El lugar es Montreaux, cerca de Ginebra; la fecha, el 22 de enero.
Con toda probabilidad se realizará allí la II Conferencia Internacional
sobre Siria. Están invitados más de 30 países. El escenario es bien
diferente a la primera reunión, en junio del 2012. La derrota militar de
la oposición es una evidencia; tanto es así que los combates entre los
propios miembros de la oposición están permitiendo al ejército sirio el
control territorial de amplias zonas. Especialmente, el cerco a los
escasos bastiones de la oposición en Aleppo (segunda ciudad del país)
será el centro de los combates en los días previos a la citada
conferencia.
La guerra siria ha pasado por varias fases: la primera desde febrero del
2011 hasta la primera conferencia de Ginebra en junio de 2012 fue un
montaje periodístico que perseguía la caída del gobierno. Los grupos
militares de la oposición seguían directrices directas de la OTAN. Se
trató de hacer creer que efectivamente había una revuelta popular. El
Ejército Sirio Libre (ESL) fue la apuesta de occidente, aunque sólo era
una etiqueta que describía algunos grupúsculos y algunos oficiales que
habían desertado a cambio de substanciosas primas, mercenarios e
instructores occidentales. Según fuentes de la misma oposición el número
de desertores sirios dentro del ESL no superó nunca el 4%. Su primer
dirigente, el coronel Riad al-Assad, fue nombrado porque su apellido
infundía confusión en Occidente haciéndole pasar por un familiar
enfrentado al propio presidente sirio.

La segunda guerra se extiende desde la reunión en París de los
“Amigos de Siria” en julio del 2012 hasta la segunda conferencia de
Ginebra en enero del 2014, una guerra de desgaste que pretende la
destrucción del país y la rendición del gobierno. La penetración de más y
más grupos salafistas auspiciados por Arabia Saudita, Qatar y Turquía,
las derrotas militares a manos del Ejército Sirio y Hezbola arrebató el
control al ELS hasta hacerlo desaparecer.
Se evidencia que el Ejército Sirio Libre es en realidad un invento
franco-británico. Desde su creación el 29 de julio de 2011, el ESL no
presentó ninguna alternativa política, más allá del derrocamiento del
presidente Bachar al-Assad, nunca se manifestó a favor de la laicidad
del estado, nunca habló de educación, de cultura o trabajo… Nunca
formuló el menor esbozo de algo que se pareciera a un programa político
alternativo. Su hombre fuerte, el coronel Selim Idriss, era un antiguo
desertor del ejército sirio. A cambio de una jugosa prima de enganche
(se han destinado más de 60 millones de dólares a comprar a los
desertores sirios) dirigió teóricamente el grupo aunque acabó vendiendo
material militar proporcionado por occidente al propio ejército sirio
fiel a Assad y a los militantes de Al-Qaeda. Con el botín recogido se
instaló en Qatar y finalmente en Turquía.
Nunca existió la supuesta revolución popular en Siria, sino una
agresión externa orquestada a golpe de mercenarios y de miles de
millones de dólares. La supuesta “revolución siria “protagonizada por
desertores del ejército que, casi con las manos vacías se enfrentaban al
tirano, no era sino una invención romántica destinada al consumo
publicitario, tanto de los medios de la OTAN como de sectores de la
izquierda, que han querido ver en esta retórica la realización de todos
sus sueños.
La OTAN, Arabia Saudita y Qatar han creado la oposición siria. Su
masa de maniobra está formada por mercenarios de Al Qaeda, fanáticos y
en algún caso, como algunos militantes provenientes de Arabia Saudita,
presos condenados a muerte o a largas condenas de cárcel por robo o
asesinato. Cada día que pasa, con cada nuevo asesinato masivo cometido
por los “luchadores por la democracia contra el nuevo sátrapa”, se hace
más y más claro algo que veníamos afirmando desde el inicio del
conflicto en Siria: que la “supuesta revolución “no es sino el último
engendro de los servicios de inteligencia occidentales. Como en Libia,
la “primavera siria” no es más que un montaje que ha necesitado de la
colaboración imprescindible no sólo de los medios, que para eso cobran,
sino del soporte intelectual y político de una pseudo-izquierda cada día
más perdida, más desorientada, más ensimismada en otra cosa que no sean
sus propios intereses políticos-electorales.
Aún es hora que intelectuales de una parte nada desdeñable de la
izquierda europea encabezada entre otras rutilantes estrellas por Ignasi
Ramonet (Ver
Le monde diplomatique enero 2013. Nº 207)
1 o
Santiago Alba Rico, así como el coro de “intelectuales caviar”,
agrupados bajo el altisonante nombre de “Intelectuales en defensa de la
Humanidad”, muestren algún tipo de rectificación. Otra parte de la
izquierda, alguna autoproclamda anticapitalista, ecologista o
ecosocialista….) institucionalizada o con aspiraciones de serlo, miden
toda acción política desde el cálculo de rentabilidad electoral; es
decir aquello que los “medios “de propaganda definen como lo
políticamente correcto.
Washington apoyará al Frente Islámico
Occidente se ha quedado sin pantalla protectora, sin cartas de
negociación. Washington, desaparecido el ESL, desacreditadas otras
opiniones, como la Coalición Nacional Siria o el Consejo Nacional Sirio
apoyará al Frente Islámico, un grupo terrorista wahabí con apoyo saudí,
implicado en ejecuciones y secuestros masivos. Los medios, para hacerlo
aceptable, vuelven a recrear la imagen romántica de los desertores
sirios ahora militantes del Frente Islámico.
Las matanzas a sangre fría de heridos de otros grupos tomados
prisioneros, tal y como lo denuncian las propias agencias de la
oposición, señalan bien a las claras cuál es la situación real en el
campo de batalla.
La posición de EEUU demuestra también su enorme debilidad. La
navegación de EEUU carece de brújula. Obama tiene una debilísima
situación tanto interna como externa. Las derrotas militares en
Afganistán e Iraq, el escándalo sobre el espionaje… Quiso intervenir en
Siria pero no pudo, el presupuesto militar, entre otras consideraciones
no hubiera permitido una intervención militar enormemente costosa y en
absoluto segura. Ahora utilizan la retórica para ganar posiciones en las
negociaciones, promoviendo el veto contra Irán. Mientras dejan caer que
mantendrán el apoyo militar a la oposición. El patético presidente
francés, representante de Israel en la mesa de negociaciones, asegura
que puede atacar en solitario a Siria; las carcajadas resuenan en las
cancillerías. La firme posición de Rusia, China y el apoyo de los países
del BRICS a una solución política, ponen de manifiesto la nueva
correlación de fuerzas que se está gestando. La Casa Blanca ha diseñado
una política de reacción pero no de anticipación. La iniciativa
diplomática rusa sobre Siria descolocó a Obama que encontró una salida
para lavar su cara en la destrucción de las armas químicas y en paralelo
en el acuerdo con Irán. Así se asegura un final de mandato mejor del
previsto.
Hoy es impensable una nueva guerra contra enemigos como Irán, por
ello y en giro copernicano ha ofrecido un principio de acuerdo al país
persa.
La segunda conferencia internacional sobre Siria despierta tantas
expectativas como preocupaciones. Porque en esta fase hay claros
vencedores y claros derrotados.
El primer vencedor y el primer derrotado es el propio pueblo sirio, que
tiene que sufrir en su cuerpo la destrucción de su país a manos de
mercenarios extranjeros en una guerra de desgaste impuesta por nada. La
incapacidad de Washington para proponer alternativas políticas a
gobiernos que no le son afines acaba promoviendo el caos más absoluto.
Los otros tres grandes derrotados han sido Francia, Turquía y Jordania.
Francia, que se ha convertido en la muleta de Israel, Arabia Saudita,
Qatar (que han apostado enormes sumas por la caída del gobierno de al
Assad). El presidente Erdogan, en Turquía, ha sido uno de los grandes
promotores del ataque a su vecino. Las revelaciones de la prensa turca
en torno a la corrupción facilitada por las enormes sumas de dinero
enviadas a los grupos terroristas afines a Turquía, le pueden costar
fácilmente el gobierno al partido en el poder. Jordania, punto de
concentración de las milicias opositoras, padecerá con toda seguridad
importantes movimientos sociales provocados por la guerra contra su
vecino.
Israel se ha mantenido en un segundo plano, pero dando un apoyo
logístico imprescindible, sobre todo en la zona de los altos del Golán, a
las milicias de la oposición y siendo parte activa a nivel de
inteligencia. La posición de este país se debilita, su aislamiento
político preocupa ostensiblemente incluso a los sectores más “ultras”.
El Reino Unido ha mostrado sus flaquezas, su dependencia de Washington.
La Unión Europea una vez más ha demostrado que no existe, como ya
sabemos no es sino un grupo de acreedores y deudores. España se ha
convertido en el “gran altavoz de la oposición terrorista”.
España no quiere perder baza
Los días 9 y 10 enero tuvo lugar en Córdoba una reunión de grupos de
la oposición Siria para coordinar y decidir su participación en la
conferencia de Ginebra. Nuestro ministro de exteriores, el señor
Margallo, no ha tenido ningún reparo en reunirse y confraternizar con
personajes perseguidos en muchos países occidentales con acusaciones
gravísimas de terrorismo y delitos de “lesa humanidad”. El objetivo
confesado por el ministro es “dejarles hablar y facilitar el camino
hacia una plataforma unitaria que pudiese dialogar”. Nada de eso importa
cuando lo que está en juego es la participación de grandes
constructoras españolas en la reconstrucción de las infraestructuras
devastadas por los mismos terroristas salidos de España en algunos
casos.
Washington ha sido la gran derrotada. Su incapacidad para ganar la
guerra ha visibilizado, como hemos dicho, su enorme debilidad frente a
Rusia que ha demostrado que de nuevo hay que contar con Putin en el
concierto internacional.
El presidente sirio es el gran vencedor: ha conseguido mantener la
unidad del país y su forma de gobierno; va a la conferencia de Ginebra
II como el gran vencedor. Hará pequeñas concesiones en algunos
ministerios de forma transitoria, mientras eso le permita iniciar la
reconstrucción del país y afrontar las elecciones presidenciales de este
año, que con toda seguridad podrá ganar (los informes de la OTAN
señalan que la aceptación popular hacia su presidente superará el 70%)
Hezbola es también un claro vencedor, ha demostrado en su primera guerra
ofensiva su capacidad militar para movilizar grandes masas de
combatientes y tecnología de última generación como “Drones”,
artillería, carros de combate o misiles guiados. Al mismo tiempo se ha
rearmado de forma muy importante con elementos de alta tecnología. Irán
es el otro gran vencedor, tras el acuerdo con Washington por el tema
nuclear, el país persa se convierte de hecho en una potencia regional a
tener en cuenta. Irán es otro de los grandes beneficiarios de la salida
pacífica para Siria. El gobierno iraní no sólo ha ayudado a ganar la
guerra sino que podrá pasar su petróleo y gas a través de Siria hacia el
Mediterráneo.
Oriente Medio está en la frontera de una gran transformación. Los
flujos de poder cambian, nuevas potencias regionales, nuevos actores,
reclaman su lugar. El futuro de esta zona se dibuja con letras de sangre
en las calles de Damasco.
Nota:
1. Es preciso apreciar las capacidades adivinatorios de Ignasi Ramonet
cuando escribía: “Se puede estar en contra de la estructura actual de
Naciones Unidas, o estimar que su funcionamiento deja mucho que desear. O
que las potencias occidentales dominan esa organización. Son críticas
aceptables. Pero, por ahora, la ONU constituye la única fuente de
derecho internacional. En ese sentido, y contrariamente a las guerras de
Kosovo o de Irak que nunca tuvieron el aval de la ONU, la intervención
actual en Libia es legal, según el derecho internacional; legítima,
según los principios de la solidaridad entre demócratas; y deseable,
para la fraternidad internacionalista que une a los pueblos en lucha por
su libertad.“