. Los números están entre 30 y 40 millones de personas en
las calles, es increíble. El poder de la protesta en las calles forzó a
los norteamericanos a que agacharan su cabeza y aceptaran sus
resultados.
Esto no puede pasar en Libia por muchas razones. La principal
razón es que no tenemos la institución del Ejército, ya que fue
destruido por la OTAN. En Egipto tienen seguridad, como ciudadano
egipcio cuando sales a la calle tienes un consuelo en el corazón de que
el Ejército está ahí para protegerte. En Libia no tenemos eso, si sales a
la calle te matan los milicianos, porque el Ejército fue destruido por
la OTAN.
La segunda diferencia entre Libia y Egipto es que Egipto no
fue nunca -tal vez en los tiempos de Nasser, mucho tiempo atrás-, pero
en los últimos 40 años no eran enemigos de Occidente. Entonces Occidente
no tiene miedo de que Egipto se vuelva contra ellos, pero Libia solo
hace dos años era un gran enemigo de Occidente, entonces Occidente está
más asustado de que Libia vuelva a ser enemigo, con su poder petrolero,
etcétera.
-¿Actualmente todas las formaciones políticas “verdes” están ilegalizadas?
-No tenemos permitido trabajar en política,
pero tenemos un movimiento que se llama Movimiento Nacional y Popular
Libio. Ellos hablan de democracia y este es un movimiento político
pacífico y no nos permiten ni hablar, ni abrir oficinas, ni reunirnos
con el gobierno, ni discutir nuestros problemas en Libia. A Occidente no
le importa, porque ya decidió que Libia tiene que ser lo que es ahora.
Mira Iraq. ¿Cuándo invadieron Iraq? En 2003, ya pasaron 10 años y en
Iraq hay muerte, destrucción, división del país, Al Qaeda está en todas
partes, el petróleo se pierde. ¿Escucharon el reporte de Naciones Unidas
del año pasado? La cantidad de dinero perdido en Iraq es de 600
billones de dólares, nadie sabe donde están. ¿A quién le importa Irak?
Todo el mundo sabe que las razones por las que invadieron Iraq eran
falsas, ¿y a quién le importa? Nadie sabe cuánta gente murió en Iraq en
los últimos 10 años, tal vez un millón, millón y medi