
- El
plan Wright, publicado en septiembre de 2013, modifica los proyectos de
rediseño del Medio Oriente ampliado. En cuanto a Siria e Irak, ese plan
prevé la creación de un Sunnistán y un Kurdistán. El primero ya fue
creado en 2014 por el Estado Islámico y el segundo está por concretar.
Pero los kurdos son minoría en el norte de Siria. Por otro lado, el plan
Wright también tiene que ver con Libia, Yemen y Arabia Saudita.
Todo indica que ya está en vías de aplicación en los dos primeros
países, como siempre… gracias al Estado Islámico.
Empeñado en sabotear el acuerdo que Washington y
Teherán deberían firmar el 30 de junio, el primer ministro israelí
Benyamin Netanyahu ha preparado una reactivación de la guerra contra
Siria.
Después del intento que Estados Unidos, Francia y Reino Unido
desarrollaron desde febrero de 2011 y hasta la primera conferencia de
Ginebra –en junio de 2012– para poner a la Hermandad Musulmana en el
poder y también después de la guerra a través de mercenarios –desde la
Conferencia de Amigos de Siria realizada en París, en julio de 2012, y
hasta la conferencia Ginebra 2, en enero de 2014– y del intento de
sembrar el caos utilizando al Emirato Islámico –desde junio de 2014
hasta la fecha–, Israel se propone ahora desatar una cuarta guerra.
Se trataría de proseguir la aplicación del plan que Robin Wright había elaborado para el Pentágono –publicado por el
New York Times en septiembre de 2013– creando un Kurdistán independiente que abarcaría amplios territorios hoy pertenecientes a Irak y Siria [
1].

- El
general David Petraeus (ex comandante del CentCom y ex director de la
CIA) participó en marzo de 2015 en un coloquio organizado en Erbil, sede
del gobierno regional kurdo iraquí. Allí declaró que los crímenes del
Estado Islámico no amenazan a Estados Unidos ni a Israel y llamó a
luchar por todos los medios contra la influencia iraní y el proyecto de
acuerdo entre Washington y Teherán.
¿Quiénes son los kurdos?
El pueblo kurdo está presente en Turquía, Irán, Irak y Siria pero
no dispone de Estado propio desde los fracasos de la República de Ararat
(1927-1930) y la República de Mahabad (1946-1947). Los kurdos se
concentran mayoritariamente en Turquía –donde viven entre 13 y
20 millones de kurdos. Vienen después Irán (entre 5 y 6 millones de
kurdos), Irak (entre 4 y 5 millones) y finalmente Siria (3 millones de
kurdos).

Luego
de que algunos participaran en el genocidio contra cristianos y
yazidíes, los kurdos de Turquía acabaron siendo a su vez perseguidos
durante un siglo, en nombre del panturquismo. Durante el periodo que va
desde 1984 hasta el año 2000, la represión contra la insurrección del
PKK dejó al menos 40 000 muertos.

Los kurdos de Irán disponen de cierta autonomía, aunque no cuentan con apoyo económico de Teherán.

Los
kurdos de Irak tienen relaciones con la OTAN desde el inicio de la
guerra fría. Estuvieron al servicio de Sadam Husein y lucharon contra la
Revolución de Khomeiny, pero luego se volvieron contra Sadam Husein
–cuando la OTAN decidió deshacerse de él. Actualmente disponen de
autonomía regional y mantienen embajadas en el exterior.

Los
kurdos de Siria llegaron a ese país huyendo de la persecución turca,
primeramente en tiempos de Mustafá Kemal Ataturk y, más tarde, durante
la insurrección del PKK, hace 30 años. Los que no tenían la nacionalidad
siria, la adquirieron gracias al presidente Bachar al-Assad al inicio
del conflicto y concluyeron un acuerdo con Damasco, que les proporciona
armas para la defensa de la región que habitan.
Los kurdos son un pueblo diverso atravesado por tensiones internas
muy fuertes. No hablan todos la misma lengua, practican religiones
diferentes –aunque son principalmente sunnitas– e incluso simpatizan con
diferentes movimientos políticos antagónicos. Desde los tiempos de la
guerra fría, los kurdos se dividen entre proestadounidenses (con el clan
Barzani, hoy en el poder en una región de Irak) y prosoviéticos
(alrededor del líder del PKK, Abdullah Ocalan, secuestrado por los
israelíes en 1999 y entregado a Turquía, donde aún se halla
encarcelado).

- De
izquierda a derecha: Meir Amit, director del Mossad; Moshe Dayan,
ministro de Defensa israelí, y el agente israelí Mullah Mustafá Barzani,
padre del actual presidente del gobierno regional kurdo iraquí Masud
Barzani.
El Kurdistán iraquí: mafia y Mossad
Teniendo en cuenta el papel de Israel en el seno del imperialismo
anglosajón, la familia Barzani –originalmente socialista– se unió en los
años 1960 al Mossad, que la utilizó contra el Baas iraquí [
2].
Muy mal visto entre los kurdos de Turquía, el actual presidente del
gobierno regional kurdo iraquí Masud Barzani es probablemente miembro
del Mossad israelí, como antes lo fue su padre. Gracias a las
inversiones israelíes, Masud Barzani ha logrado proporcionar cierta
prosperidad al Kurdistán iraquí e instaurar allí un régimen controlado
por el clan Barzani.
El presidente Barzani se mantiene en el poder a pesar de que
su mandato expiró hace casi 2 años. Pero esa situación, contraria a los
principios de la democracia, no parece preocupar a Washington, como
tampoco le molesta en los casos de Mahmud Abbas (en Palestina) y de Abd
Rabbuh Mansur Hadi (en Yemen).
El régimen de Barzani se regodea en el nepotismo y la corrupción.
Su clan ocupa los principales cargos, empezando por el de primer
ministro –reservado a Nechervan Barzani, sobrino del presidente– y ya
cuenta en sus filas 15 multimillonarios (con fortunas estimadas en miles
de millones de dólares) así como miles de millonarios sin que nadie
pueda explicar el origen de todo ese dinero. Las primeras víctimas de la
represión fueron los abogados, con la condena del letrado Kamal Qadir a
30 años de cárcel por haber criticado al presidente Barzani.
La libertad de prensa es puramente teórica desde 2010, luego del
secuestro y asesinato del periodista kurdo Sardasht Osman, quien había
caricaturizado al presidente Barzani. El gobierno regional está
en bancarrota y la mayor parte de sus funcionarios no reciben sueldo
desde hace meses.

- Hijo
del hoy presidente kurdo Barzani, Masrur «Jomaa» Barzani siguió
estudios en Irán, Gran Bretaña y Estados Unidos. En 1998, bajo
protección de los anglosajones, vuelve a Irak. Se instala en el
territorio protegido por la zona de exclusión aérea impuesta por las
fuerzas atlantistas y asume responsabilidades en el partido creado por
el clan Barzani. Se convierte rápidamente en el agente de enlace entre
el clan Barzani y la CIA. En octubre de 2010, compra en Estados Unidos
el castillo Noble, a pocos kilómetros del cuartel general de la CIA, en
10 millones de dólares. Además, crea y dirige “Bas News”, el principal
diario kurdo iraquí y supervisa el conjunto de servicios secretos kurdos
iraquíes. Es en el marco de esta última actividad que participó en las
reuniones secretas de Amman –en mayo de 2014– donde coorganizó la
ofensiva conjunta del Emirato Islámico y los peshmergas del gobierno
regional kurdo iraquí contra el gobierno de Bagdad.
El Kurdistán iraquí y el proyecto de anexión del norte de Siria
En 2014, el gobierno regional kurdo iraquí participó en el complot
tendiente a concretar el rediseño de Irak y Siria según el plan Wright.
Participó en diferentes reuniones, realizadas en Amman, con los
servicios secretos de Jordania, los jefes del Emirato Islámico, líderes
de los grupos armados en Siria y los naqchbandis iraquíes [
3].
En esas reuniones se decidió, bajo el patrocinio de Washington y
Tel Aviv, que el Emirato Islámico y el gobierno regional kurdo iraquí
emprendieran una ofensiva coordinada para apoderarse de gran parte de
Irak. Mientras la prensa internacional denunciaba las atrocidades del
Emirato Islámico, los kurdos del clan Barzani se apoderaban de
los campos petrolíferos de Kirkuk y extendían su territorio en un 40%.
Posteriormente, mientras que numerosos países apoyaban aquella
operación en secreto y denunciaban públicamente los crímenes de
lesa humanidad y los saqueos del Emirato Islámico, el gobierno regional
kurdo iraquí ponía el oleoducto que acababa de robar al servicio de los
yihadistas para vender a los europeos el petróleo que se robaban
los mismos yihadistas.
Todo cuestionamiento de la alianza existente entre el gobierno
regional kurdo iraquí y el Emirato Islámico es reprimido de inmediato.
El lider yazidí Hayder Shesho, quien había denunciado esa alianza, fue
arrestado el 7 de abril de 2015, a pesar de tener también la
nacionalidad alemana.
En los años 2000, el estado mayor israelí planeaba neutralizar los
misiles de Egipto y Siria instalando sus propios misiles en el sur de
Sudán y en el Kurdistán iraquí. La primera región ya es independiente,
pero no la segunda. El plan Wright ofrece simultáneamente la posibilidad
de alcanzar ese objetivo estratégico y de sembrar el caos.
Para sabotear el acuerdo que Washington y Teherán se disponen a firmar
el 30 de junio, Benyamin Netanyahu tiene previsto lanzar los peshmergas
(o sea los soldados del clan Barzani) al asalto del norte de Siria. Pero
los kurdos de Siria son hostiles a la mafia de los Barzani y siempre
han sido minoritarios en esa región.
Desde hace meses, una campaña de prensa plagada de mentiras atribuye a
los peshmergas los logros militares de los kurdos turcos del PKK contra
el Emirato Islámico, como la batalla de Kobane. Los Estados
occidentales, empezando por Francia, envían armas directamente a Erbil
–sin contar con el gobierno central de Bagdad– en violación de la
soberanía de Irak. Ese armamento no está siendo utilizado sino sólo
almacenado para utilizarlo en el ataque contra el norte de Siria.
En Estados Unidos, Edward Royce y Eliot Engel, dos congresistas que
tradicionalmente representan los intereses del Likud israelí,
presentaron al Congreso, en noviembre de 2014, un proyecto de ley [
4]
que autorizaba la entrega directa de armamento al gobierno regional
kurdo de Irak. Al no ser adoptado ese proyecto, las disposiciones que
contenía fueron incluidas en la ley de financiamiento de la Defensa por
el presidente de la Comisión de Servicios Armados, Mac Thornberry,
al igual que otras disposiciones tendientes a reforzar también la ayuda
militar a los grupos que operan contra la República Árabe Siria.
En Irak, la mayor parte de los políticos iraquíes que se expresan
públicamente han advertido sobre el peligro que implica esa política.
Por su parte, el líder chiita iraquí Moqtada el-Sadr –ex comandante del
Ejército del Mahdi– declaró que si se aprueba esa ley él considerará
nuevamente a los estadounidenses como enemigos de la Patria y declarará
la guerra tanto a los 3 000 consejeros militares estadounidenses en Irak
como a los intereses de Estados Unidos en el extranjero.
El presidente Barack Obama y el vicepresidente Joe Biden hicieron
saber enérgicamente al presidente Barzani, de visita en la Casa Blanca
el 5 de mayo, que no permitirán el proyecto israelí y precisaron a los
kurdos de Irak que tienen que mantenerse tranquilos. Pero en el
Kurdistán iraquí, la prensa afirma, por el contrario, que el presidente
Obama acogió calurosamente a la delegación encabezada por Barzani y que
se comprometió a respaldar un «
Kurdistán» independiente,
afirmaciones que obligaron al secretario de Defensa, Ashton Carter, a
poner públicamente los puntos sobre las íes.
El nuevo gobierno israelí, formado el 7 de mayo por Benyamin
Netanyahu, está tratando de unificar a los yihadistas en el norte de
Siria. Lo que pretende es coordinar su avance hacia Damasco mientras que
los kurdos iraquíes entrarían en Siria para masacrar allí a los kurdos
del PYG (la rama local del PKK, el partido de los kurdos de Turquía,
favorable a la República Árabe Siria) y anexar su territorio.
Considerando que la creación de un «
Kurdistán» independiente,
a caballo entre Irak y Siria, reactivaría el conflicto kurdo en Turquía,
el presidente turco Erdogan ha denunciado ese proyecto como una etapa
hacia la destrucción de su país. En caso de ofensiva de los kurdos
iraquíes del clan Barzani contra Siria, Erdogan podría ponerse
abruptamente del lado de Damasco.
No cabe duda de que el proyecto israelí será objeto de debate, como
la creación de una OTAN árabe bajo las órdenes de Israel, durante la
próxima reunión del Consejo de Cooperación del Golfo convocada por el
presidente Obama –cuyo país no es miembro del Consejo– para su
realización en Camp David, Estados Unidos.